Las alarmas se han disparado en el Valencia. La derrota frente a Osasuna ha descolocado al valencianismo, que esperaba una reacción de su equipo después del ridículo frente al Madrid. A cuatro partidos para el final de la temporada, en el tramo definitivo de la competición, al equipo de Unai Emery parece que le han entrado las dudas, como se demostró en el Reyno de Navarra. Peligra la tercera posición, la que da derecho a disputar Liga de Campeones y a cobrar sus suculentos contratos televisivos, está en cuestión el trabajo de toda una temporada y la estabilidad de la plantilla.
Y es que nadie esperaba, después de la trilogía feliz que empezó en Getafe (2-4), continuó con el Villarreal (5-0) y siguió en Almería (1-3), que el equipo llegara con una sensación de debilidad tan extrema a los últimos cuatro partidos de la temporada. La euforia vivida a principios de abril ha desembocado en un amago de depresión a las primeras de mayo. La Real Sociedad, el Espanyol, el Levante y el Deportivo, los últimos cuatro rivales del Valencia, han adquirido un potencial impensable hace quince días.
Y es que los nervios han aflorado en el vestuario y se han trasladado a los despachos en forma de enfado después de dos reveses inesperados, sobre todo, por la forma. Lo que más preocupa en el club es la impresión de que el equipo ha dejado de competir cuando está en juego su clasificación directa para la Liga de Campeones. «La intensidad la ha puesto el Osasuna», declaró «muy enfadado» el presidente Manuel Llorente después del partido. El técnico admitió ayer, en declaraciones a la página «web» del Valencia, que el tercer puesto es «la vida para el club», y recalcó que el partido con la Real Sociedad, que viene de ganar al Barcelona, se ha convertido en «una final como la que disputó Osasuna contra nosotros», se defendió Emery.
Entretanto, el Villarreal se ha acercado a tres puntos del Valencia, y aunque su calendario, aparentemente, es más complicado que el de los blanquinegros —juega tres de los cuatro partidos fuera del Madriga—, la sensación que transmite es algo distinta. Tampoco es que los de Garrido anden sobrados de fuerzas e ideas, pero fueron capaces de remontar el domingo el 0-1 que le endosó el Getafe, un equipo que, como Osasuna, está peleando por la permanencia en primera. Y lo hizo después de haber soportado la humillación sufrida en la Europa League a manos del Oporto del colombiano Falcao. El Villarreal ha sabido levantarse y matenerse firme en la competición liguera.
Así que conforme a las palabras de Unai Emery, el Valencia afronta la primera de las cuatro «finales» que le quedan este sábado contra la Real Sociedad, mientras que el Villarreal juega en Mallorca. Los donostiarras se han mostrado como un equipo contemplativo fuera de su campo. De hecho apenas han conseguido 10 de los 41 puntos que suman. Todo lo contrario que el rival de los «groguets». El Mallorca se muestra fuerte en su campo, donde ha logrado 30 de sus 42 puntos, con lo que se presenta como una salida complicada y más teniendo en cuenta que la permanencia no es segura.
El calendario no dará respiro a los equipos. El miércoles siguiente habrá jornada de liga. El Valencia visita al Espanyol en Sarrià y el Villarreal juega en Almería, equipo que puede haber consumado el descenso de categoría la jornada anterior. De no ser así, se prevé un encuentro duro para los de la Plana. Los valencianistas, por su parte, se medirán a un Espanyol en tierra de nadie, pero que acostumbra a hacer buenos partidos en Sarrià contra el Valencia. La campaña anterior, en cambio, el protagonista fue Zigic, con dos goles a pase de Vicente.
El fin de semana siguiente, el Valencia disputará el derbi con el Levante, y el Villarreal recibe al Real Madrid. Uno y otro rival pueden tener la temporada finiquitada a esas alturas. La temporada terminará para el Valencia en Riazor, contra un Deportivo que está luchando por la permanencia en Primera. El calendario ha querido que el Villarreal se pueda jugar la tercera plaza contra Osasuna. Pero para que el Valencia tenga un final de liga feliz será necesario ser «intensos, agresivos y tener serenidad». Lo dice Emery.
Y es que nadie esperaba, después de la trilogía feliz que empezó en Getafe (2-4), continuó con el Villarreal (5-0) y siguió en Almería (1-3), que el equipo llegara con una sensación de debilidad tan extrema a los últimos cuatro partidos de la temporada. La euforia vivida a principios de abril ha desembocado en un amago de depresión a las primeras de mayo. La Real Sociedad, el Espanyol, el Levante y el Deportivo, los últimos cuatro rivales del Valencia, han adquirido un potencial impensable hace quince días.
Y es que los nervios han aflorado en el vestuario y se han trasladado a los despachos en forma de enfado después de dos reveses inesperados, sobre todo, por la forma. Lo que más preocupa en el club es la impresión de que el equipo ha dejado de competir cuando está en juego su clasificación directa para la Liga de Campeones. «La intensidad la ha puesto el Osasuna», declaró «muy enfadado» el presidente Manuel Llorente después del partido. El técnico admitió ayer, en declaraciones a la página «web» del Valencia, que el tercer puesto es «la vida para el club», y recalcó que el partido con la Real Sociedad, que viene de ganar al Barcelona, se ha convertido en «una final como la que disputó Osasuna contra nosotros», se defendió Emery.
Entretanto, el Villarreal se ha acercado a tres puntos del Valencia, y aunque su calendario, aparentemente, es más complicado que el de los blanquinegros —juega tres de los cuatro partidos fuera del Madriga—, la sensación que transmite es algo distinta. Tampoco es que los de Garrido anden sobrados de fuerzas e ideas, pero fueron capaces de remontar el domingo el 0-1 que le endosó el Getafe, un equipo que, como Osasuna, está peleando por la permanencia en primera. Y lo hizo después de haber soportado la humillación sufrida en la Europa League a manos del Oporto del colombiano Falcao. El Villarreal ha sabido levantarse y matenerse firme en la competición liguera.
Así que conforme a las palabras de Unai Emery, el Valencia afronta la primera de las cuatro «finales» que le quedan este sábado contra la Real Sociedad, mientras que el Villarreal juega en Mallorca. Los donostiarras se han mostrado como un equipo contemplativo fuera de su campo. De hecho apenas han conseguido 10 de los 41 puntos que suman. Todo lo contrario que el rival de los «groguets». El Mallorca se muestra fuerte en su campo, donde ha logrado 30 de sus 42 puntos, con lo que se presenta como una salida complicada y más teniendo en cuenta que la permanencia no es segura.
El calendario no dará respiro a los equipos. El miércoles siguiente habrá jornada de liga. El Valencia visita al Espanyol en Sarrià y el Villarreal juega en Almería, equipo que puede haber consumado el descenso de categoría la jornada anterior. De no ser así, se prevé un encuentro duro para los de la Plana. Los valencianistas, por su parte, se medirán a un Espanyol en tierra de nadie, pero que acostumbra a hacer buenos partidos en Sarrià contra el Valencia. La campaña anterior, en cambio, el protagonista fue Zigic, con dos goles a pase de Vicente.
El fin de semana siguiente, el Valencia disputará el derbi con el Levante, y el Villarreal recibe al Real Madrid. Uno y otro rival pueden tener la temporada finiquitada a esas alturas. La temporada terminará para el Valencia en Riazor, contra un Deportivo que está luchando por la permanencia en Primera. El calendario ha querido que el Villarreal se pueda jugar la tercera plaza contra Osasuna. Pero para que el Valencia tenga un final de liga feliz será necesario ser «intensos, agresivos y tener serenidad». Lo dice Emery.
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