A Braulio le recompensaron sus errores
J. V. Aleixandre
A Amadeo Salvo, tan preocupado por la cantera, le habrá sabido a cuerno quemado que el Valencia no tenga representación en la selección sub-21 que acaba de proclamarse campeona de Europa. El único valencianista integrante del equipo de Julen Lopetegui era Sergio Canales, que tuvo que abandonar por culpa de una lesión. (O aprovechan el verano para solucionar los problemas musculares del cántabro, o el futuro de la perla del VCF pintará muy mal. Sus constantes recaídas no auguran nada bueno).
Sin embargo, el gran triunfador del campeonato continental ha sido Isco, que hasta el año pasado militaba en el VCF, procedente de la cantera. Esa si fue una perdida absurda, porque ya había debutado en el primer equipo y se marchó al Málaga a cambio de seis millones de euros, una cantidad ridícula en términos absolutos y también relativos. Ahora mismo, el Madrid y el Manchester City se lo disputan a brazo partido y están dispuestos a pagar más de 30 millones. O sea, para el VCF, aquel torpe traspaso fue una ruina económica y una lamentable pérdida deportiva. Los responsables de esa operación fueron, en primer lugar, Unai Emery, que tildaba al jugador de «gordito» y apenas le dio bola. Después Braulio, que no supo apreciar sus grandes condiciones, como si hizo Pellegrini en el Málaga, donde explotó la pasada temporada. La opinión de un director deportivo que se precie está por encima de la del entrenador, y más si este no va a continuar, como era el caso. Pero los pareceres de Braulio son muy resbaladizos, como si él mismo fuera el primero en no creer en su propio criterio (¿).
Y finalmente Llorente, que sólo miraba los números y obsesionado por las cuentas, se cegaba cuando veía un euro suelto y se lanzaba de cabeza a por él. Una salida como la de Isco no puede permitírsela el Valencia. Esa joya de la cantera no se tenía que haber escapado.
En cambio, ahora están todos mirando el índice de Toldrá(s), que apunta a Chirivella, una promesa de 16 años. Y no saben como escapar de la trampa que les ha tendido el intermediario. Es muy fácil: no entrando a pujar por un futbolista que es toda una incógnita. Si el Liverpool se puede permitir el lujo de gastarse un pastón en un juvenil, allá él. Porque también podría darse un segundo caso como el de Alex Pla, al que el Ajax le pagó el oro y el moro mientras el Valencia se negó. Y ¿qué fue de aquella gran figura en ciernes? ¿Qué se ha hecho de ese futbolista que, según algunos descerebrados de la época, iba ser el nuevo Pep Guardiola? Busquen en wikipedia, a ver por dónde les sale.
Claro que, por entonces, el director deportivo del VCF era Javier Subirats, con personalidad y la cabeza muy bien amueblada; por eso podía asumir riesgos. A Subi, Llorente le tiró del VCF con el pretexto de que el equipo no se clasificó un año para la Champions. Lo mismo ha ocurrido ahora, con la diferencia de que a Braulio ya le había renovado Fajardo por cuatro temporadas. Y el que venga detrás, que arree.
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