El convenio contempla una segunda prima por títulos y otra por el frustrado pase a la Champions
P. VALERO VALENCIA
Una inexplicable generosidad se ha adueñado del austero carácter de Manuel Llorente, justo cuando sus días en el Valencia CF tocan a su fin. El pasado dos de mayo, el expresidente del club de Mestalla aceptó firmar el primer convenio colectivo de la entidad, a sabiendas de que en junio abandonaría su puesto en el consejo para dejar paso a un nuevo grupo de directivos, encabezado por Amadeo Salvo. Llorente aprovechó su capacidad ejecutiva en el club, intacta pese a su dimisión como presidente el pasado 5 de abril, y acordó con el comité de empresa del Valencia CF un convenio laboral en el que se esconden varios regalos de despedida para los 180 empleados de la institución blanquinegra -quedan excluidos los entrenadores, el director de la escuela, los jugadores profesionales, la secretaría técnica, los ojeadores, el jefe de los servicios médicos, y personal de las tiendas-. Los siete meses de duras negociaciones con los delegados sindicales de CSI·F y UGT pasaron a mejor vida.
En el pacto, Manuel Llorente aprueba la concesión de una mensualidad extra a todos los empleados del club si la sociedad supera al final del actual ejercicio económico un beneficio neto de tres millones cinco mil sesenta euros con dos céntimos. Una cifra que, según sus últimas declaraciones, se superará con creces. El expresidente anunció ayer un rédito, antes de impuestos, de más de 14 millones de euros. Esta cantidad se traducirá, después de las obligaciones tributarias pertinentes, en cerca de 7,6 millones. Además, cabe tener en cuenta que al ejercicio le quedan 26 días -finaliza el 30 de junio-, en los que se pueden realizar operaciones de venta de jugadores que podrían, o deberían, repercutir en esas cuentas, con los que los beneficios podrían dispararse, salvo que el importe de estos hipotéticos traspasos se traslade a las cuentas de la temporada que viene, algo que suele ser habitual, por otra parte.
En definitiva, Llorente ha decidido enfilar la puerta de salida del Valencia CF con el deseo de abonar una mensualidad extraordinaria a los 180 trabajadores, puesto que cuando rubricó el convenio colectivo ya era consciente de que las cifras del beneficio neto iban a superar lo estipulado. No quiso esperar a que Amadeo Salvo negociase el contentido del pacto.
Por otra parte, este emotivo presente de despedida puede duplicarse si el equipo de Djukic consigue levantar un título la próxima campaña. En ese caso, los empleados podrán celebrar otro premio económico equivalente al sueldo de un mes. El pago lo tendrá que acometer el nuevo consejo de administración. De hecho, los empleados habrían completado un jugoso triplete si el Valencia CF se hubiese clasificado para la Liga de Campeones. El pase para la máxima competición continental también estaba galardonado con un sobresueldo, tal como informó Levante-EMV.
Todas estas gratificaciones completan un convenio colectivo en el que, cabe recordar, se establece una subida salarial del 1,5 por ciento. Se trata del primer incremento en los últimos tres años.
Pese a la postrera dadivosidad de Manuel Llorente, las cuentas del Valencia CF reflejan, a 30 de abril de 2013, una deuda consolidada de 360 millones de euros.
En el pacto, Manuel Llorente aprueba la concesión de una mensualidad extra a todos los empleados del club si la sociedad supera al final del actual ejercicio económico un beneficio neto de tres millones cinco mil sesenta euros con dos céntimos. Una cifra que, según sus últimas declaraciones, se superará con creces. El expresidente anunció ayer un rédito, antes de impuestos, de más de 14 millones de euros. Esta cantidad se traducirá, después de las obligaciones tributarias pertinentes, en cerca de 7,6 millones. Además, cabe tener en cuenta que al ejercicio le quedan 26 días -finaliza el 30 de junio-, en los que se pueden realizar operaciones de venta de jugadores que podrían, o deberían, repercutir en esas cuentas, con los que los beneficios podrían dispararse, salvo que el importe de estos hipotéticos traspasos se traslade a las cuentas de la temporada que viene, algo que suele ser habitual, por otra parte.
En definitiva, Llorente ha decidido enfilar la puerta de salida del Valencia CF con el deseo de abonar una mensualidad extraordinaria a los 180 trabajadores, puesto que cuando rubricó el convenio colectivo ya era consciente de que las cifras del beneficio neto iban a superar lo estipulado. No quiso esperar a que Amadeo Salvo negociase el contentido del pacto.
Por otra parte, este emotivo presente de despedida puede duplicarse si el equipo de Djukic consigue levantar un título la próxima campaña. En ese caso, los empleados podrán celebrar otro premio económico equivalente al sueldo de un mes. El pago lo tendrá que acometer el nuevo consejo de administración. De hecho, los empleados habrían completado un jugoso triplete si el Valencia CF se hubiese clasificado para la Liga de Campeones. El pase para la máxima competición continental también estaba galardonado con un sobresueldo, tal como informó Levante-EMV.
Todas estas gratificaciones completan un convenio colectivo en el que, cabe recordar, se establece una subida salarial del 1,5 por ciento. Se trata del primer incremento en los últimos tres años.
Pese a la postrera dadivosidad de Manuel Llorente, las cuentas del Valencia CF reflejan, a 30 de abril de 2013, una deuda consolidada de 360 millones de euros.
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