El presidente se ha planteado dimitir y una tercera pañolada el viernes ante el Getafe puede ser definitiva
JOSÉ MOLINS | VALENCIA..-
La figura de Manuel Llorente al frente del Valencia se tambalea, está en el momento más crítico de su etapa en la presidencia y afronta su semana más convulsa desde 2009. La pañolada de todo Mestalla, segunda consecutiva, con cánticos que pedían la dimisión del dirigente, le sitúan en un punto muy delicado. Tanto que ha llegado a plantearse dimitir y dejar el club. Pero los miembros del consejo le han mostrado su apoyo unánime y cierran filas en torno al presidente.
La confianza de la directiva y el apoyo expreso de la Generalitat son imprescindibles para que Llorente siga en el cargo. Por el momento cuenta con ambos. Esta mañana a las 11 horas el presidente se reunirá con sus consejeros, en una cita donde se tratará la controvertida situación de la sociedad y del mandatario en particular. Y por supuesto, se expondrá el estado en que se encuentra la negociación con Bankia. Se agotan los días para que se cumpla el plazo marcado oficialmente con la entidad bancaria para devolver el crédito.
Sin embargo, algunos directivos sí quieren hoy mostrar su enfado por la desinformación que sufrieron acerca del pago por el finiquito de Pellegrino, al que el club le abonó dos años de sueldo, pero los directivos tenían entendido que sólo era uno. Pepe García Roig ha sido quien más disgusto ha mostrado al respecto. En los últimos días este desagrado ha perdido fuerza, pero le pedirán explicaciones. Es el único punto en el que el respaldo al presidente sufre alguna fisura.
Respecto al Consell, la intención del Gobierno valenciano es no interferir por el momento en la situación del club, manteniéndose como un observador del desarrollo de los acontecimientos. Es decir, que el puesto del mandatario no corre peligro por ahora y sólo se marchará si él dimite.
Llorente está muy tocado. La pañolada del partido ante el Rayo le ha hecho pensar seriamente la posibilidad de abandonar la presidencia y su cargo de ejecutivo de la sociedad blanquinegra, como informó ayer LAS PROVINCIAS Punto Radio (92.0 FM).
Lo normal es que el mandatario se siente el viernes en el sillón presidencial de Mestalla, porque todo el mundo de su entorno le ha mostrado su apoyo en las últimas horas para que continúe, pero una tercera pañolada contra el Getafe puede ser definitiva para que el dirigente presente su dimisión. Una nueva bronca de la afición valencianista supondría una losa insoportable, demasiado pesada para cualquiera. Sin embargo, el dirigente recibió durante el día de ayer muchas muestras de apoyo no sólo por parte de los consejeros, sino también desde otros sectores.
Pero la delicada situación del club le obliga a pensarse las cosas varias veces antes de anunciar su dimisión. Hay muchos frentes abiertos, especialmente la negociación con Bankia. El presidente es el interlocutor con el banco, y un cambio de dirigente en el club supondría empezar casi de cero con la entidad bancaria.
Solución integral
La ruptura del plan Newcoval de Bankia fue un golpe muy duro para el presidente. Ahora intenta buscar nuevas fórmulas para gestionar los pagos a su principal acreedor. Tras las últimas conversaciones, ambas partes confían en que antes de que acabe el año se habrá logrado una solución de refinanciación de la deuda. Y será integral, es decir, que unirá también a la Fundación, quien no puede hacer frente a los intereses anuales del crédito con el que compró las acciones.
Pero además, a Llorente se le acumulan los problemas. Hoy tiene una cita a las 13 horas con Paco Roig en el juzgado número 17 de primera instancia de Valencia para realizar el acto de conciliación, aunque sólo acudirán los abogados de ambas partes. El expresidente le acusó de lucrarse gracias al club y ahora en los juzgados tendrá la oportunidad de retractarse. Si no lo hace, el dirigente blanquinegro presentará una querella contra Roig.
El exmandatario encarna un sector muy crítico en la oposición al actual presidente. Persigue que el presidente abandone el cargo, en una lucha personal que mantienen desde hace años. Si Llorente se marcha, muchos son los candidatos que aparecen para sentarse en el sillón presidencial. Fernando es uno de ellos, también en el sector crítico.
Más amables con el dirigente son las figuras de Jaume Ortí o Pedro Cortés, que ya estuvieron en el cargo, son amigos de Llorente pero estarían encantados de volver a ejercer el cargo. En una línea parecida se encuentra Alfonso Rus, actual presidente de la Diputación, pero que necesita tiempo para dejar la política. Unos meses podrían ser necesarios. Todo el mundo en el club da por hecho que Llorente será presidente como máximo hasta junio, y cuando acabe la temporada será el momento de hacer cambios. Pero también empresarios de éxito como Juan Roig se vislumbran como los candidatos idóneos.
Con tanto aún por hacer, no es precisamente el momento idóneo para cambiar de presidente. Desde el consejo se insiste en la versión que la marcha de Llorente dejaría en el caos al club, con un vacío de poder en medio de tantas gestiones y en una situación tan delicada.
Sin embargo, los problemas económicos angustian a la sociedad, pero lo que ha desencadenado las protestas masivas es la crisis deportiva. Así pues, el futuro inmediato de Manuel Llorente está en manos de lo que Valverde y los jugadores hagan sobre el campo en los próximos partidos.
Soldado, con el presidente
En este sentido, Roberto Soldado, uno de los capitanes del equipo, dejaba claro que la culpa es de ellos mismos, los futbolistas. «Cada uno es libre de opinar lo que quiera, pero si hay que reprochar algo a alguien, es a los que estamos en el campo, que somos los responsables de la situación y los que podemos hacer algo para que el equipo gane», señaló del delantero.
El jugador quiso ser más claro en su mensaje, mostrando una defensa hacia su presidente. «Sentimos esa responsabilidad y si a alguien se tiene que decir algo es a nosotros y no al palco, que es donde están todas las miradas», manifestó el valenciano.
El capitán quiso trasladar un mensaje de optimismo de cara al encuentro contra el Getafe de Luis García, un técnico al que Llorente quiso fichar para el Valencia en junio de 2011. «El equipo está dolido, con ganas de jugar el viernes para cambiar esta situación y confiar en nosotros mismos y en el cuerpo técnico, que ha llegado para sacar esto adelante».
El debut de Valverde fue esperanzador, con sendas victorias ante Osasuna, y por eso dolió más, por inesperado, el tropiezo contra el Rayo, que diluyó el efecto que el nuevo técnico había creado. «Ojalá fuese así de fácil, que hubiese un cambio de entrenador y la reacción y el juego fueran diferentes, que el equipo ganara mostrando solidez, pero no es así. Hay que cambiar los conceptos, que son muy distintos a los anteriores, y nos está costando, pero lo vamos a hacer y seguro que el beneficiado va a ser el equipo», aseguró el atacante.
Pero no sólo el equipo se señala como culpable. También la Curva Nord, la parte de la grada que más anima en Mestalla en cada partido, lanzó un mensaje de apoyo hacia el presidente, a cargo de uno de los líderes de la peña, Paco Rausell. «Llorente es malo ahora y bueno hace 6 meses, o todo es una paranoia de resultados, hay gente que debe hacérselo mirar, jugadores responsables. Yo no lo defiendo, pero sí ante la duda de otros buitres, me quedo con él, por lo menos no malgasta como otros», señaló el aficionado valencianista en twitter.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-12-18/llorente-afronta-semana-critica-20121218.html
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