Hasta ahora Llorente era el único interlocutor con quien el banco se reunía para abordar las deudas del club y del máximo accionista de la entidad
JOSÉ MOLINS | VALENCIA..-
La marcha del presidente deja los problemas económicos del club sin solución. Hasta ahora Llorente era el único interlocutor en las negociaciones con Bankia, el principal acreedor del Valencia y de la Fundación. A partir de este momento esa tarea deberá recaer en otro grupo de trabajo designado por el patronato, máximo accionista de la entidad. El dueño del club deberá demostrar ahora que tiene soluciones económicas, como apuntó en su discurso Federico Varona.
La entidad blanquinegra debe al banco 200 millones de euros y el dirigente ha intentado en los últimos meses renegociar la devolución del crédito a largo plazo. Con la dimisión de Llorente, ese principio de acuerdo queda interrumpido.
A finales de marzo, el club consiguió que el banco concediera seis meses de prórroga para renegociar el préstamo. Hasta el día 26 de septiembre tiene de tiempo el Valencia para amortizar el capital. Aunque cada año la entidad afronta puntual el pago de los intereses por el crédito de 200 millones (unos 19 millones), Bankia es partidario de que le paguen la deuda. En las últimas reuniones de la directiva valencianista se acordaron unas líneas básicas para aumentar de nuevo el plazo a 15 años, de los cuales en los tres primeros el club sólo pagaría intereses y a partir de entonces se aumentarían las cuotas para ir amortizando de esta manera capital.
Según explicó ayer el propio Llorente, las negociaciones con el banco iban por buen camino. «Hemos renegociado las pólizas de crédito en Bankia, otra del Banco de Valencia (ahora Caixabanc) de 25,6 millones de euros en condiciones favorables a 15 años», comentó. Pero el dirigente blanquinegro matizó: «Hemos renegociado dos veces con Bankia, estaba todo aprobado pero resulta que había el problema del crédito de la Fundación. Bankia nos dijo que ellos no iban a poner problemas con eso. Hemos renegociado todo. También el contrato de televisión, con el que logramos mejores condiciones de las que había cuando llegué».
Paralelamente, el presidente negoció también en Madrid con José Ignacio Goirigolzarri en varias ocasiones una solución para la deuda de la Fundación. Desde el pasado miércoles, el máximo accionista del club nombró un vicepresidente económico en su nuevo patronato, en la figura de Aurelio Martínez, que junto a Varona, tendrán la responsabilidad de llegar a un acuerdo con la Generalitat y con Bankia para hacer frente a la deuda de 81 millones de euros. Si a esa cifra se le suman los intereses, que ascienden a 4,8 millones cada año, el organismo debe más de cien millones de euros a la entidad financiera.
Estos cerca de cinco millones, por cierto, es el primer gran problema con el que ha de lidiar la nueva Fundación. Ya lo subrayó en su comparecencia matinal -antes de hacerse oficial la renuncia de Llorente- José Císcar. El vicepresidente del Consell, que exigió unidad entre el consejo del club y el patronato, recordó que para agosto hay que pagar a Bankia esos 4,8 millones: en caso contrario, y si se confirma la sentencia del aval que concedió el IVF en 2009, el banco sería el máximo accionista del club al quedarse con el 70% de los títulos.
«El problema del Valencia era económico cuando entramos en 2009, y el primer objetivo que se puso este club fue sanear su economía. Esta temporada ganaremos entre seis y siete millones de euros, después de ganar cuatro en la anterior», manifestó ayer Llorente.
El club necesita una inyección económica, y aunque en los últimos años se apuntaba la venta de las acciones a un inversor solvente como única posibilidad para acabar con el problema, la nueva Fundación se encargó de tumbar ese argumento. «No vamos a vender el Valencia, queremos que siga siendo de los socios, hay otras soluciones», declaró Varona en su puesta de largo como presidente. Es el momento de demostrar cuáles son esas soluciones.
Esas «fórmulas alternativas», como definió el nuevo patronato el cambio de discurso en este aspecto, limita la capacidad de generar recursos. La asistencia financiera impide legalmente a la Fundación recibir dinero del club, y ese es el gran problema que deberá solventar el nuevo grupo de trabajo. De momento se descarta la venta de las acciones, pero habrá que ver si ese discurso se mantiene en los próximos meses si no se logra encontrar una forma de pago para hacer frente a los intereses del préstamo con el banco.
Y otro de los puntos fundamentales de la gestión que se le avecina al Valencia y a la Fundación son los dos estadios, el actual y el futuro. Vender las parcelas de Mestalla y retomar las obras para acabar el campo son dos de los grandes objetivos que se marca el club y que Llorente no ha sido capaz de conseguir en sus cuatro años de gestión.
Como informó LAS PROVINCIAS en octubre, al Valencia le cuesta 480.000 euros anuales el mantenimiento y vigilancia del nuevo Mestalla pese a estar paradas las obras. Tras romperse el acuerdo inmobiliario con Newcoval, lo que supuso un enorme revés para Llorente, no hay fecha para reanudar los trabajos en Cortes Valencianas.
Y eso que el club logró reducir esa alta cifra, ya que con la tarifa anterior este rondaba el millón de euros. Si a ello añadimos que reforzar los anclajes provisionales, que estaban a punto de caducar, costó 1,3 millones, o que se pagaron 142 por la actual estructura construida, el resultado es que el nuevo Mestalla supone un pozo sin fondo. Y el futuro consejo tiene trabajo por delante. A pesar de que la directiva de Llorente logró reducir en 60 millones el presupuesto inicial del estadio, aún será necesario pagar 145 millones más para terminar la obra, además de los 17 más IVA que se debe a las empresas constructoras.
A pesar de haber reducido en alrededor de 180 millones la deuda desde 2009, el club sigue teniendo unos números rojos de 370 millones, herencia que deberá asumir el próximo presidente de la entidad. La directiva deberá trabajar conjuntamente con la Fundación, como indicó Varona en su discurso.
Otro de los aspectos que en breve se comprobará es en qué medida el dueño del club tiene capacidad de decisión en los fichajes. Se ha creado una vicepresidencia deportiva, ocupada por Amadeo Salvo, aunque la postura oficial es que el consejo tiene delegadas las funciones para confeccionar la plantilla. Claro está, ahora queda en el aire la composición de la directiva del club.
No hay comentarios:
Publicar un comentario