El canterano admite que le costó conciliar el sueño tras debutar en la Champions: «Estuve tratando de asimilar todo» Carlos Delgado Defensa del Valencia
JOAQUÍN BALLESTA | VALENCIA..-
JOAQUÍN BALLESTA | VALENCIA..-
Andaluz de Puerto Real (Cádiz), donde nació hace 22 años. Casi 'ná'. Allí, en su pueblo, toda la familia se reunió alrededor de la televisión para ver el debut de Carlos Delgado con el primer equipo del Valencia. Sus padres -él jubilado, ella cuidadora de niños-, sus cinco hermanos, tíos y primos. «No faltó nadie», relata el chaval con el típico gracejo andaluz. Ha irrumpido sin esperarlo. A pesar de su cuestionable filosofía con la cantera, el club se encuentra de la noche a la mañana con un defensa central muy aprovechable a quien, por el bien del equipo, hay que desear que no siga el camino de Isco.
-¿Cómo pasó la noche posterior al debut?
-Bien, muy contento. Me costó dormir, no lo hice hasta pasadas las dos y media de la madrugada, porque estuve repasando el partido y tratando de asimilar todo. Aún no me creía lo que había pasado porque fue todo muy rápido.
-En cuanto salió de la ducha su teléfono móvil empezó a echar humo, ¿eh?
-Sí, sí, no paró. Hablé con mis padres, pero poco. Esta mañana lo he hecho más tiempo. Me llamaron también amigos, compañeros, antiguos entrenadores... Todo el mundo.
-Juan Sánchez ha sido su mentor...
-Sí. Luego estuvimos hablando con Braulio, llegamos a un acuerdo y aquí estoy desde julio.
-¿Imaginaba que llegaría esto tan pronto?
-No, no, nunca. Pero mira, hubo lesiones y sanciones de varios jugadores y tuve la fortuna de que el entrenador contara conmigo.
-¿Cuándo se enteró de que iba a jugar contra el Lille?
-En el hotel. Cuando el míster me lo dijo no me lo creía. A partir de ese momento sentí una sensación de alegría y nervios al mismo tiempo.
-¿Cómo vivió el trayecto hasta el campo?
-En el autobús empecé a visualizar el partido en mi cabeza. Traté de concentrarme al máximo.
-En el campo se le vio con las ideas muy claras. Jamás se complicó ni intentó hacer cosas que no debe.
-Era lo que pretendía y me salió bien. Quería empezar jugando fácil para coger confianza y poco a poco intentar algo más. El míster ya me dijo antes de salir que lo hiciera sencillo y que estuviera tranquilo.
-¿Jugar en Mestalla es tan difícil como parece desde fuera?
-No. Para mí fue un placer, un gusto muy grande. Nunca lo había hecho y terminé el partido encantado, muy feliz.
-¿Qué jugadores le escoltaron en el vestuario cuando empezó a cambiarse?
-Guardado y Tino Costa. Los dos me animaron mucho, pero no sólo ellos. Todos lo hicieron y me facilitaron mucho las cosas.
-¿Es supersticioso?
-Bueno, alguna cosilla sí que tengo... Por ejemplo, ponerme primero la bota del pie izquierdo, salir al campo también con ese pie, algunas cosas, sí...
-Imagino que ahora querrá seguir contando para El Flaco.
-Claro, pero soy consciente de que pertenezco al filial. Trabajaré ahí lo mejor posible y esperaré a que llegue otra oportunidad.
-Con 22 años debería quedarse en el primer equipo. ¿Hay que mirar más a la cantera?
-Ojalá fuera así, por mí encantado. Estoy ahí para lo que necesiten. Con ganas de seguir creciendo y devolver la confianza puesta en mí.
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