Con el 0-2 de la ida como marcador casi definitivo, Valverde planea cambios en su equipo frente al actual colista de Primera
C. VALLDECABRES | | VALENCIA.-
¿Puede realmente el Valencia de Valverde ganar un título este año o al menos aspirar a ello? Los que se decanten por una respuesta negativa ya saben que les toca aguantar como puedan los cinco meses de competición que quedan por delante. Sin embargo, quienes vean posible revivir una locura de éstas no deben albergar la menor duda: lo suyo es la Copa del Rey.
Aun con los obstáculos que habría que salvar, incluido el de esta noche, el torneo del KO es el reto más factible -por decirlo de alguna forma- para el Valencia, teniendo en cuenta lo definida que está ya la Liga y lo que se cuece por Europa. Si el equipo blanquinegro ventila como debe este trámite de octavos, esperará en cuartos a Real Madrid o Celta. Con 2-1 a favor de los vigueses, quién sabe.
Y el que se haya quedado con hambre, que se prepare para después. Lo duro realmente será vérselas en una hipotética semifinal en la que, por cómo está estructurado el sorteo en esta edición, bien podría ser el Barcelona el rival a batir. Lástima que por la otra parte del cuadro no haya tanto hueso hasta el bocado final del 18 de mayo.
Después de lo vivido hasta ahora, pensar que el equipo valencianista puede ser capaz de llegar a esa final es seguramente un ejercicio de atrevimiento. Pero ya se sabe que en fútbol lo que hoy es blanco mañana se torna negro. Y a lo que hace mes y pico era poco menos que un desastre de equipo, con lo de Granada se le ha dado una vuelta al calcetín. No es que el Valencia lo bordara en Los Cármenes, pero sí se vio argumentos hasta ahora casi inéditos.
De ahí que se haya descorchado para esta noche esa dosis habitual de euforia-relajación que ha provocado casi una inmediata reacción de mesura por parte de Valverde, hombre al que será difícil verle perder la compostura. Su verbo pausado parece haber conquistado al vestuario. Le falta, eso sí, atrapar la generosidad y/o exigencia de Mestalla y su público. Todavía anda la afición (la duda es saber si hoy vuelve a verse mucho vacío) un tanto a la expectativa con el nuevo entrenador. En dos partidos en casa, cara y cruz. Pero, al menos con vistas a la clasificación, ha entrado un aire fresco que todos agradecen tras el terremoto que provocó la destitución de Pellegrino.
Será hoy pues la tercera vez que Valverde se siente en el banquillo en un partido que se presenta idóneo para aplacar el ayuno de alegrías. Con el 0-2 de la ida ya está todo dicho. Y para el que tenga alguna duda, sólo hay que mirar la clasificación. ¿Y qué verá? Pues que Osasuna marcha colista después de casi media vuelta. Por mucho que Valverde se empeñe en predicar que el rival vendrá con ganas de guerrear, que pregunten a Mendilibar si realmente la Copa le preocupa mucho, poco o nada sabiendo lo que tiene entre manos en la Liga.
El aperitivo todavía lo es más si se considera que los navarros llegan con cinco bajas por lesión, una ausencia vinculada a la Copa de África (el ghanés Antonhy Annan ha seguido los pasos del argelino Sofiane Feghouli) y dos descartes en la lista por decisión técnica bastante significativos: el defensa Damià y el delantero Nino.
Sin canteranos
También es verdad que, en lo que se refiere al Valencia, Valverde va a agitar su alineación más o menos tipo. Será esta mañana, después de la suave sesión de entrenamiento efectuada en Paterna, cuando el entrenador confeccione la lista. A partir de ahí se podrá comprobar qué idea de once lleva. Eso sí, de lo de echar mano de los canteranos (Mario y Portu se ejercitaron ayer), nada de nada.
Es posible que únicamente repitan tres jugadores respecto a los que actuaron de salida frente al Granada, pero hay que afinar bien pensando que este sábado pasa por Mestalla el Sevilla. En ese grupo de futbolistas a los que no conviene desgastar entra por ejemplo Albelda, puesto que a Gago no le ha dado tiempo a recuperarse para este encuentro.
Osasuna, el equipo más inocente de Primera fuera de casa (en Liga sólo ha marcado seis goles en nueve partidos) debe reinventarse para lograr la triple pirueta mortal. Tendría que ganar hoy por 0-3. Más difícil imposible, porque además nunca ha podido el equipo navarro vencer en Mestalla. En tres ocasiones se han visto en Copa y sólo fueron capaces de arrancar un empate. Todo ello dibuja un escenario idílico para el Valencia, que hoy debe acceder a cuartos.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2013-01-08/aperitivo-antes-grandes-retos-20130108.html
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