SALVA FOLGADO. HOY El fortín de Ipurúa es el segundo estadio más pequeño de la Liga. Mide 103 metros de largo por 65 metros de ancho. Es dos metros más corto que Mestalla y tres metros más estrecho
VALENCIA.
No es lo mismo que la Doctora Juguetes te repare el juguete en su jardín a que lo haga Nina Sharp en Massive Dynamics o Victor von Doom en su castillo de Latveria. No es lo mismo jugar con Pepa Pig -¡qué feo es su padre!- a jugártela con un Kaiju en el Pacífico. No es lo mismo jugar con el Rayito en la pradera de Mestalla que hacerlo con el Eibar en la caja de Ipurúa.
Es un hecho que el Valencia mejoró prestaciones contra el Rayo Vallecano pero también es cierto que la formación de Paco Jémez, con su línea de presión muy arriba y su defensa adelantada, tiene el perfil idóneo para convertirse en carnaza para un equipo rápido como el que prepara Nuno, que llevaba cuatro partidos sin echarse algo a la boca.
Me gustó el equipo en la primera parte porque en la segunda ambos púgiles dieron por cerrado e+l combate. Más rápido, más vertical y más directo que en otras ocasiones, el Valencia se comió al Rayo, que tiene, insisto, el target perfecto para el grupo de Nuno. Jugar en Mestalla también ayudó. La fórmula Mestalla más Rayo igual a tres puntos se cumplió. Omito el partido de Copa de la primera vuelta -y el de esta noche porque está resuelto- porque allí hubo demasiados cambios y pocas ganas. El sábado fue otra cosa.
Es la primera vez que a Nuno le sale bien la alternativa a Parejo. Al técnico, que ya sabéis que se le nubla la vista cuando no está el de Coslada, se le ocurrió cambiar otra vez de dibujo y jugar un 4-2-3-1 con De Paul de enganche y Piatti en la izquierda, prescindiendo de Rodrigo. La cosa funcionó. El equipo recuperó velocidad y masticó menos la jugada antes de lanzar el ataque. Precisamente cuando arreciaban las críticas hacia su falta de autocrítica, Nuno -que es muy listo- advirtió que iba a hacer cambios y reconoció defectos en la rueda de prensa previa. Luego aparecieron esas modificaciones y el equipo mejoró. Como su discurso en rueda de prensa, que ganó en suavidad.
El sábado en Ipurúa -la versión de esta temporada en Primera división de la aldea gala de Asterix y Obelix- el Valencia probablemente mantendrá el mismo dibujo porque, pese a que vuelva Parejo, le faltará André. Luego, el equipo se marchará de vacaciones y volverá a trabajar el 29 de diciembre para recibir al Real Madrid. También regresará el 4-3-3.
Me gustó el equipo en la primera parte porque en la segunda ambos púgiles dieron por cerrado e+l combate. Más rápido, más vertical y más directo que en otras ocasiones, el Valencia se comió al Rayo, que tiene, insisto, el target perfecto para el grupo de Nuno. Jugar en Mestalla también ayudó. La fórmula Mestalla más Rayo igual a tres puntos se cumplió. Omito el partido de Copa de la primera vuelta -y el de esta noche porque está resuelto- porque allí hubo demasiados cambios y pocas ganas. El sábado fue otra cosa.
Es la primera vez que a Nuno le sale bien la alternativa a Parejo. Al técnico, que ya sabéis que se le nubla la vista cuando no está el de Coslada, se le ocurrió cambiar otra vez de dibujo y jugar un 4-2-3-1 con De Paul de enganche y Piatti en la izquierda, prescindiendo de Rodrigo. La cosa funcionó. El equipo recuperó velocidad y masticó menos la jugada antes de lanzar el ataque. Precisamente cuando arreciaban las críticas hacia su falta de autocrítica, Nuno -que es muy listo- advirtió que iba a hacer cambios y reconoció defectos en la rueda de prensa previa. Luego aparecieron esas modificaciones y el equipo mejoró. Como su discurso en rueda de prensa, que ganó en suavidad.
El sábado en Ipurúa -la versión de esta temporada en Primera división de la aldea gala de Asterix y Obelix- el Valencia probablemente mantendrá el mismo dibujo porque, pese a que vuelva Parejo, le faltará André. Luego, el equipo se marchará de vacaciones y volverá a trabajar el 29 de diciembre para recibir al Real Madrid. También regresará el 4-3-3.
