El que también fuera concejal de Deportes de Valencia se muestra crítico con la Fundación por no haber sabido buscar una solución Enrique Pérez Boada Exdirector del IVF (2004-2009)
J. CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
¿Firmó usted el 26 de agosto de 2009 el aval del IVF a la Fundación?
-Sí.
-¿Se acuerda cómo fue?
-En una conocida notaría de la calle Lauria. A mitad de vacaciones se decidió que había que firmar con fechas muy ajustadas.
-¿Se hizo de acuerdo a los parámetros que habitualmente se hacía en otros casos el IVF?
-Sí. Hubo urgencias, pero es normal que en una institución de promoción pública como el IVF, los clientes tengan premuras y situaciones complicadas. Había que ajustarse a esas necesidades.
-¿Se dieron en más casos esas urgencias?
-En otro verano recuerdo que con la empresa Marie Claire.
-¿Firmar un aval por 75 millones de euros era habitual?
-En una sola operación no recuerdo esa cantidad pero en 2009 dimos préstamos por cerca de 120 millones de euros a pymes, se pusieron en marcha líneas de financiación circulante por cerca de 200 millones, se hizo una línea de avales de 300 millones para titulizar activos de las cajas de ahorro valencianas...
-¿Considera lógico que el IVF conceda este tipo de avales a empresas que luego no puedan satisfacer las garantías?
-Es una institución pública que su razón de ser es la de complementar aquello que la banca privada no alcanza. Así ha sido desde sus inicios. Se han hecho muchas operaciones para salvar puestos de trabajo. El Consell observó que había razones poderosas para apoyar y se hizo.
-¿Manejaban un presupuesto anual al respecto?
-El IVF tenía un límite que lo fijaba tanto su propio consejo como la Ley de Presupuestos de la Generalitat. En 2008 y 2009, mis dos últimos años en el IVF, nuestro presupuesto creció bastante.
-¿Por qué ese crecimiento?
-Había surgido ya la crisis financiera y el Gobierno valenciano impulsó la acción del IVF durante esos años. Creció sustancialmente el límite de avales y también la capacidad de financiación directa.
-75 millones de euros, ¿es lo máximo que ha llegado a firmar?
-A una fundación, sí.
-¿Y no le sorprendió?
-No estoy para sorprenderme o no. El director del IVF está para ejecutar las instrucciones que le dan sus órganos de gobierno.
-¿Qué instrucción le dieron o le dio su conseller, Gerardo Camps, al respecto?
-Fue una decisión, y con esto no desvelo nada, de la Generalitat, conjuntamente con Bancaja y el Valencia CF. Y me imagino que estaba totalmente justificada porque en aquel momento el club tenía una deuda superior a 500 millones de euros, unos déficits presupuestarios cercanos al 30 % y en un momento delicado patrimonialmente. Socialmente, además, apareció un posible comprador cuyo origen y reputación empresarial se desconocía. El club de Mestalla no existiría como es hoy si no hubiera ayudado el Gobierno valenciano.
-¿Fue más la presión económica o la amenaza de Dalport?
-Iba todo unido. Los últimos movimientos que hizo la sociedad preocuparon al Gobierno y también a su mayor acreedor, que era Bancaja, y eso hizo que se pusiera en marcha la maquinaria para tratar de resolver la situación.
-Dice la juez en su sentencia que se sabía que la Fundación no podía generar beneficios. ¿Es normal que el IVF dé su respaldo a una empresa así?
-El Instituto Valenciano de Finanzas apoya empresas privadas y públicas y también a fundaciones. En ese sentido, la mayoría de las fundaciones que conocemos no suelen ser autosuficientes, salvo las que gestionan un legado hereditario de mucho patrimonio. Las fundaciones del Real Madrid y del Barcelona dependen de subvenciones del club propietario o de ayudas públicas. La Fundación del Valencia no tenía porqué ser una excepción.
-Pero sigue sin capacidad para generar dinero.
-Eso no quiere decir que no tuviera un buen patrimonio. No hay que olvidar que la Fundación adquirió el 70 % de un patrimonio nada desdeñable como era el del Valencia.
-Pero el fin del IVF era que no se ejecutara el aval, lógicamente.
-El primero que firma el riesgo es un banco. El que pone la garantía es la Fundación y como segunda garantía está el IVF. Además, el IVF fija una comisión del 0,5 % por esa intermediación. Para el IVF, esa operación no era ruinosa porque generaba un ingreso. Hasta donde yo sé, la primera comisión se cobró. Era un aval que generaba ingresos.
-¿Quién arriesgó más?
-Siempre arriesga más el que presta que el que garantiza.
-Cuatro años después, ¿opina que fue una operación demasiado 'ligera' para el IVF?
-El problema es que ahora lo vemos desde distinta perspectiva y así es fácil juzgar las cosas. Como todo en la vida, cuando descontextualizas temporalmente algo, se ve de diferente manera. En 2009 nadie se opuso a aquella ayuda. Ni socialmente, ni la prensa, ni las peñas, ni el principal partido de la oposición... nadie. Es más, luego se repitió con otros clubes de la Comunitat salvo el Villarreal. Por lo tanto, se ha seguido haciendo. Nadie lo criticó.
-Pero ahora...
