El valencianismo disfrutó de la victoria de su equipo contra el vecino de la ciudad.
Es cierto que el derbi cada vez es más derbi. Éste es el quinto año consecutivo que se disputa en Mestalla y el duelo entre los dos equipos de la ciudad de Valencia va cogiendo aroma aunque esta vez no huiera tantos seguidores levantinistas como en otras ocasiones.
Sin embargo, ayer en Mestalla quedó patente un hecho. Desde al Curva Nord se cantó en contra del Levante y el resto del público empezó a silbar. Y es que, el equipo azulgrana nunca ha sido rival del Valencia. No en sentido figurado sino en sentido literal. Hace unos años en Mestalla se aplaudían los goles del equipo granota que anunciaba el videomarcador cuando el Levante jugaba en Segunda División B. En algunos casos, incluso, hay doble militancia. No hay suficientes elementos comunes para la comparación más allá de la vecindad. Por lo menos de momento. Es evidente que el aficionado levantinista ve al Valencia como el enemigo a batir pero ayer la parroquia blanquinegra, señorial, no le deseó ningún mal al equipo granota.
Valencia tiene derbi pero está en ciernes. Cabe recordar, eso sí, que fuera de la élite del fútbol masculino ambos clubes compiten a cara de perro en las demás categorías. Y, como decíamos al principio, el derbi cada vez es más derbi.
Tal vez por eso Peter Lim decidió acudir al partido. El máximo accionista entró a Mestalla, como suele ser habitual, por el córner derecho del fondo sur pisando el césped. Hubo recibimiento al equipo en los aledaños dos horas antes de que empezara el partido y protestas contra la Federación y Tebas. La afición valencianista pudo disfrutar de tres goles y vio ganar a su equipo con contundencia y comodidad.
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