Al que le haya gustado el 4-2-3-1, con dos mediocentros clásicos y un enganche por detrás del punta referencial, qué se vaya olvidando. Eso será para casos puntuales. Porque Nuno le ha pedido a Peter Lim -su Santa Claus particular- otro mediocentro que viene para ser titular. Así que haceos a la idea de que si llega Enzo, será para jugar junto a Parejo y André. Todos no caben. A dos los ha traído el dueño y el otro es imprescindible para el técnico. Pobre Javi Fuego.
Pero antes de ver si a Nuno le llena el calcetín de caramelos Peter Lim, el equipo se va al País Vasco a jugar un partido más áspero que el que jugó el sábado con el Rayito. No será tan cómodo. Qué nadie se equivoque. El Valencia estuvo bien contra el Rayo pero quiero verlo en una situación similar -allí no estaba Parejo y aquí no estará André-, en un estadio y ante un rival que te va a exigir más intensidad y más trabajo. Los jugadores de Gaizka Garitano son los nuevos galos de la Liga. El domingo empataron con el Sevilla en el Pizjuán y en casa beben su poción mágica. A eso me refiero.
El fortín de Ipurúa es el segundo estadio más pequeño de la Liga. Mide 103 metros de largo por 65 metros de ancho. Es dos metros más corto que Mestalla y tres metros más estrecho. El estadio del Valencia mide 105 x 68 metros, que son las dimensiones que aconseja la UEFA. Vallecas, el campo más pequeño de Primera división, es igual de ancho que Ipurúa pero tres metros más corto. Mide 100 x 65 metros.
Lo del tamaño viene a cuento por si Nuno, que con el cambio de dibujo del sábado empleó un fútbol más directo, se decide a alinear a dos puntas de referencia, juntando a Alcácer y a Negredo, y opta por jugar al rechace y a la segunda jugada. No veo al Valencia pegando pelotazos en Ipurúa aunque pensándolo bien tiene los mejores delanteros para jugar a eso en un campo como ese. ¿Pelotazo y segunda jugada o toque y juego por abajo? ¿Le importará el tamaño a Nuno? ¿Qué haríais vosotros?
El sábado aguarda una prueba de madurez en Ipurúa para el joven equipo del Valencia. Porque no es lo mismo jugar con los playmobil que hacer puenting en Huesca. Nada que ver.
Pero antes de ver si a Nuno le llena el calcetín de caramelos Peter Lim, el equipo se va al País Vasco a jugar un partido más áspero que el que jugó el sábado con el Rayito. No será tan cómodo. Qué nadie se equivoque. El Valencia estuvo bien contra el Rayo pero quiero verlo en una situación similar -allí no estaba Parejo y aquí no estará André-, en un estadio y ante un rival que te va a exigir más intensidad y más trabajo. Los jugadores de Gaizka Garitano son los nuevos galos de la Liga. El domingo empataron con el Sevilla en el Pizjuán y en casa beben su poción mágica. A eso me refiero.
El fortín de Ipurúa es el segundo estadio más pequeño de la Liga. Mide 103 metros de largo por 65 metros de ancho. Es dos metros más corto que Mestalla y tres metros más estrecho. El estadio del Valencia mide 105 x 68 metros, que son las dimensiones que aconseja la UEFA. Vallecas, el campo más pequeño de Primera división, es igual de ancho que Ipurúa pero tres metros más corto. Mide 100 x 65 metros.
Lo del tamaño viene a cuento por si Nuno, que con el cambio de dibujo del sábado empleó un fútbol más directo, se decide a alinear a dos puntas de referencia, juntando a Alcácer y a Negredo, y opta por jugar al rechace y a la segunda jugada. No veo al Valencia pegando pelotazos en Ipurúa aunque pensándolo bien tiene los mejores delanteros para jugar a eso en un campo como ese. ¿Pelotazo y segunda jugada o toque y juego por abajo? ¿Le importará el tamaño a Nuno? ¿Qué haríais vosotros?
El sábado aguarda una prueba de madurez en Ipurúa para el joven equipo del Valencia. Porque no es lo mismo jugar con los playmobil que hacer puenting en Huesca. Nada que ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario