El hombre que trajo a Inversiones Dalport sería uno de los grandes beneficiados, aunque Soler le reclamará tras ganar en los tribunales
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
La vida accionarial del Valencia ha tenido históricamente tintes de culebrón. Pero, por imposible que parezca, siempre aparece en el horizonte societario de la entidad una paradoja más surrealista que la anterior. El club estudia ahora ampararse en los beneficios presentes y futuros para repartir dividendos y así solucionar el problema de liquidez de la Fundación. De este modo, el organismo que preside Társilo Piles daría con la fórmula para pagar a Bankia los 5,6 millones de euros que corresponden al ejercicio 2012 de los intereses del crédito de 81 millones que le concedió el banco con el aval del Instituto Valenciano de Finanzas. El plazo de mora del pago expira el 27 de noviembre, aunque fuentes de la propia entidad confirmaron ayer ultimar con Bankia otra prórroga de tres meses, hasta el 27 de febrero de 2007.
Esta medida daría liquidez a la Fundación, tenedora del 74% de las acciones de la sociedad. Atendiendo a los beneficios que el club presentará en la junta del próximo 9 de noviembre, correspondientes al pasado ejercicio (3,1 millones de euros), así como a los que augura para el recién iniciado, si hay reparto de dividendos cada accionista percibirá unos 2,75 euros por título. Y si tenemos en cuenta que la entidad que preside Társilo Piles cuenta con 1.530.000 acciones en propiedad, le corresponderían 4,2 millones de euros. Esta cantidad, sumada al millón aproximadamente que la propia Fundación está generando en cada ejercicio, le permitiría afrontar el pago de los intereses correspondiente a 2012, ya que el dinero actual en la caja de la entidad asciende a unos 800.000 euros.
Y es ahí donde aparece el tinte surrealista. Si la Fundación está en una situación financiera insostenible es porque sobre la entidad recayó la responsabilidad de cerrar en 2009 una ampliación de capital de 92 millones de euros para evitar que el club cayera en manos de Inversiones Dalport. Con Vicente Soriano como valedor, el supuesto grupo inversor se había convertido en máximo accionista del Valencia tras comprar a Juan Soler sus 70.889 acciones. Como Javier Gómez incluyó en el texto de la ampliación de capital, votado en la junta general con el sí de las acciones del propio Soler, que uno de los requisitos para que ésta fuera válida era que se completara en su totalidad, de no haber comprado la Fundación el millón y medio de acciones sobrantes, con el dinero prestado por Bankia y avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas, la ampliación habría resultado nula y el club tendría como propietario a Inversiones Dalport. Sorprendentemente, más de tres años después el hombre que trajo de la mano a Víctor Vicente Bravo con sus promesas de humo puede recibir varios cientos de miles de euros de una operación destinada a seguir dando vida a un club al que pudo poner una estaca mortal.
Eso sí, el expresidente tiene judicialmente todas las papeletas para no ver un solo euro de ese posible reparto de dividendos. Tal como informó en exclusiva LAS PROVINCIAS el pasado 7 de junio, el Tribunal Supremo desestimó el recurso de casación de Vicente Soriano contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia que le condenó a pagar 20 millones, más seis de intereses, correspondientes al primer pagaré de la compraventa de las 70.899 acciones de Juan Soler, a nombre de Urbanas de Levante, por un importe de 85,5 millones de euros. La sentencia del Supremo fue firme, con lo cual Soriano está obligado a hacer frente a dicha cantidad.
Por tanto, legalmente, las antiguas acciones de Juan Soler están en el registro a nombre de las sociedades que gestiona Soriano, aunque no ha pagado por las mismas. El dividendo que le correspondería al expresidente del Valencia, sumando los 70.889 títulos que compró a Soler y los 17.600 que poseía en propiedad, le otorgaría más de 240.000 euros. Los abogados de Soler podrían en ese instante solicitar la ejecución del embargo para que ese dinero fuera transferido a las cuentas del que fuera máximo accionista como parte del pago de la sentencia condenatoria que el Supremo ratificó a Soriano en la operación de compraventa entre ambos. Hay que recordar que, antes del verano, el juzgado de primera instancia número 22 de Valencia dio luz verde a la subasta notarial de esas 17.600 acciones en poder de Vicente Soriano a través de su empresa Interadquisiciones. Hace meses que Soler ejecutó el embargo de todos los bienes que tienen su firma, pero no verá liquidez hasta que se subasten las sociedades del empresario de Puçol.
