J. V. Aleixandre
El deslumbrante despliegue de fútbol con el que el Barça conquistó el otro día el corazón de las buenas gentes de Orriols fue protagonizado por doce jugadores de la cantera „once, más una sustitución„. En cambio, para cubrir un partido de trámite, en casa, ante un modestísimo Llagostera que ya venía con desventaja de dos goles, Mauricio Pellegrino sólo alineó inicialmente a dos valencianos ya consagrados „Guaita y Albelda„ e hizo debutar a un joven del Mestalla: Salva Ruiz, que jugó en lugar de Gayá, víctima de los entramados burocráticos en los que, muy a menudo, se enreda el Valencia, sin que escarmiente. Ya con la eliminatoria sentenciada, saltó al campo Bernat, con cara de muy pocos amigos, porque se siente infrautilizado y en el disparadero, con el pasaporte visado para marcharse cedido al Getafe en el inmediato mercado invernal.
Este es todo el potencial que suministra el actual fútbol base del Valencia. Paterna, por lo que se observa, ya no da para más. Con lo mucho y bueno que ha salido de esos huertos y las paupérrimas cosechas que proporciona desde hace años.
Para que una cantera proporcione frutos, un primer requisito es que haya voluntad política de cultivarla. No es este el caso del VCF que, en aras del ahorro y la cuadratura „otra vez„ del presupuesto, ha restringido los medios que dedicaba a sus equipos inferiores, fundamentalmente entrenadores y ojeadores. Con la ingente cantidad de exjugadores del club perfectamente capacitadas para dotar de un mayor nivel a la Escuela, y lo desaprovechados que están la mayoría de ellos. Precisamente, al frente de Paterna figura un exfutbolista cuyo principal aval es ser amiguete de Pedro Cortés „que sigue mangoneando en el club todo cuanto puede y le permiten„. Para saber de su funcionamiento, sólo hay que oir las quejas y lamentos de los padres, algunos de los cuales, xotos de raigambre, han optado por trasladar a sus hijos a las categorías inferiores del Levante UD, que funcionan mucho mejor. Paterna carece de una planificación unitaria de trabajo y de una estructura definida. No existe un plan trazado, un proyecto a medio y largo plazo. Lo que debería ser una inversión, se considera una rémora.
De manera que en lo que llevamos de temporada, el VCF ha aportado a las diferentes selecciones inferiores de España (de la sub-16, a la sub 21) tres futbolistas. El Barcelona, dieciocho. Conclusión: Paterna no funciona. Y será difícil que lo haga mientras no se convierta en objetivo preferente de la política deportiva del club, si es que existe tal programa. Aquí, la única preocupación deportiva, explicita e implícita, es la de quedar terceros para acceder a la Champions a fin de que las cuentas, encajen. No hay otro objetivo. En ese angustioso contexto, ningún entrenador, y menos ahora Pellegrino, al que la camisa no le llega al cuerpo, está en condiciones de apostar decididamente por los jóvenes. El del agobio financiero es el único mensaje „¿ilusionante?„ que Llorente viene trasladadando a los socios en los últimos tiempos. Que no se lamente luego si estos van desertando de Mestalla. El discurso para engancharles resulta deprimente. El panorama, desolador. Y Paterna, que podría dar alguna alegría a la grada y permitirle al club negocios muy rentables si acertara a proporcionar materia prima de buena calidad, es un erial.
Este es todo el potencial que suministra el actual fútbol base del Valencia. Paterna, por lo que se observa, ya no da para más. Con lo mucho y bueno que ha salido de esos huertos y las paupérrimas cosechas que proporciona desde hace años.
Para que una cantera proporcione frutos, un primer requisito es que haya voluntad política de cultivarla. No es este el caso del VCF que, en aras del ahorro y la cuadratura „otra vez„ del presupuesto, ha restringido los medios que dedicaba a sus equipos inferiores, fundamentalmente entrenadores y ojeadores. Con la ingente cantidad de exjugadores del club perfectamente capacitadas para dotar de un mayor nivel a la Escuela, y lo desaprovechados que están la mayoría de ellos. Precisamente, al frente de Paterna figura un exfutbolista cuyo principal aval es ser amiguete de Pedro Cortés „que sigue mangoneando en el club todo cuanto puede y le permiten„. Para saber de su funcionamiento, sólo hay que oir las quejas y lamentos de los padres, algunos de los cuales, xotos de raigambre, han optado por trasladar a sus hijos a las categorías inferiores del Levante UD, que funcionan mucho mejor. Paterna carece de una planificación unitaria de trabajo y de una estructura definida. No existe un plan trazado, un proyecto a medio y largo plazo. Lo que debería ser una inversión, se considera una rémora.
De manera que en lo que llevamos de temporada, el VCF ha aportado a las diferentes selecciones inferiores de España (de la sub-16, a la sub 21) tres futbolistas. El Barcelona, dieciocho. Conclusión: Paterna no funciona. Y será difícil que lo haga mientras no se convierta en objetivo preferente de la política deportiva del club, si es que existe tal programa. Aquí, la única preocupación deportiva, explicita e implícita, es la de quedar terceros para acceder a la Champions a fin de que las cuentas, encajen. No hay otro objetivo. En ese angustioso contexto, ningún entrenador, y menos ahora Pellegrino, al que la camisa no le llega al cuerpo, está en condiciones de apostar decididamente por los jóvenes. El del agobio financiero es el único mensaje „¿ilusionante?„ que Llorente viene trasladadando a los socios en los últimos tiempos. Que no se lamente luego si estos van desertando de Mestalla. El discurso para engancharles resulta deprimente. El panorama, desolador. Y Paterna, que podría dar alguna alegría a la grada y permitirle al club negocios muy rentables si acertara a proporcionar materia prima de buena calidad, es un erial.
Perdón. En mi último comentario del pasado miércoles, citaba a Hansi Krankl como adquisición de Pasieguito, en lugar de a Kurt Welzl, también austríaco como aquel, pero que no llegó a jugar en el Valencia, tal como se pretendía, sino que, para desgracia nuestra, fichó por el Barça. Los aficionados más veteranos habrán sabido corregir el lapsus mental que padecí. Para los más jóvenes, ahí va esta aclaración. Repito, donde escribí Hansi Krankl, debía figurar Kurt Welzl. Les pido disculpas.
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