El club renueva a César un año y sueña con Soldado

La maltrecha situación económica va a marcar el futuro del Valencia a corto-medio plazo. La plantilla de futbolistas no va a estar exenta a los recortes que se imponen y ha empezado a notar las consecuencias. Y, si alguien mantenía alguna duda al respecto, el presidente del club se encargó de disiparla ayer. «Debemos tener los pies en el suelo. Nos esperan dos o tres años en los que los fichajes no serán los que se desearían, pero haremos un equipo competitivo, a la altura que merece el Valencia», expuso Manuel Llorente, recordando las adquisiciones realizadas y las próximas que llegarán.

El dirigente no quiso que la crudeza de sus palabras lleve a los aficionados a una interpretación errónea. De ahí sus siguientes palabras. «La afición debe estar tranquila, porque el equipo será competitivo y seguirá estando arriba. No queremos transmitir la idea de que estamos liquidando, pues estamos montando un equipo que seguirá dando satisfacciones. El consejo ha decidido vivir en el futuro y este pasa por no desmantelar el equipo».

El director deportivo, Fernando Gómez, consciente de que son tiempos duros, sabe que los fichajes a realizar han de ser a bajo coste. Como máximo esfuerzo, sólo en uno de ellos, se podría llegar a pagar 12 ó 13 millones de euros. Y sería una excepción. Por eso el francés Gignac está prácticamente descartado ante la tasación que de él hace el Toulouse, entre 15 y 18 millones.

El primer objetivo ahora es el valenciano del Getafe, Roberto Soldado, cuya cláusula de rescisión es de 10 millones de euros, que en el club de Mestalla se cree que se podría rebajar, después de acceder a la marcha de Miku al equipo madrileño, tras la petición de su presidente, Ángel Torres. El delantero es joven y con una proyección y margen de mejora que incluso permitirían extraerle rentabilidad después de triunfar varios años en el Valencia. Hay más alternativas: Adúriz, Colunga, Nilmar... Sin embargo, Soldado no sólo es el favorito, es el elegido y se va a por él.

«Las cantidades a pagar serán las menos posibles porque hay muchas deudas», dijo ayer Llorente, para confirmar por enésima ocasión el ciclo de austeridad que se impone en la vida del club. Pero también es cierto que sin estirar más el brazo que la manga se puede sobrevivir. Prueba de ello es que el pago del segundo plazo de las fichas de los futbolistas actuales no corre peligro. «Cobrarán el día 1 de julio, como está establecido», confirmó el presidente, añadiendo que «si quisiéramos, venderíamos ahora las parcelas de Mestalla, pero no por la cifra adecuada. La situación actual aconseja no tomar decisiones rápidas al respecto».

En resumen, tiempos de vacas flacas, lo que no quiere decir de decepción ni penurias deportivas. De ahí que Llorente recordara en su comparecencia que tras la marcha de jugadores como Claudio López o Mendieta el Valencia fue campeón de Liga, entre otros títulos.

Por el momento, el club mantiene la estructura. «Habrá que repartir los goles de Villa entre el colectivo», afirmó el presidente, pero ayer mismo se confirmó la renovación por una temporada más del guardameta César Sánchez que, junto al delantero asturiano, han sido dos de los pilares sobre los que se ha sustentado el rendimiento del equipo en la presenta campaña.

César se ha ganado continuar en el club con su trabajo diario y en cada partido. Volverá a competir por el puesto con Moyá, mientras el club tratará de dar salida a Renan, por el que se puede obtener nuevos ingresos.

http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-05-20/club-renueva-cesar-suena-20100520.html