El conjunto de Nuno ha realizado una sesión intensa y ha empezado a preparar el encuentro del próximo domingo ante el Espanyol
Bruno
Zuculini irradia alegría. Es el fiel reflejo de un vestuario cambiado.
Juegue o no. "Uno estando en el banquillo se pone loco y grita porque
quiere que le vaya bien a los compañeros... que ganemos, festejar que
estén contentos". Es su lema. Filosofía de vida y de trabajo. Es
sinónimo de buen ambiente y de risas pero cuando toca ponerse serio es
el primero de todos.
Este centrocampista argentino (Buenos Aires, 1993) nunca imaginó que su experiencia europea sería tan rica en apenas un par de meses. De Mánchester a Valencia. Toda una vida en las categorías inferiores de Racing de Avellaneda (desde los 7 años) y, de repente, su vida echa a correr a una velocidad fugaz. Ese es Zuculini. Bruno (no confundir con Franco, su hermano que jugó en el Zaragoza).
Pese a su bisoñez y la imagen de rebelde que pueda ofrecer tiene la cabeza en su sitio. Se hace su propio escáner de lo que está siendo su vida: "Con la edad no te das cuenta. Pero en un momento dado uno trata de aprovecharlo todo y darse cuenta de dónde está parado y tirar para adelante, crecer como persona y como jugador y ser siempre la misma persona que te ha llevado a este club".
Esperanzas de futuro
Está a préstamo una campaña cedido por el Manchester City, pero deja una puerta a la esperanza. Su reflexión deja ver entre líneas que, aunque debe volver a las islas en junio, la puerta está abierta a continuar. "El Valencia no lo siento como algo pasajero. Lo disfruto mucho. Que se hayan preocupado por tenerme en sus filas me ha sorprendido muchísimo, que me hayan llamado tantas veces. Se lo agradecí a quien correspondía en su momento. No se qué pasará en el futuro. Tengo un año de momento por delante. Si son dos o tres años, mejor también", señala a MARCA.
Aparcado el inglés
Su estancia en Inglaterra ha sido corta. Llegó a finales de junio a Mánchester para ponerse a las órdenes de Pellegrini y dos meses después voló a Valencia. En Inglaterra estaba haciendo trabajo doble diario: Entrenarse y aprender inglés. Pero en este último asunto ahora se ha relajado. "Lo he dejado un poco", aunque apunta que es una asignatura (de la vida) pendiente: "Mi novia me visitará y me apuntaré a una academia, más que nada para la vida, y lo voy a tomar más en serio. Me servirá".
Un loco del gol
Se trata de un centrocampista moderno. De esos que ahora llaman versátiles. Van hacia arriba, van hacia abajo, no se les encasilla en una demarcación. Y lo que más llama la atención es la pasión que tiene por el gol. Va como loco hacia arriba, incluso hay imágenes del pasado choque con el Málaga en las que acaba dos veces literalmente dentro de la portería rival.
"De pequeño no tenía eso de hacer goles y luego tuve la fortuna de hacerlo. Para quien los hace es hermoso porque es lo que la gente busca y grita, le gusta y yo, como jugador, también. Es una sensación única yo que tuve el privilegio de hacer uno. Me gusta llegar al gol. Eso sí, respetando lo que hace el técnico y respetando lo que el grupo necesita. Vi que la jugada quizá podría llegar y me metí. A veces sale bien y en otras no, pero uno tiene intención aportar en lo ofensivo y en lo defensivo",dijo.
Analiza sus partidos
Ha subido un peldaño pese a ser de la cosecha del 93, muy joven. Hasta hace poco ni siquiera se paraba a mirar lo que había hecho sobre un campo. Posiblemente por su juventud. Jugar, más jugar y el resto no importa... Ahora va más allá. Ha interiorizado que mirar el pasado le hace mejorar. ¿Le gusta el fútbol fuera de su profesión? "Ahora me vuelvo a ver el partido, el tiempo que jugué al menos. Miro qué hago bien y qué hago mal. Presto más atención en lo que hago mal. De eso se trata, de seguir aprendiendo y no frenar la base de aprendizaje: técnicas, entrenamientos y también lo mental, de seguir mejorando un poco más". Se ha puesto un lema que cumple a rajatabla: "Salir de casa con algo menos y entrar con algo más".
"El último año en Racing no jugué bien, estaba incómodo"
Los golpes le han ayudado a crecer. Es de lo que más orgulloso se muestra Zuculini. Su último año en Racing de Avellaneda no fue todo lo positivo que le hubiera gustado. Aunque técnicos del Valencia tratan de ocultar la realidad esgrimiendo que tuvo un mal año porque Racing acabó hundido en la tabla, Zuculini habla sin tapujos y rechaza esa teoría. Se echa la culpa en lo personal: "La razón es uno mismo, no estaba bien, no jugaba bien porque no estaba cómodo y no me salían las cosas. Me hago cargo de lo que hice yo, no fue un buen año. Tengo autocrítica, lo bueno y lo malo, y quiero seguir mejorando como me hubiese gustado. No tuve un buen año".
Este centrocampista argentino (Buenos Aires, 1993) nunca imaginó que su experiencia europea sería tan rica en apenas un par de meses. De Mánchester a Valencia. Toda una vida en las categorías inferiores de Racing de Avellaneda (desde los 7 años) y, de repente, su vida echa a correr a una velocidad fugaz. Ese es Zuculini. Bruno (no confundir con Franco, su hermano que jugó en el Zaragoza).
Pese a su bisoñez y la imagen de rebelde que pueda ofrecer tiene la cabeza en su sitio. Se hace su propio escáner de lo que está siendo su vida: "Con la edad no te das cuenta. Pero en un momento dado uno trata de aprovecharlo todo y darse cuenta de dónde está parado y tirar para adelante, crecer como persona y como jugador y ser siempre la misma persona que te ha llevado a este club".
Esperanzas de futuro
Está a préstamo una campaña cedido por el Manchester City, pero deja una puerta a la esperanza. Su reflexión deja ver entre líneas que, aunque debe volver a las islas en junio, la puerta está abierta a continuar. "El Valencia no lo siento como algo pasajero. Lo disfruto mucho. Que se hayan preocupado por tenerme en sus filas me ha sorprendido muchísimo, que me hayan llamado tantas veces. Se lo agradecí a quien correspondía en su momento. No se qué pasará en el futuro. Tengo un año de momento por delante. Si son dos o tres años, mejor también", señala a MARCA.
Aparcado el inglés
Su estancia en Inglaterra ha sido corta. Llegó a finales de junio a Mánchester para ponerse a las órdenes de Pellegrini y dos meses después voló a Valencia. En Inglaterra estaba haciendo trabajo doble diario: Entrenarse y aprender inglés. Pero en este último asunto ahora se ha relajado. "Lo he dejado un poco", aunque apunta que es una asignatura (de la vida) pendiente: "Mi novia me visitará y me apuntaré a una academia, más que nada para la vida, y lo voy a tomar más en serio. Me servirá".
Un loco del gol
Se trata de un centrocampista moderno. De esos que ahora llaman versátiles. Van hacia arriba, van hacia abajo, no se les encasilla en una demarcación. Y lo que más llama la atención es la pasión que tiene por el gol. Va como loco hacia arriba, incluso hay imágenes del pasado choque con el Málaga en las que acaba dos veces literalmente dentro de la portería rival.
"De pequeño no tenía eso de hacer goles y luego tuve la fortuna de hacerlo. Para quien los hace es hermoso porque es lo que la gente busca y grita, le gusta y yo, como jugador, también. Es una sensación única yo que tuve el privilegio de hacer uno. Me gusta llegar al gol. Eso sí, respetando lo que hace el técnico y respetando lo que el grupo necesita. Vi que la jugada quizá podría llegar y me metí. A veces sale bien y en otras no, pero uno tiene intención aportar en lo ofensivo y en lo defensivo",dijo.
