HÉCTOR GÓMEZ. HOY Este vestuario se autorregula desde hace años. Sólo cuando ven que la cosa se pone muy fea aprietan de verdad. Tener entrenadores exigentes y que les resulte incómodo no les gusta y los señalan a escondidas...
VALENCIA.
A estas alturas el nuevo Manager General Deportivo del club, Rufete,debe haberse dado cuenta ya de que el vestuario que ha comenzado a tratar, el del primer equipo valencianista, es mucho más que complicado.
Ya dije que no me gustó su mensaje el día de su puesta en escena, defendiendo a muerte a una plantilla, que no ha hecho él, y sin lanzar un mensaje contundente, y de club, reclamando compromiso y profesionalidad para salir de la mala situación en que está el equipo. Rufete tenía todo a su favor para marcar el camino y ser muy exigente con los futbolistas.
Estrenaba cargo y lo hacía con todo el poder otorgado por el presidente Amadeo Salvo. Estaba ante la oportunidad de abrir un nuevo ciclo. De comenzar una nueva era. De avisar a los futbolistas de que todos tenían billete para subirse al nuevo barco, pero a la vez dejarlesclaro que igual que se subían al mismo si no remaban todos los días serían lanzados al mar con un bote salvavidas.
Este vestuario se autorregula desde hace años. Sólo cuando ven que la cosa se pone muy fea aprietan de verdad. Tener entrenadores exigentes y que les resulte incómodo no les gusta y los señalan a escondidas. Eso sí, los señalan y crucifican con la complicidad de un sector de la prensa que les defiende a cualquier precio a cambio de tres o cuatro chismorreos insignificantes al año.
Desde que apareció la figura de Rufete los jugadores han reconocido en privado que están encantados con él. De hecho, parece como que Djukic no existe. Hablan de Rufete como el que manda. Y sin haber sido esa su intención, Rufete ha terminado por quitarle la poca credibilidad que le quedaba al técnico serbio ante su plantilla.
El mensaje de cuidar al futbolista está muy bien. Pero después del bochorno de este domingo en Tarragona, Rufete debe empezar a exigir a los futbolistas. Los dos partidos que quedan en Liga hasta el final de año son vitales. Darlos por perdidos de antemano sería indigno de un club como el Valencia CF.
Rufete no puede esperar más. Debe apretar las tuercas a la plantilla. Debe exigirles, siempre, porque el club ya les da muchísimo, y después de lo de Tarragona debe haberse dado cuenta que a este vestuario o le aprietas a diario, o ellos mismos deciden cuando aprietan y cuando no. Y puede que se pierda ante Atlético y Real Madrid, y que Djukic se vaya a la calle, pero si eso pasa, Rufete estará ante la misma plantilla y ante el marrón de buscarle un entrenador a un vestuario de devoradores
PD: Me dio pena ver vacías las gradas del ‘Nou Estadi' de Tarragona. Hasta hace poco el Valencia CF levantaba pasiones cuando jugaba estas eliminatorias. Eran otros tiempos. Eran tiempos de ver en el club a auténticos jugadorazos. De eso tampoco hace tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario