AL PRINCIPIO DE LA SEMANA
Apenas quedaban unas horas para el cierre de la edición de VLC NEWS y no tenía escrita ni una palabra de esta columna que usted tiene delante. Me había dicho a mí mismo que no me iba a dejar seducir por el 2-4 de Valladolid. Me parecía una irresponsabilidad emitir ninguna teoría válida después de un amistoso del que sólo supe por las crónicas del día después.
Me había prometido escribir de unos Juegos Olímpicos, los de Madrid, que ya no se celebrarán en 2020. Y eso que yo era de los que los apoyaba, los quería y me dolió que no se los dieran, pero agua pasada no mueve molino.
Por último, me había flagelado mentalmente para no escribir de la reunión que van a mantener esta semana -¿hoy mismo?- la Fundación, el Valencia, Bankia y la Generalitat. Me negaba a elucubrar sobre teorías de economía aplicada e intervencionismo en el mundo del fútbol. Pero la carne es débil. Es tan importante esa cita, que no puedo pasarla por alto. Sin préstamo refinanciado no habrá Valencia. O al menos, no existirá el Valencia que conocimos.
Quería escribirles de forma detallada que la solución económica pasa por aquí o por allá, que unos proponen una refinanciación, que otros quieren ejecutar el aval y cosas así. Pero la verdad es que ni soy experto en esa materia, ni a usted le debe interesar mucho más que el resultado final no acabe con el Valencia en la lista de impagados.
Como somos futboleros y no doctores en economía, desde el sentido común resumo mi punto de vista: confío en que Bankia entienda que ejecutar a un cliente como el Valencia (que religiosamente le paga una millonada en intereses) es poco inteligente. Confío también en que el banco sepa que enfrentarse a la Generalitat (aunque el juez no haya decidido aún si es avalista o no del préstamo) es poco hábil de cara al futuro. Y, por último, creo que en Bankia sabrán que chocar frontalmente contra los intereses de la masa social de una entidad como el Valencia, es una aberración desde el punto de vista comercial.
En el fondo, todos están condenados a entenderse porque se necesitan. Unos para cobrar, otros para poder pagar y los últimos para no enmarañarse más en una sociedad mercantil privada. Así que, por favor, háganlo. Flexibilicen sus posturas y dejen que el Valencia dedique sus esfuerzos a luchar por títulos, que es lo que realmente nos interesa y nos ocupa.
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