Analiza sus partidos
Ha subido un peldaño pese a ser de la cosecha del 93, muy joven. Hasta hace poco ni siquiera se paraba a mirar lo que había hecho sobre un campo. Posiblemente por su juventud. Jugar, más jugar y el resto no importa... Ahora va más allá. Ha interiorizado que mirar el pasado le hace mejorar. ¿Le gusta el fútbol fuera de su profesión? "Ahora me vuelvo a ver el partido, el tiempo que jugué al menos. Miro qué hago bien y qué hago mal. Presto más atención en lo que hago mal. De eso se trata, de seguir aprendiendo y no frenar la base de aprendizaje: técnicas, entrenamientos y también lo mental, de seguir mejorando un poco más". Se ha puesto un lema que cumple a rajatabla: "Salir de casa con algo menos y entrar con algo más".
"El último año en Racing no jugué bien, estaba incómodo"
Los golpes le han ayudado a crecer. Es de lo que más orgulloso se muestra Zuculini. Su último año en Racing de Avellaneda no fue todo lo positivo que le hubiera gustado. Aunque técnicos del Valencia tratan de ocultar la realidad esgrimiendo que tuvo un mal año porque Racing acabó hundido en la tabla, Zuculini habla sin tapujos y rechaza esa teoría. Se echa la culpa en lo personal: "La razón es uno mismo, no estaba bien, no jugaba bien porque no estaba cómodo y no me salían las cosas. Me hago cargo de lo que hice yo, no fue un buen año. Tengo autocrítica, lo bueno y lo malo, y quiero seguir mejorando como me hubiese gustado. No tuve un buen año".
El Valencia CF ha vuelto a los entrenamientos la tarde del lunes en la Ciudad Deportiva de Paterna tras los dos días de descanso otorgados por Nuno. La novedad en la sesión vespertina ha estado marcada por la vuelta de los internacionales portugueses André Gomes, Joao Pereira y Rúben Vezo. Las ausencias han sido la de los internacionales españoles Paco Alcácer y Gayà y el argelino Sofiane Feghouli. El equipo ha realizado una sesión intensa y ha empezado ya a preparar el encuentro del próximo domingo ante el RCD Espanyol, en el que buscará seguir con el buen inicio liguero y conseguir un nuevo triunfo en Mestalla. El equipo volverá a ejercitarse este martes en doble sesión, siendo el primer entrenamiento a partir de las 09:30 horas.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/201409/08/valencia-vuelve-entramientos-20140908202558.html
Bruno
Zuculini irradia alegría. Es el fiel reflejo de un vestuario cambiado.
Juegue o no. "Uno estando en el banquillo se pone loco y grita porque
quiere que le vaya bien a los compañeros... que ganemos, festejar que
estén contentos". Es su lema. Filosofía de vida y de trabajo. Es
sinónimo de buen ambiente y de risas pero cuando toca ponerse serio es
el primero de todos.
Este centrocampista argentino (Buenos Aires, 1993) nunca imaginó que su experiencia europea sería tan rica en apenas un par de meses. De Mánchester a Valencia. Toda una vida en las categorías inferiores de Racing de Avellaneda (desde los 7 años) y, de repente, su vida echa a correr a una velocidad fugaz. Ese es Zuculini. Bruno (no confundir con Franco, su hermano que jugó en el Zaragoza).
Pese a su bisoñez y la imagen de rebelde que pueda ofrecer tiene la cabeza en su sitio. Se hace su propio escáner de lo que está siendo su vida: "Con la edad no te das cuenta. Pero en un momento dado uno trata de aprovecharlo todo y darse cuenta de dónde está parado y tirar para adelante, crecer como persona y como jugador y ser siempre la misma persona que te ha llevado a este club".
