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lunes, 17 de enero de 2011
Deportivo Valencia
Mathieu apenas abre la boca en el vestuario, pero sobre el campo es un tipo que se hace hasta pesado de tanto que se manifiesta en la banda izquierda. Baja, sube, centra al área, prueba el disparo y hasta marca goles, síntoma de que como futbolista no es nada plano, sino todo lo contrario. El lateral francés abrió la victoria del Valencia para arrancar un trabajado triunfo ante el Deportivo, que se había mantenido firme casi ochenta minutos sobre Mestalla. El gol de Mathieu, que inauguró una victoria confirmada en el último suspiro por Pablo, resultó definitivo para resolver el exigente planteamiento táctico del Deportivo, roto a última hora por la tenacidad del Valencia. Sin jugar un partido brillante, el grupo de Emery firmó una actuación muy completa, refrendada por las decisiones desde el banquillo. Nadie puede negar lo providencial que resultó esta vez la entrada de Tino Costa en el campo, el jugador que cambió el ritmo del encuentro.
El Deportivo planteó un gran reto táctico al Valencia, al que ahogó en la primera parte en el centro del campo con un sólido muro de contención, muy propio de Lotina. No fue el único problema que se presentó en Mestalla, que vio como su equipo se desnaturalizó en la primera media hora. Que se lo digan a Soldado, desesperado ante la falta de conexión con los grandes lanzadores del equipo. Tuvieron que pasar casi treinta minutos para que Mata, por el centro, y Vicente y Pablo, por las bandas, conquistaran parte del campo contrario, repleto de camisetas moradas.
Las sesiones de video de Lotina debieron ser largas durante la semana. Tenía bien estudiado al Valencia, que pierde mucho cuando el rival consigue bajar la velocidad del juego. De eso se ocupó el Deportivo cuando tomó la pelota. Con un ritmo pausado, muy paciente, dejó al Valencia frenado en el centro del campo, donde Banega tuvo una participación escasa, superado en el círculo central.
El Valencia despertó en el último cuarto de hora del primer tiempo. Sin noticias de Banega, Mata subió el voltaje desde la zona de tres cuartos. Aparecieron Pablo y Vicente, y hasta Soldado se encontró con la pelota —no acertó en su intento de rematar con el talón— en el área pequeña. Antes, Pablo disparó alto en la única ocasión en la que el Deportivo dejó a un futbolista del Valencia controlar en el borde del área. Ni el mismo jugador esperaba un obsequio tan gustoso. Sólo disfrutó el Valencia de una opción más de marcar, en un duro zapatazo del incombustible Mathieu.
El Deportivo alcanzó el descanso con sus objetivos cumplidos: Mantener el orden posicional, evitar las contras del rival y aislar a Soldado. Visto que el plan funcionaba, Lotina animó a sus futbolistas a ganar metros en el segundo tiempo. El Deportivo se agrandó sobre el césped de Mestalla y dio paso a un partido de ida y vuelta.
Sacudido de sus complejos, el equipo gallego fue el primero en intimidar en el área contraria. El lateral Laure, muy activo en la banda derecha, y un problema para Mathieu ya en la primera parte, colocó la pelota en la zurda de Manuel Pablo, que se presentó solo ante Guaita. En una muestra de que su especialidad es correr la banda, y no el remate, el veterano defensa envió la pelota a la antigua General de Pie. Eso ocurrió antes de que Guaita cobrara protagonismo. Los grandes porteros tienen esa cualidad: Siempre están preparados para salvar la ocasión del partido. El torrentino se lanzó al segundo palo y evitó, con un providencial manotazo, el gol de Lassad.
Al contrario que en anteriores fases del partido, el Valencia estaba vivo sobre el campo. Por vivo se entiende que salía a velocidad supersónica con el balón en los pies, perfectamente capacitado para plantarse con cuatro toques en el área de Aranzubía. Gracias, en gran parte, al Deportivo, que se fue encantando con el paso de los minutos. Visto que podía ganar el partido, el grupo de Lotina descuidó más sus labores defensivas. Un gran error, sin duda, visto a quiénes tenían enfrente. Con Banega desaparecido, Emery dio entrada a Tino Costa en una decisión que tuvo grandes consecuencias en el desenlace del partido. El argentino le dio al Valencia justo lo que necesitaba: Velocidad, el elemento sobre el que el conjunto de Emery construye tantas victorias.
Y por fin, el gol
Tras los avisos de Pablo, que prefirió el disparo antes que ceder la pelota a Vicente o a Mata, que entraban solos en el área, y de Soldado, que remató a ras del césped junto al palo, llegó el gol de Mathieu, que encontró el premio a su perseverancia. El francés cumple con su función de lateral de sobra, teniendo en cuenta su enorme aportación ofensiva. Si no se presenta al centro, lo hace al remate a portería, siempre tratando de explotar su potente zurda desde cualquier distancia. Esta vez eligió la carrera hasta el corazón del área, donde aprovechó un preciso servicio de Tino Costa, para cruzar el balón al segundo palo.
Con pocos minutos por delante, al Deportivo no le quedó más remedio que centrar sus esfuerzos en labores ofensivas. Con Topal sobre el campo, el Valencia estaba teóricamente preparado para soportar el asalto final de su rival, que sólo disfrutó de una ocasión en una internada de Colotto. Mestalla, siempre tan inconformista, pidió a su equipo algo más que una defensa a ultranza del resultado. La grada encontró respuesta cuando Pablo, muy hábil, culminó el enésimo ataque del Valencia en los últimos minutos. Fue el punto final a un partido a cara de perro.
Contraste de dinámicas en Mestalla
La excelente racha de resultados del Valencia, que se consolida en la cuarta posición y se mantiene a dos puntos del Villarreal, tercer clasificado, contrasta con la situación del Deportivo. El conjunto de Lotina confirmó ayer su dinámica negativa, pese a jugar un buen partido, pues ya suma tres derrotas consecutivas. Después de haberse impuesto en San Mamés ante el Athletic de Bilbao en el primer encuentro de 2011 y de haber superado al Córdoba, de Segunda División, en la prórroga del partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey, los deportivistas iniciaron su mala racha ante el Barcelona en Riazor.
El conjunto azulgrana le derrotó con contundencia (0-4) en un partido que David Villa encarriló en la primera parte y que los jugadores de Pep Guardiola sentenciaron en la segunda. El pasado jueves, los coruñeses fueron superados por el Almería (1-0) en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey en el estadio Juegos del Mediterráneo.
La semana acabó con una nueva derrota, la tercera consecutiva en ocho días, ante el Valencia. Con este resultado, el conjunto de Lotina vuelve a acercarse la parte peligrosa de la clasificación, aunque todavía son cinco puntos los que le separan de la zona de descenso, cada jornada más apretada tras los triunfos del Sporting de Gijón y el Zaragoza. El objetivo del Deportivo es, en todo caso, la permanencia.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/01/17/premio-tenacidad/774374.html
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