El Valencia C.F. aplaza sin fecha la ciudad deportiva de Porchinos por falta de dinero

El club entrega un aval de 7,5 millones, pero descarta de momento presentar en Ribarroja el proyecto de reparcelación definitivo

Ya no hay obstáculos que sortear. Los farragosos trámites administrativos que acompañan a cualquier proyecto urbanístico han tocado a su fin. Ya quedaron atrás las paralizaciones judiciales, las visitas de comisarios europeos para investigar el plan e incluso las querellas e imputaciones. Ahora sólo queda que el Valencia C.F. se decida a dar el primer paso en la urbanización de la ciudad deportiva de Porchinos, un proyecto que comenzó a gestarse con Juan Soler al cargo del club valencianista, que ahora vive horas bajas por culpa de la crisis económica.
Con el nuevo estadio paralizado, el inicio de la Ciudad Deportiva tenía visos de retrasarse. Ahora es una realidad confirmada. El club valencianista, que había aplazado varias reuniones en el Ayuntamiento de Ribarroja, ha confirmado a LAS PROVINCIAS que no quiere comenzar las obras en Porchinos y ha aplazado sin fecha la presentación del proyecto de reparcelación definitivo.
El alcalde de la población, Francisco Tarazona, explicó que el club le había pedido retrasar el inicio de las obras «hasta principios del año que viene. Nosotros queremos que empiecen antes y vamos a hacer todo lo posible para que después de verano estén ya las obras en marcha». Pero los deseos de Tarazona, que quería despedirse de la alcaldía con el proyecto iniciado son un imposible. El club todavía no ha entregado en el Ayuntamiento el proyecto de reparcelación definitivo, el último trámite que le queda antes de que las máquinas puedan comenzar a desbrozar terrenos y construir viales para luego edificar viviendas.
Porque Soler quería emular a su homólogo madrileño, Florentino Pérez, que convirtió la nueva ciudad deportiva de Valdebebas en una brillante operación urbanística. En Porchinos están previstas 2.600 viviendas, la mayoría de lujo, en la que iba a ser una de las soluciones para terminar con la ingente deuda del club. Ahora, tal y como están las cosas en el sector inmobiliario, parece complicado que pueda sacar Porchinos de ningún apuro al Valencia. Al contrario, debería poner sobre la mesa unos cuantos millones de euros (75 cuesta la urbanización) para iniciar las obras, sin que esté garantizado que las viviendas se vendan.
A pesar de que el club calificó de «prioridad» el proyecto, explicó que todavía lo es más el estadio, y que depende de la venta de la parcela de Mestalla el inicio de cualquier nuevo proyecto. Claro, con el nuevo campo de fútbol parado por falta de financiación, Porchinos es demasiado pedir.
Sí es cierto que el club ha hecho efectivo el aval de 7,5 millones de euros (el 10% del coste total del proyecto), aunque también es cierto que debía entregar el dinero, porque servía de garantía para que el Valencia pudiera seguir con el proyecto, ahora o en el futuro.
Tarazona también ha mantenido las últimas semanas conversaciones con directivos del BBVA, entidad bancaria que se quedó con el 60% de los terrenos que eran propiedad de la inmobiliaria Nozar, que entró en concurso de acreedores. «Ellos dicen que el proyecto les interesa, pero que ahora no es el momento», asegura el alcalde, que tiene puestas muchas ilusiones en que el plan de Porchinos se lleve a cabo.
Además de los beneficios que Ribarroja va a obtener en concepto de impuestos de obras y tasas de construcción, el alcalde siempre ha defendido que la población, con la Ciudad Deportiva, va a obtener un gran rédito. Nuevos vecinos, nuevas infraestructuras, como otro acceso a la población y ser conocidos por acoger la Ciudad Deportiva son los alicientes de los que habla el alcalde, que sin embargo habla de otros: los niños de la localidad podrán jugar en los campos de fútbol del Valencia y disputar partidos contra las bases del club. «En mayo, cuando acabe la liga, vendrán a jugar a Ribarroja», dice Tarazona.
La superficie que ocupa el plan Porchinos alcanza los 1,2 millones de metros cuadrados, aunque el suelo edificable se queda en 590.000, después de que los promotores tuvieran que reducir el número de viviendas proyectadas. En un primer momento superaban las 3.000. Y no ha sido el único problema con que se ha encontrado la urbanización. La Abogacía del Estado llevó el proyecto a los tribunales, al entender que no había suficientes recursos hídricos. El juez llegó a paralizar los trámites del proyecto, aunque posteriormente se desestimó. Tampoco llegó a prosperar la querella contra el alcalde, que fue acusado de haber utilizado información privilegiada para la compra de terrenos. Estuvo imputado junto a otros dos ediles pero el juez decidió en abril de 2007 archivar la querella.

http://www.lasprovincias.es/v/20100421/valencia/valencia-aplaza-fecha-ciudad-20100421.html