Los guantes de Diego

SALVA FOLGADO. HOY Alves con los guantes vírgenes. Así acabó el brasileño el domingo delante de una Real Sociedad tan bonita como poco vertical...

VALENCIA. 

El brasileño entró en los grandes almacenes con aire de tipo despreocupado. No le había costado ningún esfuerzo dejarlos tal y como los compró. Pasó una toallita húmeda muy suave por el dorso, después por la palma y listos. Luego los metió en el estuche con su cierre zip, cogió el ticket que guardaba en la billetera y salió de casa. Caminó por el centro de la ciudad tratando de pasar desapercibido, pero cuando eres una celebrity de la pelota en una ciudad muy futbolera es jodido no levantar cierta expectación a tu paso y más si uno no es de llevar gorra o gafas de sol a diario como Nico o Rodri. Entró a los almacenes, subió por las escaleras mecánicas y accedió a la planta de deportes. Localizó al empleado que lo había atendido el viernes y le dijo que quería devolverlos. El hombre revisó que los guantes no estaban usados, le pidió el ticket y le devolvió el dinero. Diego le dijo que sólo quería devolverlos; no necesitaba el dinero. El hombre, sorprendido, los dejó en el expositor y los puso otra vez a la venta. Estuvo tentado de quedárselos pero no era muy futbolero. De serlo lo habría advertido. El brasileño sonrío y se marchó de la tienda después de no poder fintar la demanda de un par de fotos y varias firmas.

Su pequeña travesura había funcionado. Después de estar 8 partidos reventándolos a paradas en el campo, con alguna de las intervenciones milagrosas a las que está abonado esta temporada, por fin había tenido un partido en el que después de competir podía comer algo sobre los guantes. Porque Diego Alves apenas se ensució frente a la Real Sociedad.Guantes limpios después de mucho tiempo. El domingo será diferente si no está Nico. Más faena. Partido gordo. Y sin Otamendi... No los podré devolver como si nunca los hubiera utilizado. Con este pensamiento salió del centro y volvió a casa.

Esto, claro, no sucedió excepto en mi imaginación. ¿Cómo va a devolver Alves unos guantes? ¿Estamos locos? ¿Si a él se los regalan? Pero podía haber ocurrido en una dimensión paralela.

Alves con los guantes vírgenes. Así acabó el brasileño el domingo delante de una Real Sociedad tan bonita como poco vertical. No recordaba un partido tan cómodo para el Valencia. Junto al partido frente al Real Madrid y al del Sevilla, creo que el del domingo fue uno de los más serios que ha jugado el equipo en toda la temporada. Desde un planteamiento más natural; sin meter con calzador a los cuatro mediocentros; explotando las bandas, pero la derecha y la izquierda sin renunciar a una de ellas; y con Enzo y Parejo, los dos, centraditos, por delante de Fuego. Eso y la habitual solvencia defensiva explican el partido del domingo. Porque cuando la semana pasada hablaba de jugar bien, me refería a jugar como el domingo. Hablaba de jugar a algo que al equipo le fuera bien. Y Nuno le dio al equipo un Red Bull y le crecieron las alas que él mismo le había amputado -Getafe y Córdoba, recientemente- en otros partidos. Porque sólo con un ala no se puede volar. El Valencia frente a la Real utilizó las dos. Y con ellas se trata de presionar, robar, circular, correr y llegar. El equipo está más a gusto y es más reconocible jugando así. A eso me refería la semana pasada.

Parece que Nuno ha capitulado con lo de agrupar a la fuerza a los cuatro mediocentros, aunque es cierto que las molestias que André había padecido durante la semana no aconsejaban que jugase 90 minutos. Entonces, Nuno no tuvo problemas para decidir qué medio se quedaba fuera. El domingo, en ese choque en el horizonte del Calderón, que todos intuimos como excitante por la trascendencia en la pelea por la Champions, veremos qué sucede con ese pack de medios. Pero conforme avanza la competición los que pensábamos -yo el primero- que Javi Fuego era la pieza más fácil de sustituir con la llegada de Enzo, estábamos equivocados. No sólo no es el rival más débil sino que, por cómo trabaja Nuno, parece la única pieza que no se puede sustituir pese a que Enzo puede jugar, como hizo el día del Real Madrid, en esa posición.

A Enzo lo vimos otra vez. Después de su buen debut, lo habíamos intuido pero no lo habíamos visto más que un buen rato contra el Sevilla. A él, como a Parejo, como a André, no le va bien tanta competencia en la medular. El fuego amigo, como al resto, no le beneficia. Con Fuego detrás, al lado de Parejo y con dos tipos rápidos que pisen las alas, le va mejor. Sobra un mediocentro en el Valencia actual, que carbura mejor jugando con tres especialistas en esa zona en lugar de forzar a los cuatro. Y volviendo a Enzo, qué nadie espere que la toque como Parejo o André. Es otro jugador, más intenso en la presión y en la recuperación. Lo suyo, probablemente, era cuestión de tiempo en un fútbol al que todos le metemos mucha prisa. Ahora necesita ser regular.

El domingo, en la orilla del Manzaneras, con mucha humedad en lo climatológico pero con mucho calor en lo ambiental, cargarán los indios. En las bajas hay equilibrio: Miranda y Griezmann por Otamendi. El Atleti tiene recambio para Miranda, el uruguayo Giménez, pero el sustituto de Griezmann es menor. En el Valencia pasa lo mismo con Otamendi. Su sustituto es inferior porque su jerarquía y su presencia no la tienen el resto de centrales. Por ese agujero querrá colarse el Atleti sino Alves se ensuciará los guantes y no podrá devolverlos como nuevos. Hay que sellarlo.

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