Pasaba la una del mediodía cuando, el pasado miércoles, Amadeo Salvo aportaba su cantidad económica para ayudar en la mesa petitoria de cuestación contra el cáncer. Tras sus declaraciones públicas, tocaba hablar distendidamente de otros temas. Con Paco Alcácer en plantilla, con Rodrigo Moreno en propiedad de Peter Lim y el Valencia como posible destino, se le preguntaba al presidente por la posibilidad de armar una delantera con ambos y otro delantero estrella. “Sería una de las mejores delanteras del mundo”, dijo entre risas, soñando en voz alta.
Apenas unas horas después, a 720 kilómetros de Valencia, Peter Lim yJorge Mendes encarrilaban el fichaje de Jackson Martínez.
Las informaciones respecto al ariete colombiano habían estado muy presentes ya la semana anterior, durante la minigira del equipo enHong Kong, entre los miembros de la expedición valencianista. A la vez que negociaba el crédito con Bankia, Meriton Holding estrechaba el cerco en torno al ‘killer’ cafetero. Los 40 millones de su cláusula no intimidaban a Peter Lim. Por eso el magnate, de la mano de Mendes,apretó las clavijas al temido Pinto da Costa, uno de los negociadoresmás duros del fútbol luso.
Ahora, con la operación entre Lim y Bankia ya cerrada, el ‘master chef’ singapurense puede al fin aplicarse en los fogones. La olla ‘express’ está lista. Los tres platos del menú se encuentran en diferentes puntos de cocción. El manjar, una vez digerido, puede saberle a gloria a la hinchada valencianista.
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