Soler: ´Al final seré yo quién mató a Kennedy´

V. CHILET /J.M. BORT VALENCIA Comprensión y solidaridad es la que ha recibido el presidente valencianista, Manuel Llorente, por parte de algunos de los máximos mandatarios que le precedieron en el cargo e incluso convivió en la directiva blanquinegra, caso de Juan Soler y Jaume Ortí. Ayer mismo, el Tribunal Superior de Justicia de la C. Valenciana confirmaba la investigación a la que está siendo sometido Llorente por parte del Juzgado de Instrucción número 2 de Picassent tras una denuncia de la Fiscalía, en una causa que está declarada secreta.

Desde el entorno de Llorente, tras la contundente reacción inicial al desvelarse la investigación en curso, se aseguraba ayer que el presidente valencianista colaborará "en todo lo que esté en su mano" para no obstruir la investigación de su caso y se esclarezca la verdad.
Juan Soler, presidente entre 2004 y 2008, negó rotundamente estar detrás de la denuncia anónima, como así afirma que le ha llegado de terceras personas: "Dicen que si yo estoy detrás de la denuncia. No, si al final seré yo el que mató a Kennedy. Yo tengo la conciencia tranquila, y yo aprecio a Llorente". Soler, que en su etapa directiva obligó a dimitir a Soler, remarcaba que ayer mismo le había contactado por teléfono para interesarse por él: "Le he llamado. A mí no me gusta saber de estas cosas ni me meto con nadie. Espero que solucione pronto sus problemas y que le vaya muy bien".

En términos parecidos se pronunció Jaume Ortí, presidente del Valencia entre 2001 y 2004, franja histórica en las que se conquistaron dos ligas y una copa de la UEFA: "A Manolo la presunción de inocencia se le debe respetar al máximo, como en cualquier otro caso judicial. Es un tema personal, en el que deberá defenderse y aportar pruebas, sin saber todavía el fondo de la cuestión, al ser secreto. Personalmente mantengo mi confianza en Llorente", esgrimía el exdirigente.

Otra cuestión es la coyuntura económica del Valencia, pendiente de la renovación del préstamo con Bankia y de la ejecución del protocolo de intenciones urbanísticas acordado con la entidad financiera, en plena crisis interna e intervenida con capital público, para poder retomar las obras del nuevo estadio, paradas desde febrero de 2009. Soler, apartado cuatro años de la presidencia, afirma "desconocer los números del Valencia", pero confía "en que se resuelva la situación económica del club. Los que lo llevan tienen capacidad para ello", expresó el que fuera máximo accionista de la entidad.

Soler aprovechó para reivindicar el legado de su gestión, considerado por muchos como la causa de la actual decadencia económica del Valencia: "Yo ya lo dije. La crisis iba a acabar con muchas empresas, como así se está viendo en la actualidad. El Valencia no ha caído y será porque algo se ha hecho bien. El club está en pie gracias al patrimonio que hicimos, y que permite tener hipotecas, por nuestra gestión y de los que están ahora, que están de sobra preparados para sacarlo adelante", afirmó. Contrariamente, Ortí ponía el acento en "la herencia recibida" por Llorente, que ha obligado a la actual directiva, en el poder desde el verano de 2009, "a realizar fuertes reajustes sin que el equipo haya perdido competitividad. Ha sido una buena gestión, pero parece que no es suficiente". Ortí define como "un gran hándicap" la crisis por la que atraviesa Bankia, "que va a obligar a repasar los planes otra vez", pero se mostró "muy seguro" de que "se encuentren soluciones a largo plazo".

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