Salvo recupera el proyecto inicial y empleará aluminio, cristal y madera, materiales más económicos, livianos y seguros
ANTONIO BADILLO | VALENCIA..-
ANTONIO BADILLO | VALENCIA..-
Pretendía aprovechar la luminosidad de Valencia e incluso armonizar estéticamente con la Dama Ibérica de Valdés, pero sobre todo se convirtió en bandera del proceso de racionalización presupuestaria que aplicó Llorente a un nuevo estadio excesivo se mire por donde se mire. El entonces presidente anunció a Rita Barberá en diciembre de 2011 un paquete de medidas que redujeron en 60 millones el coste total del proyecto, y entre todas ellas sobresalía el cambio en el material seleccionado para construir la emblemática cubierta. La estructura de aluminio, cristal y madera especificada en el ostentoso boceto de Mark Fenwick daría paso al vidrio azul. Transcurrido año y medio desde aquella decisión, una de las primeras medidas que adoptará Amadeo Salvo será abortar el cambio y regresar a la idea inicial.
El principal argumento para anular la apuesta de Llorente, adoptada de la mano de las promotoras Bancaja Hábitat y Aedifica, es precisamente el económico. El actual consejo no entiende que sus antecesores optaran por el vidrio, un material más caro, pesado e incluso peligroso en caso de que se produjera alguna grieta en el sellado de toda la estructura. Aun así, Salvo consensuará la memoria de calidades con la empresa a la que se adjudique a final de año el segundo tramo de las obras, paradas desde febrero de 2009. Si sus técnicos apuestan por alguna otra alternativa que modernice el proyecto sin encarecerlo, se estudiará.
No es el único obstáculo que ha encontrado la nueva cúpula blanquinegra en el camino hacia la reactivación de un proyecto urbanístico clave en el futuro del club. Para sorpresa del consejo, la planificación de toda la superficie comercial incluida en el nuevo Mestalla está completamente por definir. Subsanar esta carencia será otra de las prioridades para los próximos meses si se quiere que una empresa asuma los 145 millones pendientes de pago a cambio de la gestión de tales espacios.
Tampoco gusta en el consejo el aprovechamiento de la superficie donde se alza el mausoleo de la avenida de las Cortes. Fuentes del grupo de trabajo configurado por Salvo consideran que con una mejor orientación del estadio, sin perder aforo ni variar en exceso la morfología, se habría podido liberar más espacio para uso terciario. Eso abre un debate acerca de qué hubiera sido mejor a la hora de encarar el futuro: la situación actual, con un proyecto iniciado y 142 millones ya invertidos, o que todo estuviera por hacer. El primer escenario, que coincide con la realidad, reduce el montante económico y sobre el papel facilita la llegada de inversores, pero el segundo permitiría hacer un proyecto a medida de la empresa que lo asuma.
Los plazos, definidos
De momento los plazos comienzan a estar definidos. A finales de junio tendrá la Fundación su 'due diligence' y entonces se encargará a la propia KPMG u otra empresa auditora la misión de efectuar una criba entre todas las propuestas interesadas en acabar el estadio a cambio de su explotación comercial durante un periodo de tiempo pendiente de negociación.
Si los planes se ciñen a las previsiones de Aurelio Martínez y Amadeo Salvo, el consejo decidirá entre las alternativas finalistas en diciembre y la reactivación de las obras permitiría que el nuevo Mestalla se inaugurara con la temporada 2016-17... Más de seis años después de la primera fecha que propuso Rita Barberá para disputar allí una final de la Champions League.
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