El jugador ha vuelto a los entrenamientos con el filial valencianista mientras sigue dándole vueltas a la oferta de renovación que le hizo el Valencia
Un aumento salarial considerable para un futbolista que todavía está en edad juvenil, pero que a todos los efectos ya es uno más del Valencia Mestalla que entrena Nico Estévez. El gran problema es que ni juega en el juvenil de Baraja ni cuenta para el filial, que le deja en el banquillo en casi todos sus partidos. Esta situación, y no tanto el dinero, retrasan su respuesta positiva a la oferta 'ché'.
Tanto Alberto Tendillo como su entorno desean un compromiso firme hacia él por parte del Valencia que preside Amadeo Salvo, una explicación detallada del proyecto de cantera en el que todos afirman que encaja el futbolista, pero que luego no se corresponde con los hechos. Apenas cuenta para el filial pese a que es un habitual en los últimos entrenamientos del primer equipo, y de momento no ha recibido la oportunidad de bajar al juvenil para disfrutar de los minutos que todo chaval en edad de formación necesita para crecer futbolísticamente.
Este es el gran obstáculo que a estas horas retrasa la firma del contrato de renovación que le uniría al Valencia por tres años más, y no las supuestas e 'infladas' cantidades económicas que algunos medios de comunicación han desvelado interesadamente. Ni 180.000 euros en tres años ni lo de que en el segundo año triplicaría sus ganancias actuales. La realidad es mucho más modesta aunque desde el club consideran que más que aceptable para un jugador que vive sus primeros meses en el fútbol de Segunda División B, y al que todavía le quedan muchas cosas por demostrar.
Actualmente gana unos 18.000 euros que le corresponden con su ficha de juvenil, aunque a todos los efectos es una pieza del filial, y si renovase pasaría a embolsarse 35.000 euros en el primer año, 40.000 en el segundo y 50.000 en el tercero, un salario ascendente que le reportaría en total la cantidad de 125.000 euros, números alejados de las cifras que se han aireado en los últimos días.
Pero esta no es la principal ni la única preocupación del futbolista, sabedor de que a estas cantidades se le pueden sumar determinadas cláusulas en función de las convocatorias o los partidos disputados con el primer equipo en un futuro, o por número de internacionalidades. Su ilusión ahora mismo es la de jugar, la de sentirse importante en el terreno de juego y no sólo fuera de él, y ese está siendo el gran lastre que viene arrastrando la entidad blanquinegra.
Desde el club se le pide paciencia y tranquilidad, además de que ya se le ha transmitido que cuenta con la total confianza de todos los responsables de la Academia que dirige Rufete, aunque también entienden que su etapa juvenil finalizó y su momento actual está por detrás de Carlos Delgado y Sergio Ayala, más maduros y preparados actualmente para competir en Segunda B. Su oportunidad llegará la próxima temporada, sino antes, como central referencia del segundo equipo del Valencia. Todos comprenden que a sus 18 años se impaciente por no jugar, pero la decisión tomada por Djukic de llevarlo a los entrenamientos demuestra que está en los planes de futuro de la institución.
Ahora el deber de ésta consiste en terminar de convencer al jugador y su entorno para alejar los 'fantasmas' sobre intereses de grandes clubes del fútbol español, atentos a la situación de todo un internacional sub 19 con España que se proclamó hace unos meses campeón del torneo COTIF. Tendillo y su familia saben que seguir en Valencia significaría mantener unido el núcleo familiar al que tanta importancia le da el jugador, deseoso de que acabe todo el 'ruido' mediático y poder centrarse exclusivamente en lo que más le gusta, el fútbol.
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