PAU FUSTER Manuel Llorente se desplazó este viernes a Madrid por unos asuntos personales, pero eso no significó que estuviera con el teléfono móvil avanzando en la negociación para vender a Jordi Alba, asunto que no se quiere demorar en exceso. Las dos partes saben que están condenadas a entenderse y aunque las posturas iniciales son distantes como es habitual —el presidente pide 18 millones de euros por los 10 que ofrecía el Barça—, saben que llegarán a un punto de encuentro.
Al quedarle sólo una temporada de contrato al futbolista, el Valencia CF ve complicado que el Barça llegue a su cláusula de rescisión de 20 millones de euros, aunque eso no signifique que le vayan a regalar. Llorente va a intentar que el equipo azulgrana pague lo máximo posible en una cantidad fija y también está previsto que incluya una serie de variables en función de objetivos individuales y colectivos. Las dos partes están en esta fase y aún no hay nada cerrado.
Jordi está en la Eurocopa a la espera de concretar su futuro, aunque por lo que se observa con su rendimiento, ha conseguido abstraerse de las negociaciones. Después de cerrar el contrato de Tito Vilanova, la idea del Barça es alcanzar un acuerdo con el VCF para el traspaso de Jordi Alba, que será azulgrana en los próximos días.
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