Después de que Bankia tumbara el protocolo de intenciones que, a nivel simbólico, era una bombona de oxígeno para la entidad de Mestalla, el club apura los días para salvar los obstáculos financieros más urgentes. Y el problema de verdad le aparecerá a la Fundación en 2014. El 27 de agosto de ese año tendrá que hacer frente al pago de 46,1 millones de euros, que salen de la suma de los intereses anuales más la mitad del principal prestado. En agosto de 2015 vencen otros 46,1 millones. El margen de error cada vez es menor si no se vende el club.
El posible reparto de beneficios también llegará a los pequeños propietarios. Si aplicamos el ratio de 2,75 euros por acción, como primera estimación que se tiene dentro del club, a un accionista que ostente 11 títulos, los necesarios para el descuento del pase, le corresponderían 30,25 euros.
A alguno de los antiguos maximos accionistas, como el caso de Vicente Silla, que 'lidió' en la compraventa de Soriano a Soler, le correspondería algo más de 8.000 euros. De forma aparente, una de las contradicciones que presenta esta operación que está sopesando el Valencia -y que según confirma el propio club todavía no está ni mucho menos cerrada, por la complejidad que entraña-es, de cara a Bankia, repartir beneficios cuando el club debe casi 250 millones de euros a la entidad financiera. En el Valencia se tiene la certeza que, de llevarse a cabo la operación, el banco no pondría ninguna objeción.
Mientras tanto, el Consell aguarda expectante desde su condición de avalista. El gobierno valenciano observa inquieto, aunque confía en que el Valencia afronte la situación en que él mismo se metió. Eso sí, no descarta tener que hacer frente al pago de los intereses
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-10-11/soriano-recibiria-euros-valencia-20121011.html
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
La vida accionarial del Valencia ha tenido históricamente tintes de culebrón. Pero, por imposible que parezca, siempre aparece en el horizonte societario de la entidad una paradoja más surrealista que la anterior. El club estudia ahora ampararse en los beneficios presentes y futuros para repartir dividendos y así solucionar el problema de liquidez de la Fundación. De este modo, el organismo que preside Társilo Piles daría con la fórmula para pagar a Bankia los 5,6 millones de euros que corresponden al ejercicio 2012 de los intereses del crédito de 81 millones que le concedió el banco con el aval del Instituto Valenciano de Finanzas. El plazo de mora del pago expira el 27 de noviembre, aunque fuentes de la propia entidad confirmaron ayer ultimar con Bankia otra prórroga de tres meses, hasta el 27 de febrero de 2007.
Esta medida daría liquidez a la Fundación, tenedora del 74% de las acciones de la sociedad. Atendiendo a los beneficios que el club presentará en la junta del próximo 9 de noviembre, correspondientes al pasado ejercicio (3,1 millones de euros), así como a los que augura para el recién iniciado, si hay reparto de dividendos cada accionista percibirá unos 2,75 euros por título. Y si tenemos en cuenta que la entidad que preside Társilo Piles cuenta con 1.530.000 acciones en propiedad, le corresponderían 4,2 millones de euros. Esta cantidad, sumada al millón aproximadamente que la propia Fundación está generando en cada ejercicio, le permitiría afrontar el pago de los intereses correspondiente a 2012, ya que el dinero actual en la caja de la entidad asciende a unos 800.000 euros.
