A fuerza de mucho buscarlo, Unai Emery parece haber encontrado el dibujo ideal para este Valencia. Es el de los dos últimos partidos. El de los dos últimos triunfos. Una fórmula que tiene en la posición de Mehmet Topal a su elemento diferenciador, ya que el otomano se encarga de ayudar a los centrales, liberar defensivamente a los laterales y contener las embestidas rivales desde su posición entre defensa y el centro del campo.
Tanto ha convencido el 4-1-4-1 al técnico, que ayer, en ausencia de Tino Costa, este echó mano de la polivalencia de Maduro para poder sacar adelante ese esquema. El holandés jugó más adelantado que nunca, a la altura de Banega, aunque lógicamente brilló menos en la creación que el argentino. Lo que sí que hizo Hedwiges fue atreverse a buscar la portería de Esteban, que a punto estuvo de encontrar con un disparo desde fuera del área.
Al igual que el internacional oranje, los otros dos mediocentros tuvieron ocasión de marcar. En el caso de Topal, con un cabezazo franco, despejado por el meta local. En el de Éver, con varios lanzamientos desde media distancia; especialmente uno, al cuarto de hora de juego, que se topó con el palo derecho de la portería local.
Mehmet desplegó todo su poderío físico como libre por delante de la zaga. También su capacidad para sacar el balón controlado, incluso cuando era presionado por los atacantes rojiblancos. Una alternativa que agradecieron Stankevicius y Ricardo Costa, menos exigidos en esa tarea que en compromisos pretéritos.
Quizá los más liberados por la reubicación de Topal, unos metros más atrás de lo que era habitual hasta el partido ante el Villarreal, fueron los dos laterales. Éstos se convirtieron prácticamente en laterales, con la seguridad de tener al otomano cubriéndoles las espaldas en sus subidas. Miguel llegó a plantarse una vez solo ante Esteban, mientras que Mathieu ganó la partida a Piatti. El galo cuajó una actuación muy completa. En defensa solo se dejó desbordar un par de veces por su rival; en ataque le ganó constantemente la espalda. Como prueba, el pase del 0-1 y otro al que no llegó Soldado para marcar.
El conjunto de Mestala solo echó de menos la presencia de un mediapunta, de un creador de juego cerca del área rival, al final del primer periodo. Ahí es cuando más se acercaron los de Olabe a Guaita, pero sin crear excesivo peligro. Todo lo contrario de lo que sucedió con los blanquinegros en la reanudación; con ventaja en el marcador, como había sucedido el pasado domingo, Mata y Pablo camparon a sus anchas por el terreno de juego. El asturiano, curiosamente, se mostró más incisivo a banda cambiada y tirando diagonales desde la derecha.
Topal y Banega, en autobús
La expedición blanquinegra regresó en avión a Valencia sin el turco y el argentino. Estos tuvieron que hacer el camino de vuelta en el autobús del equipo porque su paso por el control antidopaje les impidió estar en el avión a las 23:15, hora obligada de despegue por cierre del aeropuerto almeriense.
Tanto ha convencido el 4-1-4-1 al técnico, que ayer, en ausencia de Tino Costa, este echó mano de la polivalencia de Maduro para poder sacar adelante ese esquema. El holandés jugó más adelantado que nunca, a la altura de Banega, aunque lógicamente brilló menos en la creación que el argentino. Lo que sí que hizo Hedwiges fue atreverse a buscar la portería de Esteban, que a punto estuvo de encontrar con un disparo desde fuera del área.
Al igual que el internacional oranje, los otros dos mediocentros tuvieron ocasión de marcar. En el caso de Topal, con un cabezazo franco, despejado por el meta local. En el de Éver, con varios lanzamientos desde media distancia; especialmente uno, al cuarto de hora de juego, que se topó con el palo derecho de la portería local.
Mehmet desplegó todo su poderío físico como libre por delante de la zaga. También su capacidad para sacar el balón controlado, incluso cuando era presionado por los atacantes rojiblancos. Una alternativa que agradecieron Stankevicius y Ricardo Costa, menos exigidos en esa tarea que en compromisos pretéritos.
Quizá los más liberados por la reubicación de Topal, unos metros más atrás de lo que era habitual hasta el partido ante el Villarreal, fueron los dos laterales. Éstos se convirtieron prácticamente en laterales, con la seguridad de tener al otomano cubriéndoles las espaldas en sus subidas. Miguel llegó a plantarse una vez solo ante Esteban, mientras que Mathieu ganó la partida a Piatti. El galo cuajó una actuación muy completa. En defensa solo se dejó desbordar un par de veces por su rival; en ataque le ganó constantemente la espalda. Como prueba, el pase del 0-1 y otro al que no llegó Soldado para marcar.
El conjunto de Mestala solo echó de menos la presencia de un mediapunta, de un creador de juego cerca del área rival, al final del primer periodo. Ahí es cuando más se acercaron los de Olabe a Guaita, pero sin crear excesivo peligro. Todo lo contrario de lo que sucedió con los blanquinegros en la reanudación; con ventaja en el marcador, como había sucedido el pasado domingo, Mata y Pablo camparon a sus anchas por el terreno de juego. El asturiano, curiosamente, se mostró más incisivo a banda cambiada y tirando diagonales desde la derecha.
Topal y Banega, en autobús
La expedición blanquinegra regresó en avión a Valencia sin el turco y el argentino. Estos tuvieron que hacer el camino de vuelta en el autobús del equipo porque su paso por el control antidopaje les impidió estar en el avión a las 23:15, hora obligada de despegue por cierre del aeropuerto almeriense.
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