HÉCTOR GÓMEZ. HOY Y Parejo empezó a crecer. Y siguió creciendo. Y se salió en el Camp Nou pese a que empezó fallón. Desde ese partido en Barcelona, Parejo no ha dejado de crecer...
VALENCIA.
Cuando acabó el partido que el Valencia CF le ganó al Villarreal este domingo en Mestalla mi amigo, y sobre todo maestro, Ricardo Arias, al que no entiendo que no se le haga un hueco en el club aunque sea para dar clases de historia de la entidad, me miró y me dijo; "Qué partidazo de Parejo".
Me sorprendió porque Ricardo no es de regalarle elogios a nadie, bueno a Paco Alcácer si por el cariño que le tiene y porque se lo ha ganado, pero Arias es un tipo que habla claro y que siempre dice lo que piensa de los futbolistas. Él se sigue considerando uno de ellos, porque el futbolista, el de verdad lo es para siempre.
Y sí, tengo que reconocer que Parejo hizo un partido buenísimo. Y he de reconocer, aunque sé que algún compañero de profesión y amigo, que no hay muchos, me echará en cara que escriba esto, y otros me dirán que ahora me subo a su carro, pero creo que los periodistas estamos para tratar de contar las cosas como pasan y no como nos parece que pasan a nosotros, aunque no es fácil. Les aseguro que no es fácil.
Les confieso que hace semanas que disfrutó mucho de ver jugar a Parejo. Está a un nivel altísimo. Es el líder natural de este nuevo Valencia de Pizzi. Técnicamente va sobrado, tiene buen desplazamiento en largo, la toca bien de primeras, tiene una visión del fútbol privilegiada, y como decían de Iván De la Peña, hay acciones, como en la que dejó sólo a 
Barragán con un pase interior de 40 metros, que ve el fútbol dos segundos antes que el resto.
Barragán con un pase interior de 40 metros, que ve el fútbol dos segundos antes que el resto.
Además, ahora corre. Ahora pelea. Ahora lucha. Ayer, cuando el partido se ponía feo y había que pelear porque el Villarreal apretaba se puso el mono de faena y corrió como uno más en defensa. Me marcó verle correr detrás de Oliver defendiendo la banda izquierda, no sólo defendió si no que se fue al suelo para arrebatarle la bola, recuperarla y salir jugando. Ahí terminó de ganarme. Así sí Dani, así sí.
Recuerdo muy mucho las discusiones con un buen amigo durante la temporada pasada cuando Valverde empezó a darle confianza en la posición de cinco. Yo no lo veía, no me gustaba. Mi amigo, fiel defensor suyo, me decía que Parejo era un jugador imprescindible para cualquier equipo por su facilidad para ‘batir líneas' con sus pases. Me hacía gracia lo de ‘batir líneas' y le bauticé como el ‘baticao'.
Parejo acabó la pasada temporada jugando a un buen nivel. Pero Djukic no se lo creyó. No le puso nunca. De hecho, hizo dudar al propio jugador. Sin embargo, el serbio en sus últimos partidos terminó por ponerlo porque Banega se había tirado del barco. Pizzi no lo dudó y le dio los galones. Y Parejo empezó a crecer. Y siguió creciendo. Y se salió en el Camp Nou pese a que empezó fallón. Desde ese partido en Barcelona, Parejo no ha dejado de crecer.
Ahora mismo está jugando a ritmo de futbolista grande de Europa. Marcando el ritmo de cada partido que disputa y siendo el amo y señor de la pelota. Eso sólo pueden hacerlo algunos futbolistas del mundo y Parejo está empezando a hacerlo. Si Di Stefano le apadrinó, y otro apadrinado de este, como Ricardo Arias, ve en Parejo madera de grande, es porque el chico la tiene.
Eso sí, ahora debe seguir por la senda que va. No despistarse. Seguir trabajando, seguir creciendo. Intentar ser más peligroso cuando llega a tres cuartos, porque tiene disparo de sobra para hacer más goles, y terminar de hacerse una personalidad fuerte dentro del campo. Para ello, le iría bien si no escuchara mucho a ciertos periodistas que desde que aterrizó en Valencia siempre le han dicho que lo hacía todo bien. Todos crecemos cuanto más nos exigen y Parejo tiene fútbol para ser de los mejores de Europa en su puesto. Por favor Dani sácalo.
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