Los miembros de la Grada Jove protestaron delante de la puerta cero al finalizar el encuentro sin que se produjera ningún incidente La grada de animación se queda fuera del estadio y vive desde la plaza de la Afición la victoria del Valencia
LOURDES MARTÍ | VALENCIA..-
Como siempre, empujaron al equipo y volvieron a dejarse la garganta durante el partido. Como nunca, lo hicieron fuera de Mestalla. La Curva Nord Mario Alberto Kempes mantiene firme su protesta y ayer dejó vacías sus 1.300 butacas reservadas en el viejo coliseo. El martes, tras el encuentro ante el PSG, los responsables de la grada de animación anunciaron que cesaban sus actividades hasta que el club no adopte un nuevo plan de seguridad. Desde ese día hasta ayer mismo hubo varios contactos entre la entidad presidida por Manuel Llorente con la Grada Jove, pero no se llegó a ningún acuerdo.
La protesta empezó mucho antes del encuentro frente al Mallorca. Alrededor de 200 miembros de la Curva Nord se plantaron a las 15:30 horas en la puerta por la que habitualmente acceden al estadio, la S3. La policía nacional los custodiaba. Hasta el comienzo del partido hubo silencio. Desde fuera del estadio se escuchaba el himno del Valencia y la megafonía cantaba las alineaciones. «No recuerdo la última vez que no estoy dentro del campo en los primeros minutos», comentaba un aficionado.
Tras el pitido inicial empezó el trabajo de la Grada Jove. Al principio, reproches: «Animación sin represión», «Curva Nord, solución» y «Llorente vete ya». Y después, los habituales cánticos animando a los hombres de Ernesto Valverde. La Curva Nord no estuvo sola. Muchos de los aficionados que acceden al estadio por la torre que da a la Avenida Aragón se asomaban y les aplaudían, alguno incluso se animaba a cantar.
A los diez minutos de partido partió la comitiva hacia la plaza de la Afición, y tras ellos los cinco furgones de la policía nacional. La imagen recordaba a aquellos partidos en que el equipo juega fuera de casa y los seguidores ven el encuentro gracias a las pantallas de televisión de los bares, que se quedan pequeños. Muchos tuvieron que sentarse en los bancos o subirse al monumento que da nombre a la plaza. Tampoco dejaron de animar al Valencia.
En el descanso, se levantaron de sus sillas y extendieron las bufandas hacia el estadio. «Llorente vete ya», cantaban al unísono. Los seguidores que estaban en el estadio salían al balcón a verles. Con el gol de Ricardo Costa se desató la locura. El uno a cero se cantó con fuerza e incluso los coches que pasaban por la avenida de Suecia hacían sonar su claxon. Mientras algunos miembros de la grada de animación estaban en los bares, otros ni siquiera se acercaron al estadio. También hubo alguno que cogió el pase de algún amigo abonado que no iba a acudir al ver el partido, y entró al coliseo. «Pero no es lo mismo», comentaba alguno. «Esperemos que se solucione ya el problema», añadía.
El segundo gol desató la locura. Tras la celebración del tanto de Roberto Soldado, volvieron a acordarse del presidente: «Llorente, vete ya» o «Llorente, canalla, fuera de Mestalla». Minutos antes de que concluyera el partido se desplazaron a la puerta cero del estadio, la que flanquea la entrada del Palco. Esa por la que entra el presidente de la entidad, y volvieron a hacerse de notar. De nuevo volvieron a escucharse cánticos contra Llorente y también hacia el jefe de seguridad del Valencia, José Sánchez, a quien también pidieron su dimisión. Tras el pitido final, el resto de aficionados que iban abandonado el estadio miraban atónitos mientras otros se unían a los cánticos. A las 19:05 horas abandonaron la protesta y se marcharon a casa. Sin incidentes.
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