¿Por qué los árbitros dañan al VCF frente al Madrid?

J. V. Aleixandre

Otra vez lo mismo. Es la eterna cantinela que, entonada a todo volumen, aturde el oído y no deja percibir otras melodías más armoniosas. La actuación del árbitro Muñiz Fernández en el Bernabéu fue un elemento más de los tres que tuvo el Valencia en su contra. Los otros dos fueron la languidez rematadora de Jonas y la apabullante pegada de ese Madrid al que acudía a medir el Valencia y no dio la talla, pese a la contundencia del marcador. El once de Valverde controló casi siempre el encuentro y le plantó cara al rival. Andrés Guardado se marcó un partidazo y el resto de sus compañeros confirmaron su línea ascendente. Sin embargo, nada de todo eso pasará a las fonotecas, a las hemerotecas ni a las filmotecas valencianas, centradas en la discordante labor del colegiado. Las madrileñas, más habituadas a estos estridentes chirridos arbitrales, no les otorgan ningún relieve. Tampoco conviene a sus intereses ni a sus deseos.
También en el fútbol -como en la vida- el pez grande se come casi siempre al chico. Pero para que se cumpla esa norma tan devastadora, se precisan unas aguas en condiciones climáticas favorables y unas corrientes determinadas. Es decir, que los árbitros echen una mano a los poderosos en perjuicio de los débiles. El Valencia, como integrante de esa elite favorecida, también goza de ciertos privilegios por parte del gremio del pito, pero desde luego, en menor cantidad y calidad que, por este orden, Real Madrid y Barça.
Históricamente, los poderes fácticos, de los cuales el de mayor peso y calado puramente futbolístico es el arbitral, siempre se han decantado del lado del Madrid, por obvias razones geopolíticas y estratégicas. Eso ha sido así, toda la vida y quien no lo quiera ver, no hace falta que acuda al oculista. Lo suyo no tiene arreglo.
Los mayores escándalos arbitrales del fútbol español siempre han tenido al Madrid como protagonista favorecido. Por contra, el Valencia ha sido el equipo más perjudicado, por encima de cualquier otro. Es lógico que así sea porque el Barça ha estado en mejores condiciones deportivas para plantarle cara al Madrid y ha superado con mayor suficiencia las acometidas arbitrales. Además, en el caso del Valencia, esas arbitrariedades han tenido una mayor incidencia porque han resultado más determinantes, al tratarse del tercer equipo en discordia. De ahí que puede presentar un abundante memorial de agravios. Desde el año 1930, cuando un escandaloso arbitraje de Fausto Martín, impulsa al capitán Cirilo Amorós a ordenar a sus compañeros que abandonen el campo de Chamartín, hasta lo de la otra noche, que obligó al actual jefe, David Albelda, a intervenir desde la grada a través de twitter, el pliego de atropellos sufridos por el Valencia, le convierten en el equipo español más golpeado por los árbitros ante el Madrid, sobre todo en el Bernabéu. El asturiano Muñiz Fernández viene a sumarse a Gojenuri, Escartín, Sánchez Ríos, Sánchez Ibañez, Díaz Vega, Megía Dávila -ahora enchufado de Florentino- Pérez Pérez, Tristante Oliva o Teixeira Vitienes todos ellos autores de alguna(s) canallada(s) contra el Valencia en sus duelos con el Madrid.
Ese es un imponderable con el que hay que contar de antemano, de la misma manera que se da por descontado que algún remate, para bien o para mal, se estrellará en el palo, o que ante algún equipo desasistido de la mano de Dios, el colegiado, y en caso de duda, se equivocará a favor. Así que no vale la pena cabrearse. Los sofocos son muy malos para la salud. Calma. Paciencia.

http://www.levante-emv.com/deportes/2013/01/17/arbitros-danan-vcf-frente-madrid/967372.htm