Así, ante la aparente inferioridad y la dinámica positiva local, Emery ha intentado motivar e incentivar a los suyos apelando al orgullo y el pundonor. El Valencia, les ha venido a decir el técnico a los jugadores, debe ser el tercero. O, por lo menos, aventajar en la tabla al Villarreal. Ser el equipo hegemónico de la Comunitat. Por historia.
La dificultad de hacer un once
Sin Albelda sancionado y con Mata (edema óseo), César y Mathieu ambos con microrrotura, Topal (contusión), Jordi Alba (amigdalitis) y Manuel Fernandes, que ha regresado de la selección de Portugal con una contusión en la cadera, Emery deberá rediseñar al equipo. Y, aunque pocas, pero tiene opciones. Frenar o contrarrestar el juego entre líneas del Villarreal es complicado, de ahí, que Emery piense en alternar el 4-2-3-1 con el 4-4-2.
Excepto Moyà, en la portería, y la pareja de centrales (Navarro y Costa), el resto del equipo puede variar. Así, todo indica, que Emery colocará a Miguel en la banda derecha y Bruno en la izquierda -no está ni Mathieu ni Alba-, con un centro del campo compuesto por Maduro y Banega -ambos han jugado, y bien, con sus selecciones y llegan pletóricos de moral- , con Joaquín de extremo derecho y Pablo izquierdo, con Tino Costa de enganche y Aduriz en la punta. Pero ésta, es sólo una opción. Tras el entrenamiento de ayer, algunos jugadores animaban al técnico a mantener en ataque a la pareja Roberto Soldado-Aritz Aduriz a atreverse a alinear a Isco de media punta.
Y es que, tras ver que el equipo ha quedado emparejado con el Villarreal en la Copa del Rey, los futbolistas quieren ganar sí o sí para que un resultado negativo no empañe y condicione la eliminatoria. El Valencia sólo ha sido capaz de puntuar en cuatro de las once visitas que ha realizado al Madrigal, donde no gana desde hace tres temporadas.
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