Emery se presentó en Old Trafford con una alineación sorprendente, lo que provocó distintas lecturas en los minutos previos al partido. Dealbert, sólo aparecido en un par de partidos de Copa, y el "Chori", fueron las principales novedades de un "once" con matices experimentales. Más chocante resultó la presencia del defensa castellonense, rescatado de las tinieblas para un cita de tanto calibre, que la aparición del Chori, que se resiste a ser carne de banquillo. El argentino recibió el regalo del técnico con mucha ilusión, dispuesto a disfrutar de la ocasión en tan mítico escenario. "Afeítate, ponte guapo y disfruta de los focos", le diría el entrenador en el túnel de vestuarios.El Chori fue el principal incordio para la pétrea defensa del United, que pasó una primera parte de perros ante las arrancadas del argentino, el elemento que afiló el descarado planteamiento de su equipo. Ayer se mostró más dañino que nunca por el carril del "diez", donde jugadores como él crean pánico cuando hay metros por delante.
El Valencia se sintió cómodo en el campo, ayudado, seguramente, por la liberación de saberse clasificado fuera cual fuera el resultado. Pronto se hizo evidente que la presión recayó sobre el United, obligado a asegurarse la primera plaza del grupo. Con toda su dinamita sobre el campo, el conjunto de Ferguson se fue rápidamente a por la pelota y orientó sus ataques por la derecha, en busca de Nani, el futbolista que retomó el testigo de Cristiano Ronaldo. El portugués fue el primero en buscar la figura de Guaita, que fue creciéndose a medida que avanzó el partido. Después paró, tranquilamente, el flojo disparo de Anderson en la única acción en la que el Manchester rompió a la defensa del Valencia.
Entretanto, el Valencia consolidaba su posición en el campo. Bien posicionado y lanzado por el Chori, el grupo de Emery transmitió peligro desde el principio. El entrenador dio el control del juego a Banega, que se benefició de la compañía del Chori para lanzar a su equipo hacia el área contraria. Domínguez fue el primero en probar el disparo antes de que Guaita irrumpiera definitivamente en Old Trafford. El torrentino aguantó el tipo en el uno a uno ante Berbatov, al que le sacó la pelota de la bota izquierda cuando ya se disponía a marcar.
El pulso no admitía concesiones. Banega, cada vez más controlado, se encargaba del tráfico blanco mientras que el Chori y Pablo trucaban una y otra vez a Ferdinand y compañía. El premio llegó pasada la media hora. El Chori robó el balón en el medio campo, recortó en la frontal del área y envió con la izquierda un toque sutil a Pablo, que entraba como una bala en el área. El castellonense culminó la jugada con su habitual sangre fría en este tipo de acciones, colando la pelota entre las piernas de Amos.
El Valencia se dirigió triunfal hacia el descanso apoyado en la seguridad de su portero, en su dinamismo ofensivo y también en un notable trabajo defensivo . Rooney no apareció hasta el minuto 35 y lo hizo con un gesto de su maestría. Lanzó la pelota al larguero en la ocasión más clara de su equipo en el primer tiempo.
El United se decidió a explotar mejor sus recursos tras el descanso. No sólo buscó a Nani, sino puso en marcha a Park Ji-Sung en la otra banda y comenzó a atacar por todos los lados y de todas las maneras. Fue entonces cuando los focos se dirigieron hacia Guaita, que vivió sus minutos de gloria con tres brillantes intervenciones. A la quinta ya no pudo evitarlo. No despejó la pelota al interceptar un duro chut de Park y la pelota cayó muerta a Anderson en el corazón del área. Sólo tuvo que empujarla, justo en el momento en el que su equipo necesitaba más el gol.
Para entonces, el Valencia había sufrido un grave contratiempo, con unas consecuencias nefastas para la linea ofensiva de su equipo. Un "pinchazo" muscular dejó al Chori fuera de combate, lo que dejó al Valencia sin su elemento más peligroso para alcanzar el área rival. Emery dio entrada a Isco, muy verde para un tramo final tan exigente como el que se presentó
De nuevo obligado a marcar, el Valencia no le dio la espalda al partido. Durante un rato, atacó con suficiente intensidad para conseguirlo. Pablo remató mal, con la punta de la bota tras una jugada fabricada por Aduriz. A continuación, el vasco remató fuera en su aparición más peligrosa ante el portero contrario.
El Valencia no renunció nunca a la victoria. Con Mata sobre el campo, continuó creando peligro ante un Manchester que retrasó posiciones y centró sus esfuerzos en el contragolpe. El encuentro estaba roto. El conjunto inglés se dedicó a defender el resultado en los últimos minutos, en los que Albelda vio la tarjeta amarilla que le impedirá jugar el partido de ida de octavos de final.
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