La afición valencianista observa, se preocupa y observa las evoluciones del inversor costarricense Mario Alvarado mientras despliega en los bancos y en los medios de comunicación su oferta de compra del club de Mestalla. Si no se tratara de un club de fútbol, si el Valencia CF fuera una sociedad anónima normal, no habría llegado a acumular como si nada esa deuda de 370 millones de euros que es espeluznante que lo hayan dejado pasar entre unos y otros y un estadio a medias que necesita otros 150 millones para convertirse en escenario de sus glorias deportivas. Esa ventaja debería hacer que sus directivos salieran a buscar inversores que sacasen a la entidad del lío antes de que la mayoría de las acciones del club pasaran al control de la Generalitat por los avales del Institut Valencià de Finances.
@pacobartual
Nos queremos que se repitan los fiascos,por eso vamos a ser cautelosos y si Bankia da su visto bueno es que tendra pruebas mas que suficientes,demostrables y con papeles.
Señores seamos sensatos y dejemos de divulgar mentiras hasta que se haga a la luz,que no se ara por privacidad porque así lo indica el contrato firmado por ambas partes.
No queremos que esto se rompa,que pase lo que tenga que pasar pero sobre todo que se deje de manipular las cosas y que nos digan la verdad,hemos estado al lado del club cuando sea echo un llamamiento, ampliación de capital y demás;han puesto a presidentes a dedos sin consultarnos y ya estamos un poco hartos de tanta farsa.
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