Este Valencia de Unai Emery se ha empeñado en asomarse a un peligroso callejón sin salida. Ahora está en ese punto en que uno no sabe muy bien si va a dar un paso adelante o si vomita por la borda todo lo digerido. Lo de mañana contra el endeble AZ Alkmaar va a tener su morbo. A pesar del 2-1 en contra y de que está en juego entrar en una semifinal europea, la cita es un autoexamen obligado. Mestalla quiere ver si Emery es capaz de una vez por todas de inyectar el antivirus que tanto necesita el equipo y sobre todo el sistema. El Valencia intenta atajar el movimiento de inquietud que motivan los resultados mostrando públicamente la confianza de su técnico las cuatro últimas campañas.
La postura del club actualmente está claramente definida: hay fe en la capacidad tanto de Emery para rectificar como de estos jugadores para recuperar el vuelo. En el Valencia se recuerda que esta plantilla con el mismo cuerpo técnico se situó cerca de los dos gigantes durante la primera vuelta. El problema en la calle es que nadie sabe si el frenazo de esta caída va a ser inmediato o si hay todavía derrape. En el Valencia, sin embargo, no se contempla una hipotética situación de que hiciera falta un cambio en la dirección técnica.
La decisión de la directiva que preside Manuel Llorente, por el contrario, pasa por la idea de que destituir a un entrenador a estas alturas del curso rara vez da buenos resultados. A Unai le quedan algo más de dos meses de contrato y la intención es que lo cumpla.
Aún así, es inevitable que se empiecen a dar situaciones que encajan en esta época precontractual. Ayer, por ejemplo, Radio 9, pulsaba la opinión de Mauricio Pellegrino, uno de los nombres que siempre han rondado por la cabeza de Llorente. Y el que fuera defensa argentino daba su versión («admiro a Emery y siento una gran admiración por su trabajo») y huía rápido de posibles vinculaciones de futuro: «Sobre supuestos no tengo nada que comentar».
Si va a estar o no Pellegrino en esa supuesta lista de candidatos, de no seguir Unai, será algo que le corresponde decir a Braulio Vázquez. Por su cargo como responsable máximo deportivo, ahora le toca el rol de verbalizar ante Emery la opinión del club sobre su trabajo. Ayer, por ejemplo, cuando LAS PROVINCIAS preguntó a Vázquez si existía el menor sentimiento de duda hacia el entrenador, la respuesta del gallego fue contundente.
«Pues claro que hay confianza plena en él. Con este entrenador y con estos mismos jugadores realizamos una primera vuelta estupenda en la que fuimos terceros con solvencia. Pero también es verdad que hacemos cosas mal y que hay que corregir. Eso es una evidencia». Su declaración casa plenamente con la versión oficial del club.
Prefiere Braulio no profundizar en más detalles para no molestar tampoco al entrenador. Otra cosa es lo que Vázquez y Emery hablen en privado. Entre los deberes que tiene la secretaría técnica del Valencia y que cumple a rajatabla está el de verse todos los lunes encerrados en una salita cada partido del Valencia. Y ahí los defectos, tanto de grupo como individuales, escuecen todavía mucho más.
Ante eso, y consciente de que el camino de la Europa League puede ser la mejor golosina de la temporada, no queda otro remedio que reiterar el único mensaje posible a estas alturas tan avanzadas de la temporada. Lo curioso es que solapa el arreón que quiso hacer Unai cuando hizo referencia a los aficionados. «El equipo debe dar ahora el do de pecho. No hay otra. Son ellos -se refiere a los jugadores- los que tienen que dar el paso para enganchar a la afición. Nos estamos jugando una semifinal de una competición europea».
¿Y qué piensa la afición? De momento su respuesta se traduce en pañuelos y silbidos. El sentir generalizado lo resume el presidente de la Agrupación de Peñas, Blas Madrigal. «La gente tiene un gran disgusto y la culpa de todo la tiene Emery porque él es el responsable del grupo».
Las peñas fueron muy ácidas a principio de temporada. Ahora optan por la prudencia. «En su día detectamos cosas que no nos gustaban y lo dijimos. Ahora nos estamos jugando mucho y hay que arrimar el hombro pese a que es preocupante lo de los pañuelos. Me da la sensación de que el ciclo de Emery se ha podido acabar».
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-04-04/emery-goza-incomodo-margen-20120404.html
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