Esperanzas de futuro
Está a préstamo una campaña cedido por el Manchester City, pero deja una puerta a la esperanza. Su reflexión deja ver entre líneas que, aunque debe volver a las islas en junio, la puerta está abierta a continuar. "El Valencia no lo siento como algo pasajero. Lo disfruto mucho. Que se hayan preocupado por tenerme en sus filas me ha sorprendido muchísimo, que me hayan llamado tantas veces. Se lo agradecí a quien correspondía en su momento. No se qué pasará en el futuro. Tengo un año de momento por delante. Si son dos o tres años, mejor también", señala a MARCA.
Aparcado el inglés
Su estancia en Inglaterra ha sido corta. Llegó a finales de junio a Mánchester para ponerse a las órdenes de Pellegrini y dos meses después voló a Valencia. En Inglaterra estaba haciendo trabajo doble diario: Entrenarse y aprender inglés. Pero en este último asunto ahora se ha relajado. "Lo he dejado un poco", aunque apunta que es una asignatura (de la vida) pendiente: "Mi novia me visitará y me apuntaré a una academia, más que nada para la vida, y lo voy a tomar más en serio. Me servirá".
Un loco del gol
Se trata de un centrocampista moderno. De esos que ahora llaman versátiles. Van hacia arriba, van hacia abajo, no se les encasilla en una demarcación. Y lo que más llama la atención es la pasión que tiene por el gol. Va como loco hacia arriba, incluso hay imágenes del pasado choque con el Málaga en las que acaba dos veces literalmente dentro de la portería rival.
"De pequeño no tenía eso de hacer goles y luego tuve la fortuna de hacerlo. Para quien los hace es hermoso porque es lo que la gente busca y grita, le gusta y yo, como jugador, también. Es una sensación única yo que tuve el privilegio de hacer uno. Me gusta llegar al gol. Eso sí, respetando lo que hace el técnico y respetando lo que el grupo necesita. Vi que la jugada quizá podría llegar y me metí. A veces sale bien y en otras no, pero uno tiene intención aportar en lo ofensivo y en lo defensivo",dijo.
Analiza sus partidos
Ha subido un peldaño pese a ser de la cosecha del 93, muy joven. Hasta hace poco ni siquiera se paraba a mirar lo que había hecho sobre un campo. Posiblemente por su juventud. Jugar, más jugar y el resto no importa... Ahora va más allá. Ha interiorizado que mirar el pasado le hace mejorar. ¿Le gusta el fútbol fuera de su profesión? "Ahora me vuelvo a ver el partido, el tiempo que jugué al menos. Miro qué hago bien y qué hago mal. Presto más atención en lo que hago mal. De eso se trata, de seguir aprendiendo y no frenar la base de aprendizaje: técnicas, entrenamientos y también lo mental, de seguir mejorando un poco más". Se ha puesto un lema que cumple a rajatabla: "Salir de casa con algo menos y entrar con algo más".
"El último año en Racing no jugué bien, estaba incómodo"
Los golpes le han ayudado a crecer. Es de lo que más orgulloso se muestra Zuculini. Su último año en Racing de Avellaneda no fue todo lo positivo que le hubiera gustado. Aunque técnicos del Valencia tratan de ocultar la realidad esgrimiendo que tuvo un mal año porque Racing acabó hundido en la tabla, Zuculini habla sin tapujos y rechaza esa teoría. Se echa la culpa en lo personal: "La razón es uno mismo, no estaba bien, no jugaba bien porque no estaba cómodo y no me salían las cosas. Me hago cargo de lo que hice yo, no fue un buen año. Tengo autocrítica, lo bueno y lo malo, y quiero seguir mejorando como me hubiese gustado. No tuve un buen año".
Este centrocampista argentino (Buenos Aires, 1993) nunca imaginó que su experiencia europea sería tan rica en apenas un par de meses. De Mánchester a Valencia. Toda una vida en las categorías inferiores de Racing de Avellaneda (desde los 7 años) y, de repente, su vida echa a correr a una velocidad fugaz. Ese es Zuculini. Bruno (no confundir con Franco, su hermano que jugó en el Zaragoza).
