El argentino libera una plaza de extracomunitario y el club se abre nuevos mercados a la hora de fichar
A. ALBEROLA Y P. CALABUIG
Cuando los dirigentes del Valencia recibieron la confirmación definitiva de que el pasaporte italiano de Rodrigo de Paul llegaría durante el transcurso del verano, respiraron aliviados. Y es que a pesar de que antes de presentarse en Valencia el futbolista viajó a Italia para comenzar los trámites a fin de obtenerlo cuanto antes y que en el club han confeccionado la plantilla con la previsión de poder inscribirlo como comunitario antes de que diese comienzo la competición oficial, su llegada no solo asegura la permanencia del argentino en la plantilla, sino que libera una plaza de extracomunitario y activa, de facto, la posible llegada de otros dos refuerzos sin necesidad de que posean una nacionalidad europea.
Este pasado fin de semana, el presidente Amadeo Salvo reconocía en declaraciones a este periódico que se habían producido avances significativos respecto a la llegada del pasaporte de De Paul a pesar de que en los últimos días en el club se habían encontrado con un ligero contratiempo: «Estamos esperándolo ya, hubo un problema, no con la documentación, sino de tipo burocrático... Una trasmisión de ficheros entre las embajadas». El pasaporte del exfutbolista de Racing de Avellaneda está listo y firmado desde hace algunos días en el consulado de Argentina en Barcelona, que es el que le corresponde a todos los argentinos residentes a lo largo del arco Mediterráneo.
Esta noticia le permite al Valencia la posibilidad de abrirse mercados, más allá del europeo, mientras sigue buscando refuerzos en dos posiciones muy concretas: las prioridades son un delantero y un defensa, más allá de la llegada de Mustafi. De acuerdo con la normativa, los clubes solo pueden inscribir a tres futbolistas extracomunitarios y a día de hoy, el club de Mestalla cuenta con Nico Otamendi, que no tiene el pasaporte comunitario ni se espera que lo tenga porque no cumple con los requisitos para obtener la nacionalidad; y con los brasileños Jonas „está en vías de obtenerlo„ y Vinícius, que ya saben por boca de los técnicos que no tienen un sitio en la plantilla.
El primero está descartado por Nuno, su hermano le busca equipo y podría abandonar la entidad de un momento a otro. Esta es su última temporada de contrato y el Valencia no quiere afrontar el pago de su ficha una temporada más. Y Vinícius, por su parte, quiere apurar sus opciones para hacerse un hueco en la plantilla, ha pasado ya lo más difícil, sus primeros meses de adaptación, y está a tope físicamente, pero lo tiene francamente difícil. La secretaría técnica quiere incorporar un delantero para que favorezca todavía más la competencia entre Rodrigo y Paco Alcácer y en cuanto encarrilen las negociaciones podría salir cedido. Las dos plazas restantes son, en principio, para el argentino Enzo Pérez, que cada día está un pasito más cerca de Mestalla, y para el delantero o el otro central en la agenda.
La posible llegada de Bruno Zuculini no cambiaría las cosas. El argentino, pretendido por Nuno, posee la doble nacionalidad por sus vínculos familiares con Italia. Nuno Espírito Santo persigue la idea de tener un total de dos futbolistas por puesto a excepción del centro del campo „donde quiere cinco„ y la llegada de Enzo Pérez, a pesar de que dota de mucho prestigio la medular, podría no ser la única. El Valencia confecciona una plantilla competitiva en todas las líneas del campo, por ese mismo motivo, el aterrizaje de Mustafi podría no ser el único en la defensa. Otamendi está llamado a ser el nuevo jefe de la defensa, Vezo ha demostrado que es el valor con más pujanza en la retaguardia y ha llegado en unas condiciones físicas espléndidas tras las vacaciones. Mustafi, flamante campeón del mundo, añade cemento.
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