La Fundación espera tener hoy la luz verde para vender sus acciones

La Fundación, ese ingenioso recurso al que acudieron Generalitat y Bancaja para evitar el descalabro del Valencia, está a punto de recibir una buena noticia. Un año después de su millonario aterrizaje en la tarta accionarial y con casi seis meses de retraso respecto al primer pronóstico, la Fundación del Valencia confía en empezar a vender en breve parte de esos 73,7 millones de euros en acciones que posee. Para ello, lo que suceda hoy va a resultar clave. Y es que, el protectorado de fundaciones, un órgano que se encarga de vigilar oficialmente estos colectivos, celebra hoy una reunión -la segunda en lo que va de año- y un punto del orden del día es la Fundación del Valencia CF.

Lo que tiene que decidir el protectorado es si autoriza o no a que la Fundación del Valencia pueda vender activos o patrimonio de la propia Fundación. Lógicamente, el único activo que en estos momentos tiene la Fundación es el inmenso paquete accionarial que le convierte en el dueño absoluto del club con un 74% de títulos. Es esa luz verde la que se persigue desde que en agosto del año pasado se montara todo esta operación político-financiera dirigido única y exclusivamente a inyectar al club liquidez para librarlo de manera directa del concurso de acreedores.

Desde hace ya varias semanas, en el Valencia y en la propia Fundación se era consciente de que antes de las vacaciones estivales se podrían producir novedades importantes para el devenir de un largo proceso que si algo ha tenido han sido trámites burocráticos. Si hoy, como así está previsto, el protectorado da su beneplácito, se despejará el camino para, por un lado, apuntar a una mayor democratización de la entidad (si antes Soler imponía el rodillo ahora es y lo seguirá siendo la Fundación) y, por otro, la disminución del crédito solicitado a Bancaja (75 millones), un lastre cuyos intereses está soportando económicamente el Valencia.

El protectorado está formado por un alto cargo de las consellerias de Justicia (su secretario autonómico), Economía y Hacienda, Bienestar Social y Educación, un representante del Consejo Jurídico Consultivo y otro del Registro de la Propiedad. Ellos sólo abren la puerta a la venta de acciones pero luego tiene que ser el despacho de Garrigues el que dé musculatura a un proceso que llega con trampa. Y es que, mientras la Comisión Nacional del Mercado de Valores no dé, por su parte, su propia autorización, la Fundación del Valencia no puede hacer ninguna oferta pública de venta de títulos. Otra cosa, según se admite desde la propia Fundación, es que sí se pueden vender a aquellos que estén interesados en comprar paquetes por más de 50.000 euros. Vamos, que el pequeño accionista se va a seguir quedando con las ganas hasta que no se pronuncie la CNMV, algo que cada día que pasa parece más improbable por la sencilla razón de que las cuentas del Valencia dan pena.

Ahora bien, existe una fórmula sencilla para distribuirlas a aquellos aficionados que sí quieran comprar acciones pero cuyo desembolso no llegue a los 50.000 euros. «Es fácil, alguien puede comprar esos 50.000 títulos y luego repartirlos al mismo precio», comenta un miembro de la Fundación. De estructurarse así sería, por así decirlo, una forma de esquivar legalmente un impedimento legal ya que la misión de la CNMV es vigilar que todos los futuros inversores -se entiende que los pequeños- tengan toda la información posible de las cuentas de la entidad a la que quieren dirigir sus inversiones.

El Valencia observa ya con muchísimo recelo su situación dentro de la CNMV y en las últimas semanas todas las versiones que desde el propio club se han desprendido van encaminadas a una pérdida notable de esperanzas en sacar esa vía adelante hasta el punto de que hace apenas unos días un dirigente valencianista llegaba a apuntar la opción de «retirar la propuesta».

http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-06-28/fundacion-espera-tener-verde-20100628.html