Y es ahí donde aparece el tinte surrealista. Si la Fundación está en una situación financiera insostenible es porque sobre la entidad recayó la responsabilidad de cerrar en 2009 una ampliación de capital de 92 millones de euros para evitar que el club cayera en manos de Inversiones Dalport. Con Vicente Soriano como valedor, el supuesto grupo inversor se había convertido en máximo accionista del Valencia tras comprar a Juan Soler sus 70.889 acciones. Como Javier Gómez incluyó en el texto de la ampliación de capital, votado en la junta general con el sí de las acciones del propio Soler, que uno de los requisitos para que ésta fuera válida era que se completara en su totalidad, de no haber comprado la Fundación el millón y medio de acciones sobrantes, con el dinero prestado por Bankia y avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas, la ampliación habría resultado nula y el club tendría como propietario a Inversiones Dalport. Sorprendentemente, más de tres años después el hombre que trajo de la mano a Víctor Vicente Bravo con sus promesas de humo puede recibir varios cientos de miles de euros de una operación destinada a seguir dando vida a un club al que pudo poner una estaca mortal.
Eso sí, el expresidente tiene judicialmente todas las papeletas para no ver un solo euro de ese posible reparto de dividendos. Tal como informó en exclusiva LAS PROVINCIAS el pasado 7 de junio, el Tribunal Supremo desestimó el recurso de casación de Vicente Soriano contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia que le condenó a pagar 20 millones, más seis de intereses, correspondientes al primer pagaré de la compraventa de las 70.899 acciones de Juan Soler, a nombre de Urbanas de Levante, por un importe de 85,5 millones de euros. La sentencia del Supremo fue firme, con lo cual Soriano está obligado a hacer frente a dicha cantidad.
Por tanto, legalmente, las antiguas acciones de Juan Soler están en el registro a nombre de las sociedades que gestiona Soriano, aunque no ha pagado por las mismas. El dividendo que le correspondería al expresidente del Valencia, sumando los 70.889 títulos que compró a Soler y los 17.600 que poseía en propiedad, le otorgaría más de 240.000 euros. Los abogados de Soler podrían en ese instante solicitar la ejecución del embargo para que ese dinero fuera transferido a las cuentas del que fuera máximo accionista como parte del pago de la sentencia condenatoria que el Supremo ratificó a Soriano en la operación de compraventa entre ambos. Hay que recordar que, antes del verano, el juzgado de primera instancia número 22 de Valencia dio luz verde a la subasta notarial de esas 17.600 acciones en poder de Vicente Soriano a través de su empresa Interadquisiciones. Hace meses que Soler ejecutó el embargo de todos los bienes que tienen su firma, pero no verá liquidez hasta que se subasten las sociedades del empresario de Puçol.
Después de que Bankia tumbara el protocolo de intenciones que, a nivel simbólico, era una bombona de oxígeno para la entidad de Mestalla, el club apura los días para salvar los obstáculos financieros más urgentes. Y el problema de verdad le aparecerá a la Fundación en 2014. El 27 de agosto de ese año tendrá que hacer frente al pago de 46,1 millones de euros, que salen de la suma de los intereses anuales más la mitad del principal prestado. En agosto de 2015 vencen otros 46,1 millones. El margen de error cada vez es menor si no se vende el club.
El posible reparto de beneficios también llegará a los pequeños propietarios. Si aplicamos el ratio de 2,75 euros por acción, como primera estimación que se tiene dentro del club, a un accionista que ostente 11 títulos, los necesarios para el descuento del pase, le corresponderían 30,25 euros.
A alguno de los antiguos maximos accionistas, como el caso de Vicente Silla, que 'lidió' en la compraventa de Soriano a Soler, le correspondería algo más de 8.000 euros. De forma aparente, una de las contradicciones que presenta esta operación que está sopesando el Valencia -y que según confirma el propio club todavía no está ni mucho menos cerrada, por la complejidad que entraña-es, de cara a Bankia, repartir beneficios cuando el club debe casi 250 millones de euros a la entidad financiera. En el Valencia se tiene la certeza que, de llevarse a cabo la operación, el banco no pondría ninguna objeción.
Mientras tanto, el Consell aguarda expectante desde su condición de avalista. El gobierno valenciano observa inquieto, aunque confía en que el Valencia afronte la situación en que él mismo se metió. Eso sí, no descarta tener que hacer frente al pago de los intereses
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-10-11/soriano-recibiria-euros-valencia-20121011.html
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