Se cumple el guión

El Valencia vuelve a casa tras cubrir su mini gira inglesa en la que se ha medido a dos conjuntos de la Premier, más rodados, con más tiempo de preparación y, por lo tanto, superiores. El de ayer, el Manchester City, es uno de los trasatlánticos del país, con una plantilla hecha a golpe de talonario, línea seguida desde que compró el club un millonario de los Emiratos Árabes, que no se conforma con lo que ya tenía, de ahí la incorporación este verano de los Yayá Touré, Kolarov, Silva y compañía. Una constelación de estrellas que si Mancini logra convertir en un bloque entregado y aguerrido, con la calidad que posee puede mirar de tu a tu al United, su gran rival, Chelsea y al que se le ponga delante.

El equipo de Unai Emery bastante hizo con salir airoso y con una derrota digna, ante lo que se le vino encima en la primera mitad, cuando los locales, que salieron con todo, apretaron de firme. No era tarea sencilla plantarse delante de un Manchester City con poder en todos los aspectos, en el físico y en el técnico. El roto podía ser importante. Se evitó, al menos, y los valencianistas acumularon otros noventa minutos de juego para continuar cargando el depósito.

El City abrió el marcador al filo de la media hora de juego y si no lo hizo antes fue por falta de puntería y por la buena actuación de Moyá, que salvó el gol en dos ocasiones con sendas intervenciones de mérito a remates de Richards y de Yaya Touré. Nada pudo hacer, sin embargo, el portero blanquinegro ante el testarazo poco menos que a placer de Barry, la mitad de cuyo tanto fue de su compañero Boateng; el alemán entró como un auténtico avión por la banda derecha, dejó atrás por velocidad hasta a tres valencianistas y sirvió perfecto.

El cuadro de Mancini, mucho más rodado, fue poco a poco aumentando el ritmo y superó con facilidad a un Valencia incapaz de salir de atrás, de superar la presión a que se veía sometido. Los celestes acabaron convirtiéndose en un rodillo, a pesar de que tanto Silva como Tévez -auténtico ídolo de la parroquia local-, no estaban a la misma altura de preparación que sus compañeros y por ello participaron tan solo 36 minutos. No importó. El argentino es una bestia. Lo volvió a demostrar. Silva, más pausado, a su aire, dejó detalles de su calidad, de ese último pase que sólo él sabe dar para servir el gol e incluso probó fortuna con un chut desde la frontal que se marchó ligeramente desviado.

Superar a una medular poblada por Yaya Touré, Barry, Silva, con el empuje desde atrás de De Jong, otra fuerza de la naturaleza, se convirtió en una misión imposible para el Valencia. Los de Emery no daban abasto para parar al bloque inglés, entre otras razones porque tampoco podían perder de vista a Tévez, a Adebayor, cuya movilidad generó continuos espacios imposibles de tapar en su totalidad. Y, por si faltaba algo, las bandas. Richards y Kolarov se convertían por momentos en auténticas balas.

Los nuevos laterales valencianistas ayer sufrieron de lo lindo. Fue el primer encuentro de ambos en dicha demarcación. Miguel debutaba en esta pretemporada y Del Horno dejaba la posición de central en la que su entrenador le había ubicado en las citas precedentes. Y en el centro del campo, tres cuartos de lo mismo. La tripleta formada por Banega, Topal y Tino Costa bastante hizo con tratar de abortar las intentonas locales, una tras otra, la máquina no paraba, lo que hizo que apenas tuvieran el balón en su poder y, mucho menos, tratar de hacerlo llegar a los hombres más adelantados.

Sólo en el tramo final, cuando el City se tomó un respiro -ya sin Tévez y Silva en el campo-, se estiró tímidamente el Valencia. Dos acciones personales de Pablo y Joaquín acabaron con sendos remates que se marcharon fuera por poco.

El inicio del segundo periodo se produjo bajo la misma tónica del acto anterior. Nada más arrancar, los aficionados reclamaron penalti, con razón, tras un manotazo muy claro de Miguel abortando un remate con la cabeza de Johnson. El conjunto inglés introdujo un puñado de cambios, mientras que Emery mantuvo a los mismos hombres ante la necesidad de sumar minutos y adquirir ritmo de competición. El duelo se igualó en algunos momentos, hubo más equilibrio, en la misma medida que decreció el espectáculo.

Sin embargo, cada zarpazo del City, cada contra, llevaba peligro, merced a la velocidad punta. Los de Mancini van al menos con una marcha más, mientras que los de Mestalla siguen en rodaje. Navarro, atento, acertó a impedir el segundo gol, con lo que la diferencia mínima que se mantenía en el marcador hacía a los aficionados permanecer atentos al juego. Después, Miguel hizo lo propio y permitía que su equipo estuviera todavía en el partido y con opciones de impedir la derrota.

Pero era complicado hacerlo porque para ello había que marcar un gol y nunca se llegó con opciones claras de hacerlo a los dominios del meta local. Más bien al contrario. Y la sentencia definitiva pudo llegar a los 76 minutos en un remate del otro Silva del Manchester, Jo, pero el balón se estrelló en un poste con Moyá batido.

De ahí al final, poco que relatar. El segundo gol local, espontáneo incluido, y el debut en esta pretemporada de Juan Mata. Otro de los campeones del mundo que ha vuelto al tajo y que, como es lógico, está lejos de su mejor estado de forma. Tiempo al tiempo, consigna que cabe aplicar a todo el conjunto valencianista, pero aprovechándolo. La puesta a punto debe acelerarse en lo que resta de este mes de agosto para llegar en buenas condiciones al debut liguero en Málaga. Allí no habrá la temperatura fresca encontrada en Inglaterra.


http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-08-08/cumple-guion-20100808.html