-Ahora, lo que veo es que en tres años la Fundación no ha sido capaz de generar ingresos suficientes ni para pagar la comisión del préstamo de Bankia. El problema está en que no se ha articulado un sistema para generar esos ingresos. La Fundación del Barcelona tiene un presupuesto de unos cinco millones de euros y la del Real Madrid un poco más. Hay fundaciones que generan mucha actividad e ingresos.
-La amenaza de cometer una ilegalidad enterró la opción de que el Valencia donara dinero.
-Habría que analizar si eso sería de verdad asistencia financiera. Pero suponiendo que hubiera una asistencia financiera, que en este caso no es una cuestión pacífica, hay métodos para regular la relación entre la Fundación y Valencia. Se pueden realizar muchas actividades al club y como contraprestación ganar dinero por ello.
-¿Quién ha fallado entonces?
-En tres años, y no sé por qué motivo, la Fundación no ha generado los ingresos corrientes que podría haber generado. Además, ha tenido ese tiempo para vender acciones y ha vendido unas pocas. No sé qué gestiones ha realizado el patronato.
-Hay una querella contra Llorente, Olivas, Gómez y Piles acusándoles de haber maquinado la compra de acciones en la ampliación. ¿Hubo ese fin para que la Fundación fuera máximo accionista?
-Hubo 18 millones de euros que se obtuvieron por la suscripción de acciones en la primera ronda. Hubo mucho valencianista que confió en el proyecto, pero no fue suficiente para que se cubriera íntegramente la ampliación. No me parece mal que la Fundación, con ese respaldo público, suscribiera el montante restante y que después hubiera tutelado el proceso de apertura. En aquel momento, quizás podía haber sido complicado porque ya estaba la crisis, pero en todo este tiempo podía haber sacado al mercado las acciones. Desconozco por qué no se hizo.
-¿Está tranquilo por si esa querella le acaba implicando a usted?
-Que lo digan los tribunales. Todo el mundo es libre de ir contra quien considere.
-¿Volvería a repetir aquella acción?
-Cuando uno está en un puesto de esta responsabilidad tiene que asumir lo que va inherente a esa responsabilidad. Cuando uno tiene un consejo de administración, una comisión de inversiones como el IVF, o tiene un presidente y le dan instrucciones, pues hay que saber acatarlas.
-¿Qué tipo de responsabilidad tenía usted al poner la firma?
-Quien conoce la vida de una institución pública sabe que una decisión de este calado no la toma nadie en solitario y menos el director de una empresa pública.
-¿Cumplió el IVF con todo el protocolo?
-La sentencia, siendo respetuoso con la misma y con su señoría, tiene a lo largo del texto ciertos puntos contradictorios.
-¿Como cuáles?
-Para empezar, se duda mucho de si la concesión del aval es un acto administrativo. Es más, la propia jueza parece ser que ante la primera demanda archiva y luego hay un recurso ante el TSJ donde se reabre la causa. No es pacífico que la concesión del aval sea un acto administrativo. En la propia sentencia dice la jueza que la concesión del aval está sujeta al derecho privado. Eso es contradictorio.
-¿Hay más contradicciones en su opinión?
-Sí. La sentencia dice que el acuerdo del aval fue correcto. Y luego está lo de la Comisión Europea. Me consta que la abogacía de la Generalitat defendió que no correspondía porque el aval se dio a una Fundación, que no es una empresa mercantil, y que tiene un objeto social y deportivo. No estaba obligada a esa comunicación. Recuerdo que hubo una denuncia anónima a la Comisión Europea que quedó archivada. No sé hasta qué punto eso de la comunicación es suficiente para declarar nulo el aval. También se dice en la sentencia que se excedió el límite de avales por parte del IVF y no es así. La Ley de presupuestos anual de la Generalitat fija un riesgo vivo de avales que en 2009 era de 270 millones.
-Está siendo muy crítico.
-Es que son claras las contradicciones del fallo de la jueza. En un folio dice que es un negocio ruinoso y en el anterior dice que se ha fijado una comisión y que eso genera un ingreso para el IVF.
-¿Es para usted una sorpresa este final?
-El Valencia jamás deja de dar sorpresas. Desde hace muchos años la marcha deportiva y social del club está vinculada a los juzgados. El Valencia, por unas razones u otras, tiene un aspecto de sus memorias que es la parte de tribunales, desgraciadamente. Debe ser el carácter nuestro de los valencianos.
-Dice la Generalitat que se siente liberada. ¿Qué debería hacer?
-Comprendo que en el minuto uno sienta liberación. Pero no sé hasta qué punto el Consell se puede desentender del Valencia y de la Fundación.
-¿Qué debería hacer Bankia? ¿Se puede sentir estafada?
-Bankia fue la que se dirigió a la Generalitat para recibir una garantía. El préstamo lo dieron ellos, no sé quién obligó a Bankia a dar el crédito. Supongo que fueron libres cuando lo dieron, por lo tanto no puede sentirse estafados. Bankia tiene las accione de un club que ha rebajado su deuda y que conserva todo su patrimonio.
-¿Cree que políticamente al Consell le va a suponer un coste?
-El problema ahora es que la Generalitat tiene unos ingresos por debajo de lo que necesita. La Comunitat recibe menos de un 20 % de lo que debería recibir por habitante. De ahí que quitarse un problema como éste debe ser un alivio.
-Parece que este Gobierno le pasa la pelota al anterior.
-Todos los gobiernos se comen marrones. Nadie es infalible ni tiene una varita mágica. Cuando uno está en política tiene que tomar decisiones, no se puede poner de perfil.
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