El jugador portugués, que costó 18 millones de euros, espera ganarse en Italia una plaza para el Mundial El club ofrece a Del Horno al Deportivo, necesitado de un lateral zurdo pero pobre de recursos
Nunca 18 millones de euros, los que en su día tuvo que pactar el Valencia con el Benfica de Portugal, han tenido un destino tan espinoso y poco rentable deportiva y económicamente como el que está protagonizando Manuel Henriques Tavares Fernandes (5-2-1986). El fichaje por el que apostó el que en su día fue director deportivo del club, Miguel Ángel Ruiz, lleva camino de escribir otro capítulo con borrón forzado. El portugués, salvo que pegue un giro de ultimísima hora, se convertirá hoy en nuevo jugador del Inter de Milán para lo que resta de temporada.
Es una nueva cesión (la segunda desde que es valencianista, la cuarta en su carrera profesional) la que afronta este centrocampista que desde que llegó a Valencia en verano de 2007 nunca ha sido capaz de quitarle protagonismo a los de siempre: Marchena, Albelda, Baraja y ahora Éver Banega. Fernandes sale por la puerta de emergencia del Valencia porque el futbolista se está jugando su presencia en la lista de la selección de Portugal para el Mundial de Suráfrica. Necesita acumular más minutos de los que aquí parece estar dispuesto a darle Unai Emery y desde la dirección deportiva, pese a que hace algunas semanas se cerró la puerta, se ha contemplado ahora esta posibilidad como interesante, sobre todo por lo que implica desde el aspecto económico. Además de hacerle un favor al jugador (tiene contrato hasta 2013), a Emery -con solo dos competiciones y apenas opciones de jugar- le elimina una cara descontenta en el vestuario, y, además, a Manuel Llorente le alivia la cuenta de gastos. Porque esa es una de las condiciones que ha tenido siempre claro el Valencia y así se lo dijo a sus representantes y al propio Fernandes cuando éste se entrevisto días atrás con Fernando Gómez: el club que lo acogiera hasta final del ejercicio tenía que hacerse cargo de la mitad de su ficha, en torno a 600.000 euros, aunque el jugador estaba, incluso, dispuesto a perdonar cerca de 120.000 euros.
Lo curioso del caso es que se apuntaba en un principio a Lisboa (Sporting) como posible destino, sin descartar tampoco al Everton (ha estado allí en dos ocasiones cedido) pero el que realmente dio el paso más firme ayer fue, de manera sorprendente, el Inter de Milán de Mourinho, líder del Calcio. Allí, de hecho, se le espera hoy al jugador para pasar la revisión médica y dar oficialidad a todo el tema. Manuel Fernandes, no obstante, se entrenó ayer por la tarde a las órdenes de Emery en Paterna y el Valencia, pese a tenerlo todo pactado, prefiere esperar al día de hoy a anunciar la salida del centrocampista en una operación en la que podría recogerse una cláusula de compra por parte del Inter que se estiraría hasta los diez millones de euros, cantidad que teniendo en cuenta el escaso rendimiento ofrecido por el jugador esta temporada (27 minutos en Liga, 105 en Copa y 11 en Europa League) parece casi imposible de cristalizar.
De manera paralela y sin que tuviera que ver una cosa con la otra, el Valencia movió otro frente. Como Del Horno ni está ni estará en los planes de Emery, desde la secretaría técnica se hizo un movimiento con el fin de buscar una salida lo menos dolorosa posible para un jugador costosísimo. Como el Deportivo tiene la necesidad de fichar un lateral izquierdo tras la grave lesión de Filipe Luis (tiene que jugar Manuel Pablo a pie cambiando), el Valencia ha ofrecido al lateral vasco y ahora el que debe contestar es el conjunto gallego, con gravísimas dificultades económicas. Es este hecho el único factor que puede tumbar la marcha de Del Horno al equipo de Lotina.
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