Cualquier rivalidad entre dos equipos de fútbol necesita, además del lógico aliciente competitivo, de un pasado extradeportivo repleto de controversias, arbitrajes injustos y jugadas dudosas. En el caso del Valencia y el Villarreal, tampoco la lista de cuentas pendientes puede remontarse a muchos años atrás. La irrupción de los de la Plana en la élite del fútbol español es más bien reciente; de finales de la década de los noventa. Pero esta germanor entre valencianistas y groguets, trufada de cierto paternalismo, ha decaído cuando han empezado a competir por lo mismo.
Las muescas en el revólver de unos y de otros empiezan a acumularse, como se demostró en la vuelta de la eliminatoria de copa. En ese partido, los valencianistas salieron escaldados, ya no sólo por haber quedado fuera de la competición después de haberse adelantado con dos goles, sino por la actitud de jugadores y técnicos del Villarreal durante y después del enfrentamiento.
En el vestuario valencianista hay "muchas ganas" de que los de Juan Carlos Garrido muerdan el polvo en Mestalla este domingo. Desde el punto de vista deportivo, porque esta temporada no les han ganado ninguno de los tres partidos, y aún pesa el dudoso penalti señalado a Stankevicius que inició la dolorosa remontada de los amarillos en la competicíón copera.
Con la misma moneda
Pero estas ansias de pagarles con la misma moneda a los del Madrigal proviene, sobre todo, de dos circunstancias extradeportivas. La primera recae en el segundo entrenador del Villarreal, Raúl Garrido. El hermano del técnico del submarino amarillo celebró los últimos goles de su equipo -el Villarreal marcó cuatro- justo delante del banquillo valencianista. Para acabar de redondear el agravio, cuando terminó el encuentro algunos jugadores amarillos entonaron en el túnel de vestuarios un "¡campeones, campeones, oé, oé, oé!" que les sonó a mofa a los valencianistas. Desde entonces, el ánimo de "venganza sana", matizan, ha crecido.
Este pique entre los protagonistas del juego se trasladó la pasada semana a la vertiente institucional. Las relaciones entre las cúpulas de ambos clubes quedaron afectadas con el conflicto derivado del nuevo reparto del dinero de las televisiones. Mientras el Valencia se alineó con los grandes, que plantearon un cierre patronal que mantuvo en vilo la liga, el Villarreal se opuso a esta medida de fuerza y criticó abiertamente a los clubes impulsores de la iniciativa, entre ellos, el Valencia. Hasta entonces, ambas entidades habían ido de la mano a la hora de reclamar los derechos de televisión. La cuerda parece haberse roto por la parte más débil.Es todo un dato que la principal novedad del próximo derbi de la Comunitat Valenciana sea el ambiente enrarecido que se vive entre ambos equipos. Y es que hasta esta temporada, los encuentros entre Villarreal y Valencia habían estado rodeados de una confraternidad inusual entre rivales. Estas estrechas relaciones estaban apoyadas desde las alturas. La prueba está en que el Villarreal que ascendió de segunda división a primera contaba en sus filas con jugadores cedidos por el Valencia como Palop, Albelda o Angulo, y otros que habían pertenecido a la entidad de Mestalla.
Ni siquiera el enfrentamiento directo en la Liga de Campeones y en los sucesivos encuentros ligueros habían conseguido trastocar esta aparente hermandad. Hasta que el pequeño eliminó al grande.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/04/07/derbi-cuentas-pendientes/796658.html
Las muescas en el revólver de unos y de otros empiezan a acumularse, como se demostró en la vuelta de la eliminatoria de copa. En ese partido, los valencianistas salieron escaldados, ya no sólo por haber quedado fuera de la competición después de haberse adelantado con dos goles, sino por la actitud de jugadores y técnicos del Villarreal durante y después del enfrentamiento.
En el vestuario valencianista hay "muchas ganas" de que los de Juan Carlos Garrido muerdan el polvo en Mestalla este domingo. Desde el punto de vista deportivo, porque esta temporada no les han ganado ninguno de los tres partidos, y aún pesa el dudoso penalti señalado a Stankevicius que inició la dolorosa remontada de los amarillos en la competicíón copera.
Con la misma moneda
Pero estas ansias de pagarles con la misma moneda a los del Madrigal proviene, sobre todo, de dos circunstancias extradeportivas. La primera recae en el segundo entrenador del Villarreal, Raúl Garrido. El hermano del técnico del submarino amarillo celebró los últimos goles de su equipo -el Villarreal marcó cuatro- justo delante del banquillo valencianista. Para acabar de redondear el agravio, cuando terminó el encuentro algunos jugadores amarillos entonaron en el túnel de vestuarios un "¡campeones, campeones, oé, oé, oé!" que les sonó a mofa a los valencianistas. Desde entonces, el ánimo de "venganza sana", matizan, ha crecido.
Este pique entre los protagonistas del juego se trasladó la pasada semana a la vertiente institucional. Las relaciones entre las cúpulas de ambos clubes quedaron afectadas con el conflicto derivado del nuevo reparto del dinero de las televisiones. Mientras el Valencia se alineó con los grandes, que plantearon un cierre patronal que mantuvo en vilo la liga, el Villarreal se opuso a esta medida de fuerza y criticó abiertamente a los clubes impulsores de la iniciativa, entre ellos, el Valencia. Hasta entonces, ambas entidades habían ido de la mano a la hora de reclamar los derechos de televisión. La cuerda parece haberse roto por la parte más débil.Es todo un dato que la principal novedad del próximo derbi de la Comunitat Valenciana sea el ambiente enrarecido que se vive entre ambos equipos. Y es que hasta esta temporada, los encuentros entre Villarreal y Valencia habían estado rodeados de una confraternidad inusual entre rivales. Estas estrechas relaciones estaban apoyadas desde las alturas. La prueba está en que el Villarreal que ascendió de segunda división a primera contaba en sus filas con jugadores cedidos por el Valencia como Palop, Albelda o Angulo, y otros que habían pertenecido a la entidad de Mestalla.
Ni siquiera el enfrentamiento directo en la Liga de Campeones y en los sucesivos encuentros ligueros habían conseguido trastocar esta aparente hermandad. Hasta que el pequeño eliminó al grande.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/04/07/derbi-cuentas-pendientes/796658.html
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