Silva y Vicente entran en la lista del Valencia para el reto de Copa de hoy contra el Deportivo.
Emery quiere esperar a ver qué sensaciones tiene el canario en el entrenamiento de esta misma mañana antes de hacer dos descartes
Noche de Reyes, día de magia y tarde de fútbol. Si uno, por muy escéptico que sea en algunas cosas, le da por mezclar en una coctelera estos ingredientes y lo agita con gracia, el resultado del experimento podría ser un gran partido con una gran victoria del Valencia que dejara al Deportivo casi fuera de combate. La realidad, de cualquier forma, es algo más dura. Sí es verdad que por primera vez en lo que va de temporada, Emery suma a la causa a dos jugadores con un talento desmedido: Silva y Vicente; pero por lo que avisan los propios protagonistas el Deportivo no va a ser una víctima asequible ni cómoda, ni mucho menos. El canario vuelve a una convocatoria tras su delicada lesión de rodilla que le ha apartado de la competición durante cuatro partidos. El zurdo valenciano experimenta por primera vez en todo el curso eso de ver su nombre en una lista, aunque esta sea -precisamente por ellos mismos como causa- de 20 elementos.
Por las palabras que ayer mismo pronunciaba el entrenador sobre Silva y sobre Vicente, tanto uno como otro van a tener complicado ganarse una plaza no sólo en la alineación -en lo que se refiere a Silva- sino incluso en el banquillo -sobre todo Vicente-. Silva pasó ayer la primera prueba seria para ver si su rodilla le transmite o no alguna sensación de duda. No obstante, al canario se le volverá a probar en el entrenamiento que sobre el defectuoso Mestalla volverán a hacer los convocados esta misma mañana. Será él, en definitiva, quien dictamine qué hacer porque el entrenador no quiere forzarlo (el domingo hay partido y la semana que viene se juega la vuelta de Copa). «Todavía tiene una pequeña duda, es normal solo falta que entre en pleno convencimiento. Está muy cerquita. Si está para jugar de inicio, bien; si está para jugar un rato, bien; y si está para quedarse fuera, bien». Estadísticamente, el Valencia ha conseguido tirar más o menos bien sin el canario. Fue capaz de ganar en San Mamés (1-2), es verdad que luego perdió contra el Real Madrid (2-3), amarró un punto en Riazor (0-0) precisamente contra el rival de esta tarde-noche y sacó adelante, con milagro incluido, la cita del Espanyol.
En el caso de Silva, a la hora de examinar los resultados cosechados sin él es casi más decisivo analizar el cómo se jugó antes del qué marcador se obtuvo. Banega sufre en la mediapunta y al equipo le cuesta acabar las transiciones. Se apreció esta deficiencia en Riazor y también el sábado en Mestalla.
Y de un mago que circula por el centro a otro que se maneja en la izquierda. Vicente es un caso diferente al de Silva. El único problema que tiene el valenciano es la falta de minutos que tiene, tanto de partidos como incluso de entrenamientos. «Son muchos meses los que no ha competido. Es un proceso largo, tiene que ser progresivo», avisa Emery dando la impresión de que Vicente puede ver el partido desde el palco. Desde el 15 de agosto Vicente desapareció de la primera línea de combate por lesión. Tan genial como criticado en los últimos tiempos, la participación de Vicente es más necesaria de lo que parece a priori porque Mata está sobresaturado de minutos y Jordi Alba todavía tiene que seguir engordando su fútbol para hacerse hueco en la élite. Partidos como los de hoy se ponen muy cuesta arriba.
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