@Alberto_Gomez9
Confianza. Un término tan abstracto como palpable en el estado de ánimo y posterior rendimiento de los jugadores. Un grado difícil de conseguir en el más alto nivel futbolístico, máxime con una edad inferior a los 20 años. Tan complejo como observar en aquel la madurez necesaria para acatar las órdenes de su superior –por injustas que sean- y trabajar duro para demostrar que el talento, la clase y el amor a una zamarra vienen de fábrica. De una dedicación constante. Diaria. Absoluta.
Los números no engañan. El Valencia CF se sostiene en pie hoy en día gracias, en gran medida, a sus categorías inferiores. A esas jóvenes promesas a las que pocas veces se les da el voto de confianza necesario para consagrarse en la primera plantilla. David Silva, Raúl Albiol, Juan Mata, Jordi Alba, etc. Vengan de donde vengan. Forman parte de las entrañas de Mestalla. Un patrimonio que ha salvado 94 años de historia.
Los que están ahora poco contaron a principio de temporada para el entrenador. La confección de la plantilla tampoco ayudaba. Trabas y más trabas a unos jugadores con ganas de ‘comerse’ el césped para hacer las delicias de su gente y llevar a su equipo a la gloria. Actualmente, con Juan Antonio Pizzi en el banquillo, y Francisco Joaquín Rufete como mánager general, la historia comienza areescribirse. Salvo Vicente Guaita –fallón en la mayoría de partidos disputados y, a mi parecer, demostrando una actitud un tanto ‘pasota’-, los integrantes del primer equipo con pasado más o menos reciente en el Mestalla cuentan con oportunidades en el Valencia. Y el nexo entre fichajes y Paterna es ese jugador de 20 años al que aludía en un principio.
Paco Alcácer ha conseguido, a base de goles y por méritos propios, ser el delantero titular de este nuevo Valencia CF. Con 4 tantos en Liga, el jugador de Torrent es el segundo máximo realizador tan solo superado por Jonas. 3 jornadas consecutivas viendo puerta.
Nuevamente, confianza. Hace unos meses el joven ariete valenciano era prácticamente empujado a la rampa de salida. Pero esas mismas salidas –en este caso, Dorlan Pabón y Helder Postiga- han dejado a tiro a Alcácer la posibilidad de tomar el testigo de jugadores franquicia como Juan Sánchez y hacerse así de forma definitiva con la titularidad en punta. Con Eduardo Vargas de enganche y Dani Parejo en la media, Paco demuestra perfectamente sus mayores virtudes: rapidez, buscar las cosquillas a los centrales contrarios con desmarques constantes. Alcácer, antes que nadie, ya dibuja el pase óptimo para él poder convertir en gol. Depredador de área.
Michel, Juan Bernat o Fede. Trabajo y despliegue físico. Profundidad y desborde. Desequilibrio, descaro y anarquía. Por ese orden. Y todos tienen hueco porque aportan cosas diferentes para fructificar esa comunión. La ‘Rufete’s Revolution’ les ha abierto un camino por el que intentaban pasar pero que obstáculos constantes lo impedían. Al final, con cuatro fichajes óptimos que desempeñen correctamente su función, los jugadores de Paterna demuestran dotes suficientes para jugar y ganar.
Sin ir más lejos, servidor presenció a pie de campo la actitud y personalidad a la que posteriormente aludiría Nico Estévez en la rueda de prensa del Valencia Mestalla ante el Alcoyano. Hay vida. Hay enormes profesionales. Vuelve –y esperemos que se quede- la bendita y pragmática ilusión.
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