Juan Carlos Valldecabres | VALENCIA.-
El Valencia inicia este lunes 8 de julio, con dos días de pruebas médicas y físicas, la campaña 2013-2014, en la que tratará de volver a ser el tercer equipo del fútbol español, algo que logró en temporadas recientes, pero que no consiguió en la pasada, en la que fue quinto en la Liga y quedó fuera de la Liga de Campeones.
Se acabó el tiempo de la tumbona en la playa y la piscina. Llega la hora de la verdad para el Valencia y Miroslav Djukic no puede ir de farol ni un solo segundo en la partida más importante de su carrera como entrenador profesional. Si él y Amadeo Salvo congeniaron desde el primer momento y juntos lanzaron a la afición de Mestalla un mensaje descaradamente ambicioso, desde esta misma mañana al serbio le toca la tarea de empezar a trabajar para que todo ese discurso no quede en una mera palabrería. Será una campaña dura por la ausencia en Mestalla del himno de la Champions y sólo la aspiración de llegar bastante más lejos en la Europa League compensará, de alguna forma, el borrón económico que eso supone.
El Valencia de la era GloVal, ése a quien la Fundación pretende inyectar una dosis de supervivencia, arranca hoy en Paterna con un puñado de futbolistas, algunos de los cuales no tienen las ideas del todo claras. Es ése el principal problema con el que se encuentra en estos momentos la entidad valencianista, porque la inactividad en lo que se lleva de verano, en cuanto a salidas y entradas, es alarmante. El club no puede permitirse ni un solo lujo. De donde no hay no se puede sacar.
Siempre que ocurre esto, los primeros en quejarse son los entrenadores, quienes desean trabajar desde el primer día con el grupo definido y cerrado. Djukic, de momento, no sólo no ha dicho nada sino que, encima, se le ve tremendamente feliz y dichoso. Eso sí, sabe el exfutbolista que el club está bajo mínimos en lo económico, aunque el panorama en su caso se compensa con el hecho de estrenarse a los mandos de una gran nave como ésta.
Él, en lo que sí insistió desde el momento en el que cuajó su incorporación, es que el Valencia intentara por todos los medios conservar alguna de sus principales piezas. Una cosa es vender por necesidad -que la hay y mucha- y otra desnudar toda la estructura del bloque. Hay un grupo de intocables y a ellos se aferra el entrenador, consciente también de que Salvo debe cuadrar las cuentas si no quiere darse el primer serio tropezón de su andadura.
Al serbio le corresponde pues manejar correctamente todas las cartas que tiene sobre el tapete. Ya lo decía Braulio hace semanas: «El mejor fichaje del nuevo Valencia es Djukic». Para ser sinceros, el director deportivo -a quien Salvo examina con lupa también este año- tenía que haber añadido que no sólo iba a ser el «mejor» sino también el «único». Pero, como siempre pasa en fútbol, lo que hoy es blanco, mañana se vuelve negro. Por eso toda la calma vivida hasta ahora parece que saltará por los aires esta misma semana. De hecho, todo apunta a que en los próximos días van a producirse movimientos de cierto peso. Después de que Salvo haya negado una y otra vez que Soldado no se vende, a no ser de que alguien venga y pague su cláusula de rescisión, de 30 millones de euros, al Valencia no le queda otro remedio que amarrar de la mejor manera posible la carta de más valor que tiene. Toca, de esta forma, descartar otras de menor cuantía.
En este sentido, el club considera que la baza más avanzada a día de hoy, y no es para volverse locos, es la de Fernando Gago. De hecho, se espera la llegada de su representante entre mañana y el miércoles para solventar las importantes diferencias económicas que aún mantienen en estos momentos Amadeo Salvo y los dirigentes de Boca Juniors. El presidente valencianista quiere jugar fuerte porque sabe que de su firmeza depende el éxito de su primera negociación como dirigente del club. El tiempo debe ir moldeando las posturas de unos y de otros.
La única salida que ha reportado dinero a la caja fuerte blanquinegra fue la venta de Tino Costa, que se fraguó con Vicente Andreu aún en el cargo, aunque contó con la supervisión de Salvo. Boca no quiere pagar los 3,5 millones que ha pedido el presidente por la mitad del pase de Gago y el agente viene ahora a 'pelear' esas cifras. Tarde o temprano se va a resolver con el segundo adiós consecutivo del controvertido centrocampista argentino.
No tan difícil se presenta, a priori, la salida de Valdez. El gol siempre es atractivo y aunque el paraguayo sólo anotó nueve tantos la temporada pasada, nunca ha dejado de tener buen cartel en Europa. Hasta el Valencia han llegado varias propuestas de equipos centroeuropeos y no parece que vaya a tener demasiados problemas en encontrar definitivo acomodo. Quizás en el mismo Calcio. El Valencia quiere sacar por él un pellizco (no menos de tres millones de euros).
Valdez, dicho sea de paso, es uno de los jugadores que deben presentarse esta mañana en la Ciudad Deportiva. Es probable, incluso, que el miércoles viaje con el resto de compañeros a Speyer (Alemania) pero a nadie debería extrañar que haga pronto las maletas para regresar a Valencia para cambiar de destino.
El efecto dominó
Los problemas empiezan a incrementarse con otras 'cartas' pendientes de colocar. El Valencia tiene casos para todos los gustos. El de Rami, por ejemplo, es uno de los que más puede dar que hablar. Y no porque al central no le falten pretendientes, qué va, todo lo contrario. Rami es hoy por hoy un futbolista apetecible en Europa y, encima, está 'condenado' a salir del Valencia por una cantidad que oscilará entre 10 y esos 12 millones de euros que tiene de cláusula. Con Rami, además, hay que manejar la circunstancia de que cualquier día de estos el jovial francés suelta algún discurso incómodo para el propio club.
Rami tiene la cabeza en diversos frentes. Lo del Nápoles lleva días latente pero el que más le inquieta es el que tiene como protagonista al Barça. El club catalán pretendía a Thiago Silva pero es una operación muy costosa. Rami andaba al tanto porque el PSG podría buscarle como recambio. De todas formas, con el Barça lanzado a por un central de garantías, Rami puede ser la siguiente ficha en moverse. El mercado actúa así. Una pieza conduce a la otra y se produce un efecto dominó de mayor a menor escala.
Donde no encajan las piezas, y ahí el Valencia sí que puede verse metido en un serio apuro es en el dilema de la portería. Guaita y Diego Alves se marcharon de vacaciones sabiendo que no podían seguir así, compartiendo titularidad y con esa tensión, y hoy se verán las caras otra vez sin que ninguno de los dos haya experimentado cambio alguno. Guaita prácticamente daba por hecho hace unos días que el club debía encontrar una salida a Alves, pero esta es la hora que todo sigue igual que hace un mes.
Es verdad que el brasileño figura en una lista de candidatos a reforzar la portería del Roma pero eso no es garantía de que finalmente pueda fructificar la operación. En otra situación el Valencia aún podría temer un problema mayor, pero con el Mundial de Brasil en el horizonte, a quien le puede interesar verdaderamente salir es al propio futbolista si quiere tener un hueco en la selección brasileña.
En ese grupo de jugadores con medio billete de salida confeccionado está Piatti. El argentino gusta a bastantes equipos y en su caso sólo habrá que ver cuál es el equipo capaz de hacerse con el mayor porcentaje de su ficha. Nadie considera que en su caso habrá traspaso. La fórmula será la cesión.
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