Antonio Puchades se inició en el fútbol de la mano de José Mahiques, un maestro de escuela de Sueca. Mientras, ayudaba a su padre en los campos de arroz. Era un chaval rubio, espigado, al que su madre advertía: "Jugant al joc eixe te moriras de fam".
J. V. Aleixandre
Antonio Puchades Casanova (Sueca, 4-6-1925) gana su primer dinero en el fútbol: 20 duros, con el Educación y Descanso. Con esas 100 pesetas, su madre le compra unos pantalones largos. Pese a ello, sus padres, Bernardo y Elodia, le tienen prohibido el fútbol, por los sofocones que coge y las alpargatas que rompe. "Jugant al joc eixe -le advierte su madre, - te morirás de fam, Tonico".
Pero cuenta con la complicidad de su hermana Elodia, que los domingos por la mañana le saca camuflado de casa el equipaje, y de su hermano mayor, Pepe, que le presta 25 pesetas para unas botas.
Con 18 años sube al primer equipo del Sueca, que asciende a Tercera División. Es entonces cuando Carlos Iturraspe, técnico del VCF, cuya novia es de Sueca, le ve jugar y recomienda su fichaje. El Sueca cobra 5.000 ptas. por su traspaso y Tonico, 7.000 de ficha anual. Comienza la mili en Alcoi,es destinado a Valencia y empieza la temporada 46-47 jugando en el Mestalla.
Su debut en el primer equipo es sonado. Llueve sobre Valencia el jueves 26 de septiembre de 1946, cuando el equipo juega un partido de entrenamiento ante el Mestalla, para preparar el choque del domingo ante el Celta, en Balaídos. El técnico, Pasarín, tiene un grave problema: se le ha lesionado Monzó, con luxación de codo, y Asensi, que puede ocupar su puesto en la media, está sancionado. De pronto se fija en un chaval rubio y espigado del Mestalla que, pese a su envergadura, se desenvuelve con seguridad sobre el campo embarrado. Es Puchades, acostumbrado a caminar sobre el fango de los campos de arroz. Decide llevárselo a Vigo.
Puchades llega nervioso a casa y comunica la noticia. Su madre abrumada, le prepara el equipaje para el día siguiente, y le mete en la maleta, dulces y embutidos ("mengívoles", recordaba luego Puchades); en definitiva: víveres para afrontar tan largo desplazamiento. Cuando sus compañeros descubren el alijo, a parte de las consiguientes bromas, se ponen las botas. Al llegar a Vigo, Pasarín le anuncia: "Si llueve, vas a jugar".
J. V. Aleixandre
Antonio Puchades Casanova (Sueca, 4-6-1925) gana su primer dinero en el fútbol: 20 duros, con el Educación y Descanso. Con esas 100 pesetas, su madre le compra unos pantalones largos. Pese a ello, sus padres, Bernardo y Elodia, le tienen prohibido el fútbol, por los sofocones que coge y las alpargatas que rompe. "Jugant al joc eixe -le advierte su madre, - te morirás de fam, Tonico".
Pero cuenta con la complicidad de su hermana Elodia, que los domingos por la mañana le saca camuflado de casa el equipaje, y de su hermano mayor, Pepe, que le presta 25 pesetas para unas botas.
Con 18 años sube al primer equipo del Sueca, que asciende a Tercera División. Es entonces cuando Carlos Iturraspe, técnico del VCF, cuya novia es de Sueca, le ve jugar y recomienda su fichaje. El Sueca cobra 5.000 ptas. por su traspaso y Tonico, 7.000 de ficha anual. Comienza la mili en Alcoi,es destinado a Valencia y empieza la temporada 46-47 jugando en el Mestalla.
Su debut en el primer equipo es sonado. Llueve sobre Valencia el jueves 26 de septiembre de 1946, cuando el equipo juega un partido de entrenamiento ante el Mestalla, para preparar el choque del domingo ante el Celta, en Balaídos. El técnico, Pasarín, tiene un grave problema: se le ha lesionado Monzó, con luxación de codo, y Asensi, que puede ocupar su puesto en la media, está sancionado. De pronto se fija en un chaval rubio y espigado del Mestalla que, pese a su envergadura, se desenvuelve con seguridad sobre el campo embarrado. Es Puchades, acostumbrado a caminar sobre el fango de los campos de arroz. Decide llevárselo a Vigo.
Puchades llega nervioso a casa y comunica la noticia. Su madre abrumada, le prepara el equipaje para el día siguiente, y le mete en la maleta, dulces y embutidos ("mengívoles", recordaba luego Puchades); en definitiva: víveres para afrontar tan largo desplazamiento. Cuando sus compañeros descubren el alijo, a parte de las consiguientes bromas, se ponen las botas. Al llegar a Vigo, Pasarín le anuncia: "Si llueve, vas a jugar".
Antonio se duerme rezando para que diluvie. Sus oraciones son escuchadas por el cielo y el 29 de septiembre de 1946, Puchades debuta con el VCF, que gana 1-2. El equipo, como es habitual en esos tiempos, se queda a dormir en Vigo. Puchades comparte habitación con Vicente Seguí, otro valenciano que acaba de llegar al equipo.
A la mañana siguiente, les suben el desayuno a la habitación: un café con leche y un croissant para cada uno, que devoran. No tienen ni para empezar. Al rato, Puchades se queja: "Xe, Vicent, jo estic desmaiat". "I jo, també". No se lo piensan: salen del hotel y se encuentran con el famoso restaurante El Mosquito. Allí, almuerzan marisco hasta saciarse y, contentos y satisfechos, piden un puro. Con él en la mano les pilla Pasarín cuando, con el resto del equipo, baja a estirar las piernas. Al novel Puchades le cae una bronca. A Seguí, dos semanas más veterano que él, una sanción. Doce años después, Mestalla despedirá a su gran ídolo con un clamoroso partido de homenaje ante el Torino.
A la mañana siguiente, les suben el desayuno a la habitación: un café con leche y un croissant para cada uno, que devoran. No tienen ni para empezar. Al rato, Puchades se queja: "Xe, Vicent, jo estic desmaiat". "I jo, també". No se lo piensan: salen del hotel y se encuentran con el famoso restaurante El Mosquito. Allí, almuerzan marisco hasta saciarse y, contentos y satisfechos, piden un puro. Con él en la mano les pilla Pasarín cuando, con el resto del equipo, baja a estirar las piernas. Al novel Puchades le cae una bronca. A Seguí, dos semanas más veterano que él, una sanción. Doce años después, Mestalla despedirá a su gran ídolo con un clamoroso partido de homenaje ante el Torino.
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