Pese a su bisoñez y la imagen de rebelde que pueda ofrecer tiene la cabeza en su sitio. Se hace su propio escáner de lo que está siendo su vida: "Con la edad no te das cuenta. Pero en un momento dado uno trata de aprovecharlo todo y darse cuenta de dónde está parado y tirar para adelante, crecer como persona y como jugador y ser siempre la misma persona que te ha llevado a este club".
Esperanzas de futuro
Está a préstamo una campaña cedido por el Manchester City, pero deja una puerta a la esperanza. Su reflexión deja ver entre líneas que, aunque debe volver a las islas en junio, la puerta está abierta a continuar. "El Valencia no lo siento como algo pasajero. Lo disfruto mucho. Que se hayan preocupado por tenerme en sus filas me ha sorprendido muchísimo, que me hayan llamado tantas veces. Se lo agradecí a quien correspondía en su momento. No se qué pasará en el futuro. Tengo un año de momento por delante. Si son dos o tres años, mejor también", señala a MARCA.
Aparcado el inglés
Su estancia en Inglaterra ha sido corta. Llegó a finales de junio a Mánchester para ponerse a las órdenes de Pellegrini y dos meses después voló a Valencia. En Inglaterra estaba haciendo trabajo doble diario: Entrenarse y aprender inglés. Pero en este último asunto ahora se ha relajado. "Lo he dejado un poco", aunque apunta que es una asignatura (de la vida) pendiente: "Mi novia me visitará y me apuntaré a una academia, más que nada para la vida, y lo voy a tomar más en serio. Me servirá".
Un loco del gol
Se trata de un centrocampista moderno. De esos que ahora llaman versátiles. Van hacia arriba, van hacia abajo, no se les encasilla en una demarcación. Y lo que más llama la atención es la pasión que tiene por el gol. Va como loco hacia arriba, incluso hay imágenes del pasado choque con el Málaga en las que acaba dos veces literalmente dentro de la portería rival.
"De pequeño no tenía eso de hacer goles y luego tuve la fortuna de hacerlo. Para quien los hace es hermoso porque es lo que la gente busca y grita, le gusta y yo, como jugador, también. Es una sensación única yo que tuve el privilegio de hacer uno. Me gusta llegar al gol. Eso sí, respetando lo que hace el técnico y respetando lo que el grupo necesita. Vi que la jugada quizá podría llegar y me metí. A veces sale bien y en otras no, pero uno tiene intención aportar en lo ofensivo y en lo defensivo",dijo.
Analiza sus partidos
Ha subido un peldaño pese a ser de la cosecha del 93, muy joven. Hasta hace poco ni siquiera se paraba a mirar lo que había hecho sobre un campo. Posiblemente por su juventud. Jugar, más jugar y el resto no importa... Ahora va más allá. Ha interiorizado que mirar el pasado le hace mejorar. ¿Le gusta el fútbol fuera de su profesión? "Ahora me vuelvo a ver el partido, el tiempo que jugué al menos. Miro qué hago bien y qué hago mal. Presto más atención en lo que hago mal. De eso se trata, de seguir aprendiendo y no frenar la base de aprendizaje: técnicas, entrenamientos y también lo mental, de seguir mejorando un poco más". Se ha puesto un lema que cumple a rajatabla: "Salir de casa con algo menos y entrar con algo más".
"El último año en Racing no jugué bien, estaba incómodo"
Los golpes le han ayudado a crecer. Es de lo que más orgulloso se muestra Zuculini. Su último año en Racing de Avellaneda no fue todo lo positivo que le hubiera gustado. Aunque técnicos del Valencia tratan de ocultar la realidad esgrimiendo que tuvo un mal año porque Racing acabó hundido en la tabla, Zuculini habla sin tapujos y rechaza esa teoría. Se echa la culpa en lo personal: "La razón es uno mismo, no estaba bien, no jugaba bien porque no estaba cómodo y no me salían las cosas. Me hago cargo de lo que hice yo, no fue un buen año. Tengo autocrítica, lo bueno y lo malo, y quiero seguir mejorando como me hubiese gustado. No tuve un buen año".
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