Amadeo Salvo, Alfonso Rus o Joaquín Ríos Casanova, los primeros nombres que suenan para dirigir el club de Mestalla
Si Llorente citó a toda prisa a sus consejeros por la mañana, Federico Varona hizo lo mismo con su gente en su despacho profesional por la tarde, lugar donde por cierto desde hace días se ha ido cociendo toda la estrategia. El patronato de la Fundación del Valencia tomó el cargo el miércoles y dos días después ya tiene sobre la mesa la papeleta de elegir un nuevo presidente del club, algo que le ha pillado a pie cambiado.
Entraron 'oficialmente' para pelear con Bankia y ahora deben solventar mucho antes de lo previsto un tema bastante delicado desde el punto de vista social. Una cosa es hablar de intereses y pagos en un despacho con una entidad bancaria y otra bien diferente montar para los próximos cinco años un consejo de administración de un club que si de algo adolece históricamente es de falta de tranquilidad.
Posiblemente en mayo ya habrá fumata blanca. Llorente hablaba ayer de que su labor ahora es la de facilitar la transición, pero es cuanto menos curioso que el anuncio de buenas intenciones haya chocado casi de inmediato con una simple circunstancia. Federico Varona, al término de este cónclave que mantuvieron algunos de los nuevos patronos (otros no pudieron ir al encontrarse de puente), admitía a última hora de la tarde que hasta ese momento no se había podido poner en contacto con el ya expresidente valencianista.
«En estos momentos no sabemos nada. No he podido hablar con Manuel Llorente, tenía el móvil desconectado. Cuando podamos dialogar con ellos ya trataremos la situación. Pero el consejo sigue formado por siete consejeros, porque nadie ha dimitido como tal. Por lo tanto son ellos los que tienen que seguir tomando las decisiones del club», afirmaba con cierta crudeza el presidente del patronato.
El consejo de administración del Valencia mantendrá a primeros de la semana que viene una reunión, al menos así quedó más o menos claro ayer, con el fin de señalar la fecha en la que se tiene que celebrar la Junta Extraordinaria de Acciones.
Hay que cumplir con la burocracia porque, al fin y al cabo, quien puede convocar una asamblea es o bien el consejo de administración o todo aquel que posea un mínimo del 5 % de las acciones. Lo lógico, después de la forzada indefinición por el momento de la Fundación, es que Llorente y Varona se pongan de acuerdo para señalar la fecha donde se elegirá la nueva composición de la directiva.
«Estamos a su disposición», reiteraba Federico Varona, que no ocultaba de la misma forma su desconocimiento por los motivos que tenían Llorente y sus directivos para mantenerse al frente del Valencia.
Las críticas a la Fundación
Recurriendo al discurso que el propio Varona ofreció el día de su presentación, éste dejó claro entre otras cuestiones que además de no querer vender el club, su idea era de alguna forma llegar al mayor número de valencianistas. Horas después de la sorpresa que le produjo el cese de Llorente, recordaba un aspecto importante: «La intención última de esta Fundación es la de democratizar el club».
Pues bien, va a tener que empezar a prepararse Varona y su gente porque si históricamente ha habido una reclamación que por parte de bastantes accionistas se ha escuchado en cada junta, es la de forzar a que la Fundación se abstenga. Con el 70 % de las acciones a su favor, el poder de este organismo resulta absoluto, algo que molesta a bastantes de los accionistas tal y como quedó claramente demostrado en la última asamblea. Sin duda, la más crítica que experimentó Llorente desde que asumió el cargo en verano de 2009.
Pero de lo que puede pasar en la Junta no hablaron al parecer los patronos ayer por la tarde. Ni ellos mismos sabían en ese momento cuáles eran los procedimientos que se debían seguir hasta ese día.
Comunicado oficial
En un comunicado, y de manera bastante fría y escueta, hicieron referencia a lo sucedido horas antes: «La Fundación quiere expresar su agradecimiento por el trabajo realizado a quien ha ostentado la presidencia del Valencia en los últimos cuatro años, D. Manuel Llorente Martín, y al mismo tiempo trasladarle los mejores deseos para la nueva etapa que ahora comienza. Igualmente, quiere expresar su apoyo y colaboración al presidente en funciones».
El otro punto del escrito oficial decía así: «La Fundación se reunirá con el consejo de administración del Valencia para valorar y recabar la información sobre la situación actual. La Fundación continúa trabajando en la elaboración del Plan de Acción que presentará en los próximos días».
Lógicamente, ese plan de acción se amplía. Ahora, a estos patronos les corresponde elegir los candidatos aunque algunas de las versiones de los que acudieron a la reunión coincidieron en afirmar que no se habló de futuribles. «Hemos venido para analizar la situación, no para hablar de sustitutos», opinaba uno de los presentes. Aún así, ya se han empezado a deslizar opciones con más o menos fundamento, como la del mismo vicepresidente deportivo de la Fundación (Amadeo Salvo) o la de Joaquín Ríos Casanova (director general de Industria), que estuvo durante unas horas latente.
Curiosamente, en el momento conoció Varona que salió a relucir en diferentes ambientes el nombre de Amadeo Salvo, no dudó en llamarle telefónicamente en un tono cargado de ironía para «felicitarle» por el nombramiento.
En el entorno de Salvo se aseguraba ayer desconocer totalmente que su destino fuera el de ocupar la presidencia valencianista, si bien el actual vicepresidente ejecutivo de Power Electronics guarda una buena relación con el conseller Máximo Buch. De momento es uno de los hombres fuertes de Varona, como también lo es Aurelio Martínez (el otro vicepresidente) y Tomás y Tío, a la espera este último de que el CGPJ le autorice por su condición de magistrado a entrar en el patronato.
No hay que perder de vista la pretensión que siempre ha manifestado Alfonso Rus, presidente de la Diputación, de alcanzar la presidencia. Hace años ya fue candidato y hace meses se lanzó a la búsqueda de inversores. El alcalde de Xàtiva tenía la intención de intensificar la carrera presidencial en el caso de que, como así ha sido, Llorente abandonase el cargo.
Lo curioso es que entre las cosas que quedaron claras con este nuevo equipo directivo de la Fundación es que no se va a vender el club. Si Rus ha llegado a establecer algún contacto, ya puede olvidarse.
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