El intento definitivo del 4-3-3

Es un viejo anhelo de Unai Emery, una íntima obsesión que esta próxima temporada sí lleva camino de convertirse en realidad. Con la incorporación de Dani Parejo a los entrenamientos del primer equipo, el técnico valencianista ya puede empezar a perfilar su sistema táctico preferido, el 4-3-3. Una propuesta con la que se dio a conocer en el Almería en Primera división, y que en Mestalla ha ido adoptando de manera intermitente, con un buen rendimiento atacante pero con lagunas defensivas. Las características de los fichajes de esta campaña, caso de Parejo, como el volante más adelantado de la medular, o Piatti, veloz y desequilibrante en el extremo, se adaptan a las necesidades del sistema pensado por Emery.
De consolidar definitivamente el 4-3-3, Emery satisfaría una de las exigencias de la afición, más allá de la consecución de los objetivos deportivos marcados: dotar al conjunto blanquinegro de una filosofía de juego definida. La temporada pasada, sin ir más lejos, llegó a utilizar hasta cuatro dibujos distintos. El Valencia fue un equipo camaleónico.
Como hará este verano, en pretemporada trató de afianzar el 4-3-3, atascado sin embargo por la ausencia de buenos resultados en los primeros amistosos. Una victoria por 2-0 contra el Fiorentina, con 4-4-2 sobre el césped en el penúltimo bolo antes de arrancar la competición, cambió los planes. Con Aduriz y Soldado en punta de ataque, el Valencia obtuvo un gran rendimiento a corto plazo en el estreno liguero. Posteriormente, las ausencias por lesión de Banega y Tino Costa evitaron que Emery repitiera el 4-3-3 con mayor asiduidad.
En otras ocasiones, en cambio, la variación táctica vino motivada en función de las virtudes del rival. Así, Emery logró poner en más de un apuro al Villarreal, que encontró una ciénaga en la defensa de cinco efectivos plantada por el entrenador de Hondarribia. Ese mismo 5-3-2 fue copiado jornadas después por Sevilla y Levante UD para enfrentarse a los del Madrigal.

Posesión y sin extremos puros
Los fichajes de esta temporada ya llegan adaptados al 4-3-3 en sus equipos de procedencia. Es el caso de Parejo en el Getafe, Piatti en el Almería y Rami en el Lille. Una de las claves para el correcto funcionamiento del 4-3-3 está en el dominio de la posesión, clave en ataque pero sobre todo para evitar la concesión de ocasiones y aumentar en seguridad defensiva, como bien ha demostrado el FC Barcelona. De ese control de la pelota se encargarán Tino Costa y Parejo -a expensas de lo que pase finalmente con el futuro de Banega-.
La responsabilidad de equilibrar la defensa con el ataque sería de Topal, que con su despliegue físico puede ofrecer una función muy similar a la de Busquets en el Barcelona. El turco, que ya jugaba con un 4-3-3 con el Galatasaray, competirá con la veteranía de Albelda. La firmeza defensiva dependerá también de la solidez de la pareja de centrales, que la temporada pasada varió en exceso por lesiones, sanciones y rachas desiguales de los defensas. Además de Rami, falta un central zurdo. La competencia se completa con Ricardo Costa y Dealbert.
En ataque, Soldado y Aduriz pelearán por ocupar la punta de lanza, con Piatti por la derecha y Mata, si finalmente se queda, por la izquierda. Ambos futbolistas tienen movilidad y polivalencia. Jonas y Pablo se ofrecen como excelentes alternativas de garantías para acoplarse a ese dibujo o variarlo. La ausencia de Joaquín, un extremo puro que abría mucho el campo y le costaba recortar hacia adentro.
El 4-3-3 es un sistema con poca tradición en la historia reciente en Mestalla, donde con Héctor Cúper y Rafa Benítez caló el 4-2-3-1. Antes que Emery, intentó ponerlo en funcionamiento Ronald Koeman. Lo hizo a la fuerza, con una plantilla planificada para otros menesteres, y fracasó en el intento. Esta vez, en cambio, todas las piezas parecen ser correctas para intentar de nuevo que la aventura del 4-3-3 llegue a buen puerto.

http://www.levante-emv.com/deportes/2011/07/17/definitivo-4-3-3/825098.html