El gol del argentino y su celebración, en la que participaron jugadores y Nuno, lo más destacable del estreno valencianista en la Copa del Rey
«Es una muestra de humildad que gente como Álvaro, Nico o Bruno se hagan una foto conmigo», dice el punta tras marcar
Hace un rato ya que el estreno copero del Valencia en Vallecas se ha acabado. Rodrigo de Paul trata de sostener el tipo con una medio sonrisa mientras gestiona, después de pasar por zona mixta, tres entrevistas consecutivas, muy cerca de él atiende pacientemente Bruno Zuculini a los pocos aficionados valencianistas que a esa hora todavía resisten el frío madrileño. Los dos argentinos representan respectivamente la cara y la cruz de esta Copa del Rey. Al primero por tres cosas: porque por fin ha completado un partido, porque lo ha hecho más o menos de manera decente (fue de menos a más) y, porque, fue el autor del gol del triunfo, lo que provocó una montaña humana a la que no faltó ni su propio entrenador. Nuno fue el primero en acudir a la felicitación.
A Zuculini, en cambio, le queda la amargura de no ser titular ni esta vez. Cuando hay 'plan A' no entra ni en las convocatorias y cuando le toca el turno al 'plan B' se limita a pasar frío en el banquillo. Pese a eso, Zuculini parece -por fuera- un tipo feliz. Al menos no se le ve ni un feo gesto. Otros habrían subido al autocar a escape. Él aguanta todas las peticiones con amabilidad y una sonrisa digna de mención.
Es posible que a Zuculini le llegue la hora en el encuentro de vuelta. Nunca se sabe. De momento, le toca ver cómo el que disfruta tras un discreto inicio en el Valencia es su compatriota, que no se olvida de él en el guiño. «La verdad es que los compañeros son como amigos. Somos un gran grupo, para mí es un orgullo y es una muestra de humildad que jugadores como Álvaro -Negredo- o Nico -Otamendi- o Bruno -Zuculini- se hagan una foto conmigo y me feliciten. Ellos estuvieron conmigo en los malos momentos», afirma, ya más tranquilo doce horas después de que marcara su primer gol como blanquinegro.
Precisamente sobre la espectacular celebración que hubo indica: «Todo el grupo fue una montaña, pero fue más por el desahogo de haber luchado tanto. Me alegra que los compañeros y los técnicos se pongan contentos, porque eso quiere decir que uno está haciendo bien las cosas». Nuno lo felicitó en la rueda de prensa.
En los pocos momentos que había jugado se había movido por la izquierda. Contra el Levante, nada más salir, provocó cierta reacción en su equipo. Y en Vallecas actuó en ese trivote del medio del campo pero fue en la segunda parte cuando le puso más descaro al asunto. «Siempre dije que no podemos jugar 23 jugadores, todos tenemos que estar a disposición para cuando el míster lo desee. Esto es muy largo. La Copa es una competencia linda porque los que habitualmente no estamos jugando lo hicieron de una gran manera. Siempre jugué por la izquierda y de enganche, pero me veo bien estando de tres cuartos de cancha hacia adelante».
¿Ese gol puede haber significado una liberación o un punto de inflexión? «No. Estaba tranquilo, sabía que las oportunidades siempre llegan y uno las tiene que aprovechar. Siempre sigo trabajando de la misma manera. Un gol es importante pero siempre confiaron en mí y sigo trabajando. Lo decisivo es que el equipo ganó, que era lo que veníamos a buscar».
El Valencia ha puesto la proa hacia la final de Copa. Lo quiere la afición, es a lo que aspira la dirección y lo saben los jugadores. «Somos un equipo grande y siempre tenemos que ser protagonistas. Queremos darle una alegría a la gente. Es normal que los aficionados quieran ganar un título, hace un tiempo que no se hace y en un equipo de esta magnitud hay que estar siempre ahí. Si no es un título hay que ser protagonistas hasta el final en los dos torneos».
Ayala apostó decididamente por este argentino de 20 años. «Llegué joven pero también creí que estaba capacitado para dar ese salto. Son los primeros meses y uno está lejos de su gente, pero siempre trato de sacar lo positivo y a uno le gusta que le exijan para ir superándose», se defiende, para añadir sobre el trato con la afición: «Siempre estaré agradecido, a veces uno no tiene la posibilidad de devolver el cariño que te da, pero siempre estaban ahí dándome ánimos».
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