La grada joven, que agrupa a 1.800 hinchas, se encuentra dividida y bloqueada por la falta de acuerdo para la convocatoria de elecciones
La Curva Nord, el mayor foco de animación de Mestalla con 1.800 socios, se encuentra fracturada internamente y con su dirección bloqueada, a la espera de que se celebren unas elecciones que todavía siguen sin convocarse de forma oficial. El próximo sábado volverá a producirse una nueva reunión, la tercera, para llegar a un acuerdo que libere el proceso.
Dos son las precandidaturas existentes, y que reúnen a las dos sensibilidades enfrentadas en la grada de animación. Una, la Curva Nord Club, auspiciada por Paco Rausell, de la rama de la peña Gol Gran y que presenta un proyecto completo en el que destaca la apuesta por alejar a la grada de la politización. En el otro bando emerge la postura de Unió i Passió, proyecto encabezado por Ramón Castro, exdirigente de Yomus, el grupo ultra nacido en 1983 y disuelto hace escasas semanas. Desde Club se desliza que la negativa de Unió i Passió es la que ha impedido de momento abrir el periodo electoral.
La convivencia entre los dos principales núcleos de la Curva Nord, puesta en marcha en Mestalla la temporada pasada en un equilibrio que no se antojaba fácil, se ha deteriorado en los últimos meses. La grada se consideraba un éxito al ser el único sector del estadio que llenaba su aforo e incluso tenía más demanda de socios, por lo cual el club accedió a ampliarla de 1.200 a los 1.800 actuales, aumentando más aún los decibelios en la animación. No obstante, la expulsión del sector Yomus Girls, por exhibir una pancarta con las siglas «SS» que iba en contra de los estatutos de la grada joven, agrietó las relaciones hasta el punto insostenible que obligó a Rausell, presidente electo, a dimitir. El goteo de renuncias continuó con Fernando León, Amán Moreno y Javier Carretero, y culminó con la disolución oficial de Yomus.
En el programa de Club se insta a no caer «en errores del pasado», como abandonar la grada como medida de protesta o acudir a la ciudad deportiva a pedir explicaciones a los jugadores en las malas rachas. Asimismo, la candidatura repara también en potenciar la historia del club como, por ejemplo, con la conmemoración del 50 aniversario del fallecimiento de Eduardo Cubells, primer ídolo del club, o convertir la canción «Un beso y una flor» en un hipotético «You´ll never walk alone». Desde Unió i Passió se reitera el «espíritu de integración y no de confrontación» de la candidatura y se culpa a Rausell del «daño» provocado con la «exposición pública» de las diferencias internas.
El Valencia, con más afinidad hacia Club, emitió un comunicado en el que dejó claro que no permitiría que la grada «se radicalice o politice» ante la preocupación manifestada por los aficionados.
Dos son las precandidaturas existentes, y que reúnen a las dos sensibilidades enfrentadas en la grada de animación. Una, la Curva Nord Club, auspiciada por Paco Rausell, de la rama de la peña Gol Gran y que presenta un proyecto completo en el que destaca la apuesta por alejar a la grada de la politización. En el otro bando emerge la postura de Unió i Passió, proyecto encabezado por Ramón Castro, exdirigente de Yomus, el grupo ultra nacido en 1983 y disuelto hace escasas semanas. Desde Club se desliza que la negativa de Unió i Passió es la que ha impedido de momento abrir el periodo electoral.
La convivencia entre los dos principales núcleos de la Curva Nord, puesta en marcha en Mestalla la temporada pasada en un equilibrio que no se antojaba fácil, se ha deteriorado en los últimos meses. La grada se consideraba un éxito al ser el único sector del estadio que llenaba su aforo e incluso tenía más demanda de socios, por lo cual el club accedió a ampliarla de 1.200 a los 1.800 actuales, aumentando más aún los decibelios en la animación. No obstante, la expulsión del sector Yomus Girls, por exhibir una pancarta con las siglas «SS» que iba en contra de los estatutos de la grada joven, agrietó las relaciones hasta el punto insostenible que obligó a Rausell, presidente electo, a dimitir. El goteo de renuncias continuó con Fernando León, Amán Moreno y Javier Carretero, y culminó con la disolución oficial de Yomus.
En el programa de Club se insta a no caer «en errores del pasado», como abandonar la grada como medida de protesta o acudir a la ciudad deportiva a pedir explicaciones a los jugadores en las malas rachas. Asimismo, la candidatura repara también en potenciar la historia del club como, por ejemplo, con la conmemoración del 50 aniversario del fallecimiento de Eduardo Cubells, primer ídolo del club, o convertir la canción «Un beso y una flor» en un hipotético «You´ll never walk alone». Desde Unió i Passió se reitera el «espíritu de integración y no de confrontación» de la candidatura y se culpa a Rausell del «daño» provocado con la «exposición pública» de las diferencias internas.
El Valencia, con más afinidad hacia Club, emitió un comunicado en el que dejó claro que no permitiría que la grada «se radicalice o politice» ante la preocupación manifestada por los aficionados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario