El capitán valencianista considera que es necesario conocer el plan de futuro porque la incertidumbre no es buena para el vestuario
J. C. VALLDECABRES | VALENCIA..-
A estas alturas, y aunque por principios nunca sacaría partido de este argumento, Ernesto Valverde puede presumir de haber reunido a favor de su causa un buen número de adeptos. Braulio lo quiere; Llorente y Varona deseaban renovarlo; Vicente Andreu, Aurelio Martínez y Amadeo Salvo también, y en la plantilla las voces que se han pronunciado van en la misma línea, aunque ya se sabe que de pensar lo contrario tampoco lo dirían abiertamente. El último en sumarse a la causa ha sido Roberto Soldado. Y además de forma enérgica.
Y el capitán ha sido claro al respecto, consciente también de que la vida del Valencia se ha ralentizado de tal forma que hasta la renovación del entrenador lleva camino de convertirse en un culebrón difícil de explicar. En sus manifestaciones, Soldado no ofrece dudas sobre cuál es su parecer pensando en beneficio del colectivo: «No es agradable sufrir otro cambio en el banquillo y creo que la plantilla está muy contenta con Ernesto. Está haciendo un gran trabajo. Se trabaja bien durante la semana y luego los resultados están ahí. Hemos mejorado bastante».
Soldado no sabe qué va a pasar con Valverde ni tan siquiera con él mismo. Son las consecuencias de no tener un consejo de administración que pueda avanzar en estos frentes. El vestuario, en definitiva, espera conocer el plan que Amadeo Salvo ha calificado ya de «ilusionante» y que todavía no salido a la luz. «Ojalá se presente ya el proyecto deportivo para los próximos años y nos dé tranquilidad a todos, que es lo que queremos».
Se van a quedar con las ganas aquellos que crean que la Fundación lo anunciará en breve. O el patronato cambia de táctica o la incertidumbre general se va a mantener, cuestión que pone en alerta no sólo al cuerpo técnico sino también a los futbolistas. Entre los jugadores crece la incertidumbre. Con el final del campeonato a tiro de piedra, es momento de mover el mercado por si el Valencia anuncia un plan austero. Soldado, lógicamente, es el jugador más apetitoso.
Petición a los gestores
De momento adopta un papel conservador pero aprovecha para lanzar un mensaje a los futuros dirigentes. «Me quedan cuatro años más de contrato. Renové el verano pasado y mi intención es pasar mucho tiempo en Valencia. Ojalá pueda retirarme aquí pero está claro que no sabemos qué expectativas tienen puestas en el proyecto, si necesitan dinero o no, si me quieren vender... Está en el aire. Necesitamos esa tranquilidad y que nos lo comuniquen lo antes posible. Ojalá el proyecto nos ilusione a todos, sobre todo a la afición y a los jugadores».
En esos primeros trazos que se conocen de las ideas que tiene en mente Salvo, la cantera -como desde el primer momento ha dicho la Fundación- vuelve a tomar un protagonismo especial. Pero una cosa es hablar de dar relevancia al vivero blanquinegro y otra inyectar fuertes dosis de esta medicina al primer equipo, así a bote pronto.
La exigencia de Mestalla de que su equipo entre cada año en la Liga de Campeones y la necesidad económica que tiene el club de obtener ingresos a través de esta competición continental provocan un claro contraste ante la posible realidad.
De ahí que Soldado titubeara cuando fue preguntado precisamente por los inconvenientes que pueden surgir cuando un club como el Valencia se ve forzado a tirar de la base. El capitán se dio cuenta del delicado terreno que estaba pisando y al final de su respuesta dio una capa de maquillaje: «Creo que puede ser muy bonito e ilusionante pero todos nos tenemos que concienciar mucho de lo que significa. Hay que tener mucha paciencia. Seguro que el nivel de la plantilla no sería el mismo. La paciencia nos tendría que llenar a todos y a lo mejor la gente no tiene esa manera de esperar... no va a ser agradable. Ojalá se presente porque va a ser bonito e ilusionante. Que sea un Valencia de todos los valencianos, que es lo que queremos todos».
En realidad, en estos momentos lo que a los aficionados verdaderamente les importa es que su equipo se meta en Champions. Y como para eso el Valencia no depende de sí mismo, toda la atención se centra en saber si la Real será capaz de volver a pinchar en los cuatro partidos que restan. «Quiero creer que sí. No es fácil pero debemos tener esperanza. El calendario que tienen es complicado, como el nuestro. Va a ser difícil que los dos equipos sumemos doce puntos».
El primer reto que se presenta al Valencia es el de este domingo en Vallecas, con ese horario de las doce del mediodía que ha adquirido la categoría de 'maldito' para los blanquinegros. «El horario no es nada bueno pero nos estamos jugando mucho y no puede haber ninguna excusa. Tenemos que dar el 120% para conseguir el objetivo».
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