El club adopta esta medida forzado por la ley mercantil, que obliga a mantener el equilibrio patrimonial para evitar la disolución
X. MORET / J. C. VILLENA | | VALENCIA.-
X. MORET / J. C. VILLENA | | VALENCIA.-
El Valencia ha convocado una Junta General de Accionistas el próximo 9 de noviembre en la que planteará a sus socios una reducción de capital de 50,58 millones de euros, prácticamente la mitad con el que cuenta en la actualidad. La medida se toma para «restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto de la sociedad disminuido por consecuencia de pérdidas acumuladas», según refleja el orden del día de la asamblea.
Las pérdidas que arrastra el club, acumuladas fundamentalmente durante la etapa de Juan Soler en la presidencia, ascienden a 45 millones de euros según reflejan sus cuentas del último ejercicio. Esas pérdidas han ido consumiendo su patrimonio neto hasta el punto de que ya representa menos de la mitad de su capital social. La legislación mercantil obliga a aquellas sociedades anónimas que se encuentran en esa situación a convocar una junta de accionistas en el plazo de dos meses para adoptar un acuerdo que permita restablecer el equilibrio patrimonial. Hasta que se celebre esa junta y se acuerde la forma de recapitalizar el club, el Valencia se encuentra técnicamente en causa de disolución.
La opción elegida por el club para resolver ese desajuste pasa por reducir su capital a la mitad. Las otras dos alternativas que ofrece la ley son la liquidación ordenada o la entrada de nuevo capital, una opción impensable en la coyuntura actual. El mal menor consiste, por tanto, en 'comerse' parte de su capital para tapar el agujero patrimonial.
Según la convocatoria de la junta general, se hará mediante la reducción del valor nominal de las acciones en la suma de 23,92 euros por acción. Se trata de una operación contable para devolver el equilibrio y evitar tener que disolver el club. «Se reequilibra la sociedad, pero sin que entre dinero nuevo. La reducción de capital es meramente nominal», explica el catedrático en derecho mercantil de la Universidad Politécnica de Valencia, Juan Bataller.
Dado que el accionista mayoritario es la Fundación, el acuerdo para la reducción de capital saldrá adelante sin problemas. La consecuencia de ver reducido a la mitad el valor nominal de sus títulos será doble para los accionistas del Valencia. Por un lado tendrá efectos sobre el dividendo que reciben y, por otro, verán diluidos sus derechos políticos en la asamblea en la misma proporción que baja el capital. Al tratarse de una sociedad anónima deportiva cuyos títulos no cotizan en el mercado, la cuestión del dividendo tiene una importancia menor para los socios minoritarios.
De hecho, muchos de ellos lo son de forma sentimental o práctica, para poder beneficiarse del descuento en el pase. Respecto a la pérdida de derechos de voto en la asamblea, las consecuencias para el accionista no serían inmediatas, ya que todos los poseedores de títulos los verían reducidos en la misma proporción. Sin embargo, ante una futura ampliación de capital, los accionistas que desearan mantener su cuota en el capital social tendrían que volver a invertir.
Reducción de garantías
Las implicaciones de la reducción son mucho mayores para la Fundación del Valencia, accionista mayoritario con casi tres cuartas partes del capital y, de rebote, para el Gobierno valenciano. El hecho de enjugar la deuda de 45 millones que arrastra desde hace años le permitirá destinar parte de los beneficios -el club lleva dos temporadas declarando ganancias- a retribuir al accionista. Dado que es, precisamente, la Fundación la que controla el paquete mayoritario de títulos, podría obtener dividendos con los que pagar los intereses del préstamo de 81 millones que mantiene con Bankia. La entidad tiene que abonar antes del 27 de noviembre los 5,6 millones correspondientes a los intereses de 2012 de ese préstamo que, a día de hoy, aún no sabe cómo conseguir.
Pero hay una segunda consecuencia. La deuda de la Fundación del Valencia con Bankia está avalada por la Generalitat a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). Como garantía a ese aval, el IVF tiene pignorado el paquete accionarial de la Fundación. Cuando la junta de socios apruebe la reducción de capital a la mitad, la garantía con la que cuenta el acreedor se reducirá en el misma proporción. Bankia rehusó hacer comentarios sobre ese hecho y se remitió al aval constituido por la Generalitat. No obstante, lo más probable es que la entidad bancaría y el avalista, el Consell, tuvieran que negociar garantías adicionales a ese crédito.
El conseller de Economía, Máximo Buch, señaló ayer que no tiene «ninguna objeción» a la reducción de capital si ello «refleja mejor la situación patrimonial del Valencia». Bankia rechazó la opción de ampliar el crédito para pagar los intereses, con lo que las vías de solución se agotaron. Si el Valencia presenta unas cuentas el 9 de noviembre con 4,6 millones de beneficios, lo presupuestado para el presente ejercicio, a la Fundación le corresponderían 3,22 millones del reparto de dividendos. El club vendió a Jordi Alba antes de julio renunciando a un millón de los 15 que le pedía al Barça. La razón, la entidad quiere incluir parte de la venta para subir los beneficios y, en consecuencia, subir el dividendo para la Fundación hasta los 5,6 necesarios.
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