Jérémy Mathieu será sancionado por el Valencia por no entrenar ayer en la Ciudad Deportiva de Paterna. El lateral izquierdo entendió equivocadamente que el entrenamiento, como el del pasado jueves, también era voluntario, y no acudió a las instalaciones blanquinegras como el resto de compañeros. Un despiste que no es el primero del francés desde su llegada a la capital del Túria y que tendrá su correspondiente castigo económico estipulado en el régimen interno. La entidad de Mestalla ya se ha puesto en contacto con el lateral izquierdo para pedirle explicaciones y comunicarle personalmente que será multado. El futbolista, visiblemente afectado, acató la sanción —que no será deportiva—, asumió su culpabilidad y se comprometió a que no vuelva a pasar. Sin embargo, la ausencia de amistades en el vestuario, su soledad en los viajes, sus problemas de idioma y la poca voluntad que el propio jugador pone para solucionar todo eso lo hace muy difícil.
Como difícil fue encontrar al jugador durante todo el día de ayer. La alarma saltaba a primera hora de la mañana. «¿Dónde está Mathieu?, ¿dónde está Mathieu?, ¿no ha llegado todavía?, ¿dónde estará?». No había respuesta. El francés no aparecía por ninguna parte y, evidentemente, nadie sabía nada sobre él. De las bromas se pasó enseguida a la preocupación. Voro telefoneó personalmente al jugador, pero no daba señales de vida. Ni siquiera su traductor y persona de confianza, a la que también recurrió Voro sabía nada de él. La cosa empezaba a ponerse fea. Tanto que el club comenzó a pensar en otras soluciones. La primera fue llamar por teléfono directamente al colegio donde el jugador deja a sus niños todos los días. «¿Ha estado Jérémy allí esta mañana?». La respuesta era positiva para tranquilidad de Voro y el resto de miembros del cuerpo técnico. Mathieu había llevado a las niñas a la escuela a las nueve de la mañana como hace habitualmente y se había marchado con su mujer a pasar el día tranquilamente con la conciencia tranquila de que el entrenamiento era voluntario. Sólo faltaba localizar al jugador, pero no sería fácil. Dejó el móvil en el coche y se pasó toda la mañana incomunicado.
El propio Voro se marchó a casa del jugador creyendo que, como todos los días, Mathieu regresaría a casa para comer en familia. Y así fue. El francés aparecía por su domicilio a las 14:00. Hasta ese momento el jugador no se enteró de todo lo que se había montado a su alrededor. Su primera reacción fue echarse las manos a la cabeza. «¿No jodas?», le decía a su traductor y persona de confianza. También se disculpaba ante Voro. El jugador era el primero en asumir la responsabilidad de todo lo que había pasado. Todo había sido un «malentendido». Su intención nunca fue la de no entrenar. De hecho, el propio Mathieu fue uno de los 19 futbolistas del primer equipo y del filial que acudió a Paterna el jueves en la sesión voluntaria. Su error fue pensar que también la de ayer era voluntaria. Se equivocó, esta era obligatoria. Un error que asumió desde el primer momento asumiendo toda la culpabilidad. Estaba fastidiado, pero sabía que era por su culpa. Ya con más tranquilidad, el club se puso en contacto con el jugador para explicarle que sería multado. El francés será sancionado con una multa económica, nunca con un castigo deportivo. Seguro que esta mañana llega al primero a las instalaciones blanquinegras para ejercitarse a las 10:30 con sus compañeros
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/12/12/valencia-multa-mathieu-entrenar/113776.html
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