El ocurrente Don Vicente

J. V. Aleixandre

Don Vicente -como le llaman sus devotos- ha alumbrado una idea. Peregrina, pero ilustrativa de que la gente estrictamente de números también posee un carácter flexible y una mente capaz de discurrir. Dice Andreu Fajardo -¿de qué otro don Vicente les iba hablar yo ?- que si hay mil voluntarios dispuestos a comprar 50.000 acciones cada uno, los problemas del Valencia CF se han acabado. ¡No te fastidia! (Con jota). Si estuviera aquí Claudio Ranieri le respondería con aquella sentencia suya tan esclarecedora: "Y si mi abuela tuviera ruedas, sería un carro". Pero no seré yo quien le quite al presidente de pacotilla, la ilusión de encontrar a tantos desprendidos. ¡Hale, hale, manos a la obra!. Póngase usted a reclutar voluntarios entre el personal. Es más, encabece la lista de inversores, y redondee ese bonito paquete de seiscientas y pico acciones del VCF, que aún tiene en su poder, a pesar de los variados trasiegos a las que las ha sometido, de mano en mano, que parecían las bienpagás. Al precio que se cotiza la hora de trabajo de administrador judicial -¡uf!, que sudores- a Fajardo la da para eso. Pregunten en el Levante UD, a cuánto sale la seriedad, el rigor contable y la impecable gestión de Andreu. Una pasta. Así que ya están tardando, él y su banda de El Perejil, en dejarse de contubernios a costa del VCF, que es a lo que siempre se han dedicado, y lanzarse al parqué a jugársela.
Eso sí: que Andreu no nos venda cabras. Esa no es la via para democratiza el club. Eso es una falacia. Porqué, ¿cuántos inquilinos de Mestalla, a la vista del precio de los abonos, se han quedado al borde del desahucio?. No está la parroquia como para gastarse en obras de caridad, el dinero que no tiene. Bien sabe Fajardo que, ahora mismo, sacar acciones a la venta, no conduciría al VCF hasta la democracia, sino que lo llevaría hacia la plutocracia. Y, francamente, vista la catadura de los millonettis locales, es preferible un jeque oriental podrido de dólares. Más hortera no será. Y de fiar, por un estilo...
Faltaba un "no". Antes eran los inocentes duendes de la imprenta. Ahora no. Ahora son los diabólicos bits virtuales los que cometen atrocidades con los textos que transitan por el ciberespacio. De manera que quiero corregir una de las muchas barrabasadas que aparecía en mi articulo de ayer. Sostiene Di Stéfano -¡Dios, la que ha montado!- que entre bomberos no hay que pisarse la manguera.
Escribí aquí que no seré yo quien delate a esos chapuceros que compaginan la publicidad con el periodismo, mientras NO los denuncien los organismos teóricamente encargados de velar por la deontología profesional.
El adverbio "no" se esfumó y, por tanto, la frase adquiría un sentido enrevesado. Así que aclaro: no quiero ser chivato -en el tema que nos ocupaba, además, es innecesario por evidente- pero tampoco será cómplice de quienes se pasan la ética por el forro. Allá cada uno/a con su conciencia.

http://www.levante-emv.com/deportes/2013/05/11/ocurrente-don-vicente/996970.html