El triunfo pone de manifiesto dónde estaba la gran laguna blanquinegra. El reto es alcanzar a partir de ahora la continuidad El Valencia recuperó ante Osasuna más balones que en ningún otro partido
JOAQUÍN BALLESTA | PAMPLONA..-
El Valencia por fin sacó a relucir la casta y sus jugadores se mostraron generosos en el esfuerzo como no lo habían hecho más que con cuentagotas esta temporada. Así lo demuestran varios aspectos que rodearon al partido del sábado en Pamplona frente a un Osasuna limitado, muy limitado, pero que mantiene sus principales señas de identidad, como son la garra y el esfuerzo de sus futbolistas, conscientes de la inferioridad que sufren a la hora de comparar la calidad con un buen número de sus rivales en Primera División. No hay parangón posible, lo saben y mueren en cada compromiso con su principal arma: la entrega y el derroche físico.
No hacía falta que se lo recordaran a los valencianistas, que sabían de antemano que en el Reyno de Navarra han sufrido varapalos importantes. Valverde, por si acaso, lo hizo. Y les metió en la cabeza antes de la cita que o empleaban idénticos argumentos que el rival o no habría nada que hacer. Y metió en escena a David Albelda. Al capitán. Al jugador más experto y con mayor carácter de esta plantilla.
El valenciano se plantó en su zona, moviéndose entre los centrales y la línea medular, y marcó el terreno. Dirigió, orientó, aconsejó y hasta abroncó a alguno de sus compañeros cuando la ocasión lo mereció. Impuso su ley en un partido en el que debía primar la casta. Y a él eso le sobra, aunque el físico no acompañe ya como en los años dorados. Albelda fue el máximo exponente de lo que había que hacer sobre el campo. Y encontró a Tino Costa como aliado perfecto. El argentino despertó de su letargo de los últimos compromisos y, como además de calidad posee genio y arrestos, entre ambos empujaron al resto de compañeros, que si no hacían lo mismo quedaban señalados.
En Pamplona el Valencia recuperó el balón la friolera de 98 veces, la cifra más alta de cuantos partidos ha disputado esta temporada. Ello da una idea clara, válida, de la entrega generosa de sus jugadores. De la pelea a la que hicieron frente y de la que salieron ganadores en todos los aspectos.
El número de recuperaciones más bajo en lo que llevamos de competición oficial lo arrojan los encuentros contra Barcelona, Real Madrid y Bayern de Múnich. Es decir, equipos que lucen una superior calidad, la cual les permite tener una mayor posesión del balón y, por lo tanto, a los que es más difícil arrebatárselo. Cuando el Valencia ha confiado en su teórica superioridad sobre conjuntos inferiores, se ha estrellado. Por eso ganó y tuvo el control del partido de Pamplona durante muchos minutos. Sencillamente porque puso lo que debía. Lo mismo que su oponente.
Y cuando se va todos a una, sin que haya nadie que se borre, el resultado tiene que ser satisfactorio. Porque lo del sábado no fue sólo cosa de Albelda y Tino Costa. Los dos laterales, con sus limitaciones en la tarea, no giraron la cara nunca. Los centrales, más arropados, apenas sufrieron, salvo en el arreón final de los rojillos. Feghouli, aunque con menor brilló, se vació. Y Piatti, lo mismo. Sobre el campo hubo hombres. No nombres.
Visto el resultado, a partir de ahora mal lo tiene el que baje la guardia. Valverde no es de los técnicos que se intimidan a estas alturas de su carrera. Por eso Gago fue suplente. Es el botón de muestra. Y el técnico envió un claro mensaje a navegantes tras la victoria. «Ahora hay que dar continuidad a lo que hemos hecho. Que no sea una anécdota». Oído, vestuario.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-12-10/equipo-mete-pierna-